Prensa Latina •  Internacional •  15/08/2016

Gobierno colombiano y FARC-EP avanzan en intrincada ruta de paz

El pacto entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP para escoger imparcialmente a los magistrados del tribunal especial que aplicará la justicia transicional, constituye otro capítulo decisivo en el intrincado camino hacia la firma de la paz.

Gobierno colombiano y FARC-EP avanzan en intrincada ruta de paz

El consenso divulgado la víspera prevé la colaboración del papa Francisco y del Secretario General de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, en el procedimiento para designar a los mencionados juristas.

De aceptar la invitación del Ejecutivo y de esa agrupación guerrillera; el Sumo Pontífice, Ban Ki-moon, la Corte Suprema de Justicia, la delegación del Centro Internacional de Justicia Transicional, y la Comisión Permanente del Sistema Universitario del Estado deberán nombrar a una persona para conformar el equipo de selección de los magistrados.

Tal procedimiento da garantías a la sociedad y particularmente a las víctimas -de la guerra interna-, comentó el presidente Juan Manuel Santos al elogiar la trascendencia de la decisión.

Las FARC-EP no nombrarán a sus jueves, fue una mentira repetida mil veces, enfatizó la excongresista y defensora de derechos humanos, Piedad Córdoba mediante su cuenta en Twitter.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) prevé la creación de salas y tribunales con el fin de investigar, juzgar y sancionar a actores del conflicto bélico, bajo las premisas de cero impunidad frente a crímenes de lesa humanidad, pero sí beneficios como indultos y amnistías en casos de delitos políticos y conexos.

Desde 2012 representantes gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) dialogan en Cuba con el objetivo de hallar una solución concertada a la confrontación entre ambas partes, que dura más de medio siglo.

Como resultado de dichas pláticas lograron consensos en los temas de reforma rural integral, participación política centrada en la profundización de la democracia, combate contra el tráfico ilícito de drogas, víctimas -incluye la constitución de la JEP-, cese el fuego bilateral y dejación de armas o desarme de esos insurgentes.

El mecanismo y criterios para designar a los magistrados del tribunal especial, el cual entrará en vigor en la etapa posbélica, fue hasta ayer uno de los nudos gordianos de las conversaciones, que -a juzgar por sus progresos- podrían terminar en fecha cercana.

Dicho convenio, divulgado en La Habana, exige que la justicia sea impartida por expertos de la mayor calidad, añadió Santos.

Paralelamente a las avanzadas reuniones en la capital cubana, en Colombia representantes gubernamentales, de las FARC-EP y de la ONU recorren varios departamentos para supervisar los escenarios donde funcionarán las 23 zonas y ocho campamentos transitorios, los cuales acogerán inicialmente a los integrantes de esa organización rebelde tras la firma de la paz.

En esos sitios transcurrirá el desarme de los futuros desmovilizados, procedimiento que será verificado con la cooperación de una misión política de Naciones Unidas, al igual que el cese el fuego bilateral, una vez instaurados.

En días previos fue anunciada también la determinación de incorporar el enfoque de género al conjunto de consensos suscritos.

Aunque resta por dilucidar del todo cuestiones igualmente claves como las características de la amnistía a aplicar y los mecanismos para reintegrar a la vida civil a los ahora combatientes de las FARC-EP, las pláticas en Cuba parecen avanzar con rapidez eliminando paso a paso cada obstáculo rumbo a su satisfactorio desenlace.

Al documento conclusivo de las conversaciones (Acuerdo Final) le seguirá la décima conferencia de esa guerrilla, la firma protocolaria de la paz y luego el plebiscito, otra prueba de fuego para las negociaciones, pues en ese ejercicio democrático el pueblo deberá validar lo rubricado.

Serán necesarios cuatro millones y medio de votos para ratificar o autentificar lo consensuado.

Según políticos como el senador Iván Cepeda, los frutos de las conversaciones tienen todos los méritos para ser refrendados por los colombianos.

Tal proceso pacificador incorpora componentes que lo convierten en el más completo de las últimas décadas en el mundo, pone en el centro de los tratos a las víctimas y, de manera inédita, incluye la perspectiva de género, entre otros valiosos logros, comentó el parlamentario en un artículo.

Pero lo fundamental es que gracias a él, Colombia pondrá fin a una guerra que ha dejado ocho millones de víctimas, insistió Cepeda.

lma/ap 


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