Christian Zampini •  Pawel Supernak / PAP •  Internacional •  28/06/2020

Polonia: elecciones presidenciales entre el minarquismo y el ultranacionalismo

Polonia celebra hoy sus elecciones presidenciales, con la propuesta ultraconservadora de Derecha Unida, partido del actual presidente Andrej Duda, frente a sus rivales neoliberales de la Coalición Cívica como principales contendientes.

Polonia: elecciones presidenciales entre el minarquismo y el ultranacionalismo

Previstas inicialmente para el 10 de mayo y aplazadas por las medidas de confinamiento para evitar la propagación de la pandemia, Polonia celebra hoy sus elecciones presidenciales en un ambiente políticamente marcado por la creciente conflictividad social causada por el imparable ascenso de grupos radicales de derecha en el país. Reflejo de un ambiente político profundamente escorado, todas las encuestas auguran una más que probable segunda vuelta, que tendría lugar el próximo 12 de julio si ningún candidato obtiene el 50% de votos necesario para hacerse con la presidencia en la primera votación, entre el ultraconservador presidente Andrej Duda y la propuesta de la neoliberal y minarquista Coalición Cívica de Rafal Trzaskowski.

Andrej Duda, que ha agitado la política nacional con sus planteamientos crecientemente euroescépticos y sus ataques a cualquier tipo de minoría que salga del espectro polaco y católico de su gran masa de votantes, es el claro favorito para hacerse con la primera vuelta, aunque resulta muy difícil que pueda conservar la presidencia sin pasar por el ballotage del 12 de julio. Durante su presidencia, Duda ha seguido el camino de homólogos del centro y este de Europa como el mandatario húngaro Viktor Orban en su fuga hacia la extrema derecha, basando su discurso en una defensa cerrada de la identidad polaca, un creciente euroescepticismo y u marcado rechazo por cualquier postulado mínimamente feminista o de defensa de los derechos LGTBI. Habiéndose erigido en uno de los principales escollos para alcanzar ninguna clase de acuerdo europeo en políticas de migración y refugio, en los últimos tiempos Duda ha llegado a causar conflictos diplomáticos con otros líderes internacionales ultramontanos como Benjamin Netanyahu por sus posiciones de revisionismo histórico que le han llevado a flirtear con la negación del Holocausto.

Organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado durante los últimos 5 años los progresivos recortes en derechos fundamentales y garantías democráticas en el país. Ya en el año 2016, el gobierno desmanteló el Consejo para la Lucha contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia de Polonia, al considerarlo un organismo innecesario y «forzosamente ideológico». No en vano, el principal partido del bloque que apoya la reelección del presidente, Ley y Justicia, aboga abiertamente por la prohibición de movimientos políticos «anti-polacos», el reestablecimiento de la pena de muerte en Polonia o la fiscalización de los contenidos de los medios de comunicación para evitar elementos «inmorales».

El panorama se torna aún más sombrío si cabe al realizar una aproximación a las alternativas con las cuales cuenta el electorado polaco. Una hipotética derrota de Duda ante Rafal Trzaskowski no supondría ni por asomo una promesa de mejora para el futuro sociopolítico de Polonia. Su Coalición Cívica, formación política de postulados profundamente neoliberales y minarquistas en economía, propone la supresión del salario mínimo, la privatización de las remanentes empresas y servicios en manos del estado, la supresión de los sindicatos y grandes exenciones fiscales para promover «la dinamización de la economía». Su propuesta social, aunque menos radical que la de Ley y Justicia, no es precisamente progresista, abogando por el endurecimiento de la legislación contra el aborto y la preeminencia de la Iglesia Católica en Polonia.

Un escenario electoral que supone la definición más nítida y clara de la expresión «entre la espada y la pared».

Tercero, aunque a mucha distancia en las encuestas, el presentador del popular programa de televisión Got Talent, Szymon Holownia. Su propuesta, una llamada a los votantes desencantados con las fuerzas políticas mayoritarias y que, aunque Polonia siempre manteniéndose a 500 metros de distancia de ninguna clase de reconocimiento o memoria no crítica con el pasado socialista del país, echan de menos numerosos derechos socioeconómicos perdidos en las últimas décadas. Municipalista, defensor de los derechos sociales (como la sanidad y la educación públicas, para las que reclama un incremento sustancial en presupuesto) y las libertades civiles, y partidario de medidas urgentes contra el cambio climático, Holownia representa para muchos votantes progresistas desesperados la única tabla de salvación, al menos en la primera ronda electoral. Un 15% de los votos en las encuestas más optimistas.

El centro izquierda socialdemócrata, que aún se encuentra en proceso de recuperación del golpe cuasimortal de las elecciones legislativas de 2015 en las que quedó sin ninguna representación parlamentaria, trata de mantener los prometedores resultados de los comicios parlamentarios del pasado año en los cuales volvió a obtener 49 diputados y 2 senadores mediante la amplia alianza electoral La Izquierda (que reune al socialdemócrata y antiguo partido hegemónico Alianza de la Izquierda Democrática, el intento de versión polaca de Podemos fundado en 2015 Unidos, y el moderado movimiento Primavera, junto a otros cuatro partidos minoritarios de izquierda) con el activista LGTBI Robert Biedron como candidato. Por su parte, los agropopulistas del Partido Popular de Polonia persiguen mantenerse en el escenario político del país con el anodino exministro de Familia, Trabajo y Políticas Sociales Wladyslaw Kosiniak-Kamysz. Ninguna de las dos candidaturas alberga demasiadas esperanzas de superar el 5% de los votos.

La coalición de extrema derecha libertaria Movimiento Nacional, que reune al partido Confederación junto al movimiento del excéntrico Janusz Korwin-Mikke, KoRWIN, con Krzysztof Bosak como candidato, cierra la terna de aspirantes significativos a la presidencia.

Un panorama, en definitiva, entusiasmante en el quinto país por número de habitantes de la Unión Europea.


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