César Pérez Navarro •  Actualidad •  26/04/2019

La policía de las «cloacas» utilizó los datos robados del móvil de la colaboradora de Iglesias tres días después, y se los dio a Inda

El móvil se robó en noviembre de 2015, y las consecuencias fueron numerosas. De hecho, la información obtenida desde su tarjeta viajó por varios medios de comunicación hasta aparecer en los archivos del comisario José Manuel Villarejo. Recorrido que ha terminado con la dimisión de Alberto Pozas, el número dos de la Secretaría de Estado de Comunicación de Pedro Sánchez y ex-director de la revista Interviú.

La policía de las «cloacas» utilizó los datos robados del móvil de la colaboradora de Iglesias tres días después, y se los dio a Inda

Lo ocurrido ya es conocido, el robo del teléfono de Dina Bousselham -se desconoce si por un amigo de ella o directamente por la ‘brigada patriótica’- y el acceso al contenido privado de la actual secretaria de Migraciones de Podemos, con conversaciones privadas que se usaron para desprestigiar a Pablo Iglesias y a Podemos. La entrega de ese contenido a Interviú y a Eduardo Inda, que retuvo la información privada para sacarla a la luz en el momento que consideró idóneo, en 2016 y en plenas negociaciones para la constitución de un Gobierno PSOE-Unidos Podemos. El periodista a sueldo de las cloacas reconoció públicamente en una de las tertulias de La Sexta que «el informe lo tenía él desde hace dos meses, dos o tres». La información falsa, relativa a la financiación desde Venezuela e Irán de Podemos fue publicada en las portadas de la prensa y abrió los telediarios de todos y cada uno de los grandes grupos de comunicación alcanzando enorme relevancia. La primera consecuencia directa fue el aborto de las conversaciones y acceso al Gobierno del PP de Rajoy con el apoyo de Ciudadanos, gobierno que se extendió desde el noviembre de 2016 hasta la moción de censura exitosa de junio de 2018.

Lo novedoso es que ayer, el digital publico.es, ofrece documentación de la denuncia de Dina Bousselham tras sustraérsele su móvil, el 1 de noviembre a las 20 horas y 7 minutos en dependencias policiales, donde relata que se encontraba con su novio, Ricardo Antonio De Sa Ferreira, y «mientras se encontraba en el almacén (zona de salida), de IKEA, persona/s desconocida/s han sustraído el abrigo de su acompañante, sin percatarse de la maniobra de sustracción». También «que no hay testigos de los hechos». Se le robó un teléfono Sony Xperia Z2, color negro y con funda morada, y dos tarjetas de crédito ING Bélgica. El diario digital Público apunta que en la memoria del teléfono y de la SIM, Dina Bousselham guardaba documentos internos de «su jefe», el eurodiputado Pablo Iglesias: desde imágenes como la que ilustra este reportaje con el entonces europarlamentario y líder de Front de Gauche en Francia, Jean-Luc Mélenchon, y su equipo y que se había realizado un mes antes, el 6 de octubre de 2015. Pero también datos bancarios y otros, debido a que tuvieron que abrirse cuentas en Bruselas tanto el líder de Podemos como Irene Montero, que también aparece en la imagen, o la propia Bousselham para cobrar el sueldo del Parlamento Europeo. 

Y se aclara la intencionalidad del robo: tres días después, desde la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía se remite a la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) la primera versión del informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima). No era más que un conjunto de folios recopilado por la brigada política que dirigía el número dos de la Policía, Eugenio Pino, y su jefe e gabinete, José Ángel Fuentes Gago, y que contenía información sobre la cuenta bancaria en Bruselas de Iglesias. Fue, exactamente, tres días después del robo, como se puede ver en la imagen de abajo. «Informe» que la policía de las cloacas bajo órdenes del Ministerio de Interior del PP filtró a medios afines: El Confidencial, El Español y OK Diario.

En el informe Pisa se decía falsamente que «está acreditado que [Iglesias] ha recibido en dinero efectivo y de forma directa en sus cuentas corrientes más de 300.000€ netos en menos de tres años, eso sin contar con las disposiciones que realiza de las más de 20 cuentas de PODEMOS en las que está autorizado en diferentes entidades bancarias españolas y el supuesto dinero en ‘B’ que podría estar recibiendo según denuncia Enrique Riobó en su libro y en algunos medios de comunicación”.

A fecha de hoy, ninguno de esos grandes medios de comunicación ha publicado disculpa ni rectificación sobre las falsedades vertidas contra Podemos y Pablo Iglesias. Ni en un pequeño espacio ni mucho menos en un formato de similar relevancia. Muy al contrario, medios ultramontanos como La Cope banalizan la gravedad de lo ocurrido con titulares y subtítulos como el del pasado día 15 de abril: «La operación policial del robo de un móvil que se ha inventado Iglesias para resucitar en las urnas. Javier Negre destapa en ‘Herrera en COPE’ la verdad sobre el supuesto espionaje al líder de Podemos. Detrás, parece esconderse un lío amoroso». Esa noticia la acompañan de una foto estratégicamente recortada para reforzar la idea que tratan de inculcar al lector, un «lío amoroso».

De la misma manera, Eduardo Inda sigue disfrutando del mismo espacio en La Sexta y otros medios de comunicación de Atresmedia y de otros grupos corporativos.


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