Redacción •  Actualidad •  14/03/2022

«La acogida de personas que han escapado de Ucrania nos ha dado la razón: hay posibilidad de ofrecer vías legales para migrar»

No Name Kitchen: «Las personas a las que prestamos soporte en los lugares donde trabajamos están escapando igualmente de guerras, amenazas, pobreza, falta de oportunidades o de dictaduras. Cuando tratan de alcanzar un país donde pedir asilo o comenzar una nueva vida, se encuentran con una frontera llena de violencia, una Europa que no cumple sus propias leyes». 

«La acogida de personas que han escapado de Ucrania nos ha dado la razón: hay posibilidad de ofrecer vías legales para migrar»

14 de marzo de 2022. Unión Europea. No Name Kitchen siempre ha tenido muy claro cuál es la solución a las llamadas “crisis de refugiados”: ofrecer vías legales a las personas para poder escapar de sus países en guerra y poder pedir asilo en un lugar seguro, así como para quienes migran en general.

La guerra de Ucrania, que ha tenido como consecuencia el desplazamiento de muchas personas a los países vecinos, nos ha mostrado que, dentro de lo terrible que es dejar tu hogar y separarte de tu familia para ir en busca de un refugio seguro, el proceso puede hacerse de una forma amable y rápida tratando de evitar al máximo el sufrimiento.

Aún así, la respuesta europea de acogida que estamos presenciando estos días y que apoyamos, muestra una inmensa hipocresía por parte de una Europa del Siglo XXI que no ha superado, en absoluto, una xenofobia que en nuestra historia ha dejado eventos devastadores.

Las personas a las que prestamos soporte en los lugares donde trabajamos (siempre zonas que hacen frontera con la Unión Europea) están escapando igualmente de guerras, amenazas, pobreza, falta de oportunidades o de dictaduras. Cuando tratan de alcanzar un país donde pedir asilo o comenzar una nueva vida, se encuentran con una frontera llena de violencia, una Europa que no cumple sus propias leyes y sus acuerdos internacionales, con devoluciones ilegales.

Por qué afirmamos que la reacción de la Unión Europea hacia las personas ucranianas demuestra una gran hipocresía:

  • Cuando en el mes de agosto, los Talibanes se hicieron con el poder de Afganistán, muy pocas personas fueron recibidas en Europa para escapar, aún a sabiendas de que muchísimas quedaban en peligro por haber trabajado con gobiernos o agencias extranjeras. Desde No Name Kitchen recogimos casos de muchísimas familias que necesitaban encontrar un refugio seguro y no hemos recibido respuesta por parte de autoridades europeas.
  • Mientras unas fronteras se abren, otras se cierran. A diario, presentes en localidades fronterizas, conocemos a personas con golpes por todo su cuerpo o sin ropa. Coincide que gran parte de las personas que están tanto en Ceuta (España), como en los países de los Balcanes provienen de países musulmanes. Esta actuación podría llevar a una mayor islamofobia en la sociedad o a normalizar la xenofobia hacia personas de Asia o de África.
  • Hemos visto cómo personas negras  que están tratando de escapar del país han encontrado mucha discriminación en su huída, como hemos podido ver en las noticias en los últimos días.
  • Vemos que si hay voluntad política internacional, hay formas de presionar a un país en un contexto de guerra, con medidas económicas y políticas. Algo que la comunidad internacional se ha negado a hacer con otros países como es el caso de Israel con Palestina.

Con todo esto, queremos llamar a la reflexión sobre cómo la aporofobia y la islamofobia determinan nuestras políticas de control de fronteras exteriores. La gente que huye de países como Afganistán o Eritrea lo hace por la misma razón que lo están haciendo hoy los cerca de dos millones de personas que han dejado sus hogares en Ucrania..

En cuanto a la acogida de personas de Ucrania, queremos recordar cómo las solicitudes de asilo de personas de este país que escaparon de la guerra que comenzó en 2016 han sido denegadas en casi su totalidad en España. Esperamos que esta decisión tomada ahora sea por verdadera humanidad y no como parte de un juego político.


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