Alex Anfruns •  Opinión •  31/07/2019

«Si EE.UU. realmente quisiera una operación humanitaria en Venezuela, no privaría intencionadamente a la gente de medicamentos y alimentos»

«Si EE.UU. realmente quisiera una operación humanitaria en Venezuela, no privaría intencionadamente a la gente de medicamentos y alimentos»

En su último libro sobre Venezuela, Daniel Kovalik, abogado y amigo de muchos años del pueblo latinoamericano en países como Colombia y Centroamérica, rasga el velo de la propaganda de guerra : «la parte humanitaria de la intervención es ahora apenas una hoja de parra para la intención real y habitual: el control de los suministros de petróleo de otro país». Para saber más sobre los entresijos de «La conjuración para derrocar a Venezuela», hemos entrevistado a su autor, el Sr. Kovalik.

Alex Anfruns: En un capítulo de su libro sobre el nacimiento de la Revolución Bolivariana, usted señala algunas cifras históricas del período pre-revolucionario que han sido ocultadas a la opinión pública occidental. Cito un extracto: «Un informe menciona que la pobreza crítica se ha triplicado del 11% de la población en 1984 al 33% en 1991, lo que significa que sólo el 57%» de los venezolanos puede permitirse más de una comida al día». ¿Qué conclusión debería uno sacar si compara esas cifras con la situación que ha prevalecido en los últimos 20 años de gobierno bolivariano?

Daniel Kovalik: Ciertamente, entre 1999, cuando Hugo Chávez asumió la presidencia, y hasta 2015, el gobierno hizo un gran trabajo en la erradicación de la pobreza y la pobreza extrema; en la construcción de casas, en la educación gratuita para la infancia, que también incluía una comida caliente todos los días, etc. Así que esa fue una época realmente decisiva de la revolución bolivariana. Después de 2015 hubo que luchar por esos programas sociales, debido a la reducción de los precios del petróleo -que fue hecha intencionalmente por Arabia Saudí y Estados Unidos a partir de 2014- y luego, debido a las sanciones que se impusieron en 2015 y que se han intensificado desde entonces.

Pero incluso a pesar de las sanciones, el gobierno ha hecho grandes esfuerzos para llevar alimentos a la gente a través del programa CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) y continúa construyendo viviendas para la gente. Ha construido 2,5 millones de viviendas. Los logros de la revolución siguen brotando, pero las sanciones sin duda los están bloqueando.

También destaca los derechos que el gobierno venezolano ha devuelto a los afrodescendientes e indígenas, cuya mayoría están apoyando la Revolución. ¿Podría hacer una comparación con la situación de esas personas en EE.UU. y cómo se están tratando allí sus derechos específicos?

Bueno, realmente no hay comparación, porque los grupos indígenas en EE.UU. han sido tratados de una manera horrible. Desde los inicios de Estados Unidos, los ataques contra los pueblos indígenas sólo pueden describirse como genocidas. Fue una extrema violencia genocida contra ellos. Y aún así, hasta el día de hoy, hay enormes cantidades de pobreza entre los pueblos indígenas de este país: la tasa de suicidio es enorme; hay situaciones en las que niños indígenas son separados de sus familias a gran escala. En realidad, los pueblos indígenas han sido empujados a los márgenes de la sociedad, donde permanecen.

En Venezuela, por otro lado, el gobierno hizo un gran esfuerzo, desde la revolución bolivariana de 1999, para consagrar los derechos de los pueblos indígenas en la Constitución, no sólo para reconocer sus lenguas, sino también para preservarlas. Se ha esforzado por crear programas para preservar las lenguas indígenas. Devolvieron las tierras robadas a los pueblos indígenas.

Así que las diferencias entre ambos países son muy impresionantes, y ¡ocurre de manera similar con los afrodescendientes! Este país (Estados Unidos), por supuesto, fue construido sobre el comercio de la esclavitud, y luego hubo Jim Crow y la segregación legal, y aún hoy los afroamericanos viven mucho peor que el resto de la población en términos de pobreza, hambre y acceso a servicios sociales e infraestructura crítica. Los afroamericanos tienen tasas desproporcionadamente altas de mortalidad infantil, mortalidad materna. Y está la enorme tasa de encarcelamiento de afroamericanos en este país. Lo primero que hay que decir al respecto es que Estados Unidos tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, tanto en cifras absolutas como en porcentaje de la población. Más de 2,2 millones de personas en este país están encarceladas, y cerca del 40% de ellas son afroamericanos, aunque sólo representen alrededor del 14% de la población total. Como puede ver, los afroamericanos siguen estando muy oprimidos en este país.

Y si volvemos a Venezuela, la revolución bolivariana ha devuelto la tierra a los afrodescendientes, ha reconocido sus derechos como pueblo, de una manera que realmente no existía antes de la revolución. Y esa es la razón por la que los afrovenezolanos y los indígenas apoyan al gobierno allí. Y por supuesto, tiene sentido en muchos sentidos que el gobierno de Estados Unidos, que oprime a los indígenas y afrodescendientes aquí, se haya alineado con la élite blanca en Venezuela para tratar de derrocar al gobierno.

El ex embajador de Estados Unidos en Venezuela lo ha admitido recientemente con otras palabras, explicando por qué una intervención militar tradicional no pudo ser puesta en práctica en Venezuela contrariamente al caso de Libia, por al menos dos razones: la falta de fuerzas rebeldes dispuestas a derrocar al gobierno y el estado de la opinión pública, que aún no es lo suficientemente unánime contra Maduro. ¿Puede esta «estrategia del colapso» beneficiar de alguna manera a la oposición venezolana o es más bien un callejón sin salida político?

Obviamente el objetivo es destruir la economía venezolana y culpar de todo ello al gobierno venezolano, con la esperanza de derrocar al gobierno y llevar a la oposición al poder. Pero incluso la oposición y Juan Guaido han reconocido que, aunque han apoyado esa estrategia, también han reconocido que si la economía es destruida irreparablemente -por sanciones y otros medios- entonces, ¿cómo van a gobernar si toman el poder? Así que Juan Guaido, por ejemplo, le pidió a Trump hace unos meses que levantara las sanciones internacionales que impiden a Venezuela obtener asistencia financiera y préstamos internacionales. Una vez más, no quería que la economía sufriera tanto hasta el punto de heredar un desastre si llegaba al poder. Sin embargo, Trump lo rechazó.

Así que el tema es que incluso la oposición reconoce que el daño podría ser demasiado grande y ser irreparable. Y de hecho, estamos viendo que Estados Unidos está imponiendo sanciones tan draconianas a ese país, que realmente podrían destruir la economía de una manera que sería casi imposible de reparar. No creo que esta guerra económica vaya a funcionar para reemplazar al gobierno de Maduro, pero ciertamente podría destruir esa nación.

Por cierto, ese es un objetivo alternativo para Estados Unidos. Si observamos las operaciones de «cambio de régimen» de EE.UU. a lo largo de los años, cuando EE.UU. no es capaz de desbancar al gobierno que quieren desbancar, entonces acepta como alternativa simplemente destruir la nación. Vietnam es un gran ejemplo. EE.UU. sabía en algún momento que no derrotaría a las fuerzas de liberación nacional en Vietnam y, a pesar de ello, simplemente se puso a bombardear ese país hasta la edad de piedra para dejarlos sin nada. Si miramos a Libia, hay una situación similar, también en Venezuela e Irán. Estados Unidos se conformaría con destruir, lo cual es bastante chocante y obsceno, y la gente debería oponerse a ello. Pero creo que estamos siendo testigos de esa estrategia.

El gobierno venezolano ha negado que exista una «crisis humanitaria». Por el contrario, la oposición ha estado utilizando a propósito este concepto, vinculándolo a la norma de «responsabilidad de proteger» de la ONU que podría conducir a una intervención militar. ¿En qué medida las sanciones de EE.UU. están afectando al pueblo venezolano?

Hay un informe reciente que fue publicado por el Centro de Investigación de Política Económica y del cual fue co-autor Jeffrey Sachs, un economista muy respetado de la Universidad de Harvard. Ha concluido que al menos 40 mil venezolanos han muerto debido a las sanciones desde agosto de 2017, cuando Trump impuso una ronda muy draconiana de sanciones que aisló a Venezuela de los mercados financieros internacionales. Por lo tanto, son virtualmente incapaces de obtener medicamentos para el VIH, equipos de diálisis, medicamentos para quimioterapia y alimentos.

Este informe concluye que debido a ello, 40 mil venezolanos han muerto, y también concluyen que al menos otros 40 mil o más morirán este año. Así que las sanciones han sido muy devastadoras para la gente de allí, lo que, por supuesto, pone de manifiesto la mentira de que se trata de una operación humanitaria. Si realmente se quisiera una operación humanitaria, no se privaría intencionadamente a la gente de medicamentos y alimentos.

Entonces, ¿cómo el gobierno venezolano se ha estado ocupando de eso para proteger los derechos de su propio pueblo?

Lo que el gobierno ha hecho en respuesta es el programa CLAP, en el que compra principalmente alimentos cultivados de manera local, y luego los proporciona a un costo muy bajo a quienes los necesitan. Durante mucho tiempo, proporcionaba alimentos a la gente una vez al mes, y ahora está tratando de hacerlo cada 15 días para asegurarse de que la gente esté recibiendo alimentos. El gobierno trata de conseguir medicamentos del mercado oriental como China, Rusia, Irán, porque no puede conseguirlos de Occidente. Y de nuevo, increíblemente ahora Estados Unidos quiere sancionar el programa CLAP que está proporcionando alimentos para la gente. Así que este es un intento obvio de matar de hambre a la población. La esperanza de Estados Unidos es que los venezolanos pidan ayuda al tío – en este caso al tío Sam – y derroquen al gobierno. Esta es una forma de terrorismo, ¡clara y simplemente!

Algunos hemos denunciado cómo el público occidental ha sido desinformado por la propaganda a favor de un golpe de Estado durante la primera mitad de este año. ¿Cree que el debate sobre asuntos exteriores en la opinión pública estadounidense evolucionará, especialmente ahora que hay un proceso de diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición?

Sólo puedo hablar de lo que está sucediendo en Estados Unidos, y en Estados Unidos la prensa es muy parcial en su cobertura de Venezuela… Apenas cubre las negociaciones que han tenido lugar entre el Gobierno y la oposición. Una vez que se hizo evidente que Juan Guaido no iba a lograr derrocar al gobierno, la prensa dejó de cubrir a Venezuela como lo había hecho antes. En lugar de tratar la situación de manera honesta y considerar nuevamente si la maniobra de apoyar a Guaido era correcta para empezar, los medios de comunicación simplemente siguieron adelante. El tema es que sería difícil para la mayoría de los estadounidenses verse obligados a reevaluar la situación, porque los medios de comunicación no les están dando ninguna información ni ninguna razón para cuestionarse lo que está sucediendo allí.

En los años 2000 usted tuvo una rica experiencia en la defensa del sindicalismo colombiano – hay un documental que habla de eso. Hoy en día nos enteramos de los asesinatos de líderes sociales colombianos a diario, pero parece que este tema no es lo suficientemente importante como para ser noticia en los titulares…

Ese es otro tema que menciono en el libro: si observa Colombia, que está justo al lado de Venezuela, hay números récord de líderes sociales asesinados, incluyendo sindicalistas. Este año ha sido terrible para ellos, con más de 150 líderes sociales asesinados en el último año, y ese número está aumentando realmente. Hay un desplazamiento masivo de personas. Colombia tiene la mayor población de desplazados internos del mundo, con alrededor de 8 millones de personas. Y de manera desproporcionada, los desplazados son afrocolombianos e indígenas. Así que hay un terrible historial de derechos humanos en Colombia, pero una vez más, no está siendo cubierto por la prensa.

La prensa apenas susurra nada sobre Colombia. Así que la gente no entiende cuál es la realidad de Colombia, especialmente si la comparamos con la de Venezuela. La otra cosa de la que no hablan los medios de comunicación es el hecho de que 5,8 millones de colombianos viven en Venezuela. Ha habido una migración masiva en la otra dirección, de Colombia a Venezuela, de la que no se habla. Así que la gente se ve inducida a creer que Venezuela es un país excepcionalmente problemático en la región, cuando eso está lejos de ser cierto.

En su opinión, ¿cuál es la importancia de ese país para los Estados Unidos y cuál es su opinión sobre el futuro del acuerdo de paz colombiano?

El gobierno nunca cumplió el acuerdo de paz de una manera seria. Ha habido 130 ex combatientes de las FARC asesinados. El gobierno nunca ha detenido a los paramilitares como lo exigía el acuerdo de paz. Así que el acuerdo de paz está muerto, eso es un hecho. Colombia es la cabeza de playa de Estados Unidos en Sudamérica. Los EE.UU. operan desde al menos 7 bases militares allí, sus operaciones de cambio de régimen para Venezuela se llevan a cabo en gran parte desde Colombia. Algunos dicen que Colombia es el Israel de Sudamérica, el sustituto de Estados Unidos en Sudamérica. Por eso Estados Unidos es tan protector con Colombia y le da tanta ayuda militar, porque es desde allí desde donde proyecta su poder.


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