Prensa Latina •  Internacional •  31/08/2020

Francia a las puertas del desafío del retorno a clases y labores

Preocupación e incertidumbre son tal vez los principales estados de ánimo en las familias, mientras el gobierno intenta calmarlas asegurando que pese a las cifras de casos similares a las de los comienzos de la crisis sanitaria, en marzo y abril, la situación es bien diferente.

Francia a las puertas del desafío del retorno a clases y labores

Millones de franceses regresarán mañana a las aulas o al trabajo, un verdadero reto para la sociedad en medio del rebrote de la Covid-19, con más de 18 mil contagios confirmados en los últimos tres días.

Preocupación e incertidumbre son tal vez los principales estados de ánimo en las familias, mientras el gobierno intenta calmarlas asegurando que pese a las cifras de casos similares a las de los comienzos de la crisis sanitaria, en marzo y abril, la situación es bien diferente.

Alrededor de 12 millones de alumnos de todos los niveles deberán retornar a clases en un escenario inédito, marcado por medidas de distanciación social y el uso obligatorio de máscara para los mayores de 11 años y todo el personal docente y de apoyo en las guarderías, escuelas, liceos, colegios y universidades.

Sin embargo, el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, admitió ayer que el 1 de septiembre algunos centros permanecerán cerrados ante el impacto de la Covid-19, con 21 de los 96 departamentos metropolitanos clasificados en rojo, a partir de la elevada circulación del coronavirus Sars-Cov-2.

De acuerdo con el titular, las decisiones al respecto se tomarán día a día, en un análisis sobre la situación sanitaria de cada territorio, e insistió en que el objetivo gubernamental es que el año sea ‘lo más normal posible’.

Estamos preparados para todo, y sabemos que en las próximas semanas o los próximos meses habrá que aplicar medidas más fuertes en determinados territorios, como la reducción de la cantidad de alumnos en las aulas o el cierre de establecimientos, precisó.

Ante las inquietudes generadas por el regreso a las actividades educacionales y el avance del virus, un grupo de médicos publicó el sábado en el diario Le Parisien un llamado al gobierno a endurecer los protocolos sanitarios, bajo el argumento de que el anunciado no garantiza la protección de los niños, los profesores y los familiares.

A juicio de los firmantes, en el escenario impuesto por la Covid-19, el riesgo del cierre de escuelas por decenas es real, lo cual multiplicaría las desigualdades en Francia en materia de educación y aprendizaje.

También en el ámbito laboral abundan las preocupaciones por el rebrote de la enfermedad, lo cual explica que desde mañana en las empresas el uso de máscara sea obligatorio, salvo en los puestos de trabajo individuales, en medio de un pulso sobre el acceso a esa protección.

Fuerzas progresistas de la sociedad exigen al gobierno que distribuya máscaras gratuitas a la población, pero el ejecutivo afirma que solo garantizará su entrega sin costo a los sectores más vulnerables.

Reiteramos que el acceso a las máscaras y a las pruebas de diagnóstico no debería depender de las posibilidades económicas y sí de la solidaridad, lo mismo que reclamamos para cuando exista una vacuna, subrayó el fin de semana el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel.

Mientras autoridades de salud alertan sobre el deterioro exponencial de la situación epidemiológica, el gobierno busca transmitir calma y convoca a la población a respetar las llamadas medidas barrera frente al patógeno.

En ese sentido, el primer ministro Jean Castex señaló que una de las razones de la escalada en la cantidad de los contagios es la realización de más de 800 mil pruebas de diagnóstico por semana.

También resaltó que en los hospitales la situación está lejos de las tensiones de marzo y abril, criterio avalado por el hecho de que en el último mes apenas han aumentado las cifras de personas ingresadas y atendidas en cuidados intensivos, pese al incremento del promedio diario de nuevos infectados, que pasó de alrededor de mil a más de cuatro mil.

Por Waldo Mendiluza


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