Redacción •  Actualidad •  27/06/2022

Pese a la pandemia, toda la población madrileña volvió a respirar aire insalubre en 2021

  • Como en 2020, la reducción de la movilidad por la crisis de la COVID–19 ha provocado una mejora general sin precedentes de la calidad del aire. No obstante, los 6,8 millones de madrileños han seguido respirando aire contaminado.
  • Madrid fue la única ciudad del Estado que siguió incumpliendo el límite legal del dióxido de nitrógeno. Otras cuatro zonas rebasaron los objetivos del ozono.
Pese a la pandemia, toda la población madrileña volvió a respirar aire insalubre en 2021

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 54 situadas en la Comunidad de Madrid. Entre sus principales conclusiones, destacan:

– Durante 2021 la calidad del aire en España y la Comunidad de Madrid ha mantenido la mejora sustancial ya observada durante 2020, con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico, y más matizada de los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), en sus mínimos de la última década.

– El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población y el territorio madrileños.

– Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales fue de 4,5 millones de personas, en la ciudad de Madrid, el Corredor del Henares, la Sierra Norte y las cuencas del Alberche y del Tajuña. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanzó 7.400 km2, el 92 % del territorio madrileño.

– La estabilidad atmosférica primaveral activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El invierno en cambio resultó inestable y húmedo, favoreciendo la dispersión y deposición de los contaminantes típicos de esta estación (NOy partículas). El relativamente moderado calor estival contribuyó al descenso del ozono, pese a la intensa ola de calor de mediados de agosto.

– Los factores esenciales para explicar la mejoría de la calidad del aire durante 2021 son la restricción general de la movilidad y la contracción económica derivadas de las medidas adoptadas para combatir la COVID-19, con la dramática situación sanitaria y social que hemos vivido en los dos últimos años. No obstante, en el último cuatrimestre del año el tráfico motorizado y la contaminación repuntaron en la ciudad de Madrid.

– El ozono es el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población. Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la totalidad de la población madrileña. La ciudad de Madrid siguió incumpliendo el límite legal anual, por lo que el Tribunal Europeo de Justicia sentenciará en las próximas semanas el proceso contra España, que podría derivar en multas millonarias.

– La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden. Cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Según el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 de ellas fallecen en episodios de alta contaminación. La mejora de la situación en 2021 es en este sentido una excelente noticia.

– Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

– Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en muchos casos no existen, y en otros son inefectivos por falta de voluntad política. Los planes aprobados por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no han resuelto los problemas de contaminación por dióxido de nitrógeno y ozono en la Comunidad.

– La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.

– La Ley de Cambio Climático obliga a que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes cuenten con zonas de bajas emisiones antes de 2023. La regulación de la Zona de Bajas Emisiones Madrid Central, con muy buenos resultados, se ha vuelto más permisiva debido al incremento sustancial del catálogo de excepciones a las medidas de restricción.

– La crisis sanitaria de la COVID–19 ha demostrado que la reducción del tráfico tiene claros efectos en la mejora de la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales. No obstante, el repunte en los últimos meses de la contaminación del aire en las grandes ciudades es un indicio preocupante de que no hemos aprendido lo suficiente.


Contaminación atmosférica /