Unión Proletaria •  Opinión •  29/01/2020

La Unión Europea, al asalto de nuestras pensiones

La Unión Europea, al asalto de nuestras pensiones

Andre Crespin, 7 de enero de 2020 [1]

Los trabajadores franceses luchan contra la reforma de pensiones de Macron. En Bélgica, hemos hecho retroceder al gobierno de Michel y su pensión por puntos. En España, son los pensionistas quienes desfilan todos los lunes reclamando pensiones dignas. En Croacia, los sindicatos obtuvieron el regreso de la edad legal de jubilación de 67 a 65 años… Esta lucha para defender nuestras pensiones está sacudiendo a muchos países europeos. ¿Una casualidad?

Adivinanza: ¿Sabes dónde se coordinan los diversos ataques contra los sistemas europeos de seguridad social y, más específicamente, los sistemas de pensiones? Respuesta: en las oficinas de la Comisión Europea. Esta institución, compuesta por 28 comisionados que ningún ciudadano europeo ha elegido, constituye el poder ejecutivo de la Unión Europea. Tiene una influencia considerable en nuestra vida cotidiana porque es la iniciadora de toda la legislación europea. Y alrededor del 70% de las leyes aprobadas por los parlamentos nacionales son solo transposiciones de normas aprobadas a nivel europeo. Pero la pregunta sigue siendo: ¿por qué la Unión Europea ataca nuestras pensiones?

El arsenal de la comisión

Desde la crisis financiera de 2008 y el auge de China como potencia, la Comisión ha pasado a la velocidad superior en la creación de todo un arsenal de medidas que pueden tener un impacto en las pensiones europeas. Aunque los sistemas de pensiones son responsabilidad de los Estados, la Unión Europea ha desempeñado un papel clave al sugerir los tipos de reformas que se implementarán para reducir el gasto social, señala el Instituto Sindical Europeo [2]. El Pacto de crecimiento y estabilidad, el Six-pack, luego el Two-pack … Estos tratados, aprobados por los Estados miembros, han permitido a la Unión Europea imponer políticas de austeridad cuyo objetivo es reducir el gasto social.

El semestre europeo es un ejemplo concreto. Se trata de las recomendaciones que la Comisión Europea envía cada año en mayo a los Estados miembros. Estas recomendaciones son aprobadas en la reunión del Consejo Europeo en junio, donde sesionan los 28 jefes de gobierno. Estas recomendaciones enumeran las medidas recomendadas por la Comisión para que los Estados miembros alineen sus políticas económicas y presupuestarias con las normas y objetivos adoptados a nivel de la Unión. Y, como por casualidad, las reformas del sistema de pensiones figuran regularmente entre ellas.

Privatización de las pensiones

A partir de 2011, la Comisión lanzó la ofensiva al expresar sus recomendaciones: reducir la «sobreprotección» de los trabajadores con contratos indefinidos, vincular la edad de finalización de la carrera profesional con el de la esperanza de vida (es decir, reducir la edad de pensión), restringir las condiciones de acceso a la jubilación anticipada y establecer sistemas complementarios de pensiones privadas [3].

Siete años más tarde, el 25 de mayo de 2018, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin), compuesto por los ministros de economía y finanzas de todos los estados miembros, se muestra exultante. En su comunicado de prensa oficial, el Ecofin demuestra cómo el trabajo de coordinación de las reformas efectuado por la Comisión ha dado sus frutos. «Ecofin:

- SE FELICITA de que, en la mayoría de los países, las reformas recientemente emprendidas en materia de pensiones han tenido un efecto positivo al contener la dinámica del gasto público y han contribuido a elevar la edad promedio de salida del mercado laboral.

- SUBRAYA que los Estados miembros deben seguir tomando medidas adicionales para aumentar la edad efectiva de jubilación, en particular evitando la salida anticipada del mercado laboral, fomentando el envejecimiento activo; fortaleciendo los incentivos para permanecer en el mercado laboral; y reforzando elementos de sostenibilidad del sistema de pensiones, por ejemplo, haciendo que la edad legal de jubilación o la cuantía de las pensiones dependan de la esperanza de vida.» [4]

Para concretar esto, la Comisión tiene una preferencia: la pensión por puntos. Este sistema, que ya existe en Alemania, vincula el monto de la pensión con varios factores externos, incluida la esperanza de vida. Si aumenta la esperanza de vida, la pensión será menor…

Este sistema tiene la ventaja, para el Estado, de reducir los montos de las pensiones. Basta con mirar lo que está sucediendo en los países europeos donde se ha implantado este sistema. En Alemania, la pensión por puntos se aplica desde principios de la década de 2000. El balance es catastrófico: uno de cada dos pensionistas gana menos de 800 euros al mes, el 16,8% de ellos vive por debajo del umbral de pobreza, más de 1 millón de jubilados, a menudo mayores de 70 años, tienen que realizar mini trabajos (mini-jobs) para sobrevivir… En Suecia, donde la pensión por puntos hace estragos desde 2001, la situación no es mejor: el 92% de las mujeres y el 72% de los hombres habrían tenido una pensión más alta si el antiguo sistema todavía se aplicara. Y, como en Alemania, muchos de ellos tienen que seguir trabajando a pesar de su avanzada edad: el 38% de los suecos de 67 años y el 25% de los mayores de 69 tienen que mantener una actividad laboral para complementar su pensión demasiado baja…

Pero eso aún no es suficiente. La Comisión Europea se lamenta: solo el 27% de los europeos entre 25 y 59 años se han suscrito un plan privado de pensiones. El Consejo Europeo reconoce que «el mercado europeo de ahorro individual para la jubilación está actualmente fragmentado debido a la existencia de toda una serie de normas dispares que frenan la eclosión de un mercado a nivel de la UE» [5]. «Por lo tanto, existe un expreso deseo de privatizar las pensiones a escala europea», constata Marc Botenga, eurodiputado del Partido del Trabajo de Bélgica (PTB). «Hace unos meses, el Parlamento votó a favor de crear un producto privado de pensiones europeo (llamado ’producto paneuropeo de ahorro para la jubilación individual’, nota del editor). Básicamente, se trata de transferir las pensiones de los trabajadores hacia los seguros privados de pensiones. «La Unión Europea es en sí misma, básicamente, un producto, un proyecto de mercantilización: ofrecer cada vez más sectores a los mercados y a las multinacionales privadas, a los bancos. La austeridad sirve para eso. Limita la acción del Estado y le obliga a privatizar. Para ella, al igual que lo fueron antes la energía, el servicio de correos, los ferrocarriles, las pensiones deben ser privatizadas. «

Un contraataque europeo

Las medidas antisociales que encontramos en todos estos planes para reformar los sistemas de pensiones de los países europeos son muy similares. Lógico: todas están coordinadas por la Comisión Europea, que destila sus recomendaciones teñidas de austeridad con el mismo objetivo. El de maximizar las ganancias de los «campeones europeos» haciéndonos trabajar más tiempo por menos pensión. Y con los «daños colaterales» de entregar el premio gordo de las pensiones complementarias a los fondos privados de pensiones.

Como el ataque es europeo, también debe serlo nuestra respuesta. Es por eso que el PTB ha enviado varias delegaciones a apoyar a los manifestantes y huelguistas franceses en Lille, París, Valenciennes, Estrasburgo, Douai … Y que el partido de izquierda continuará haciéndolo mientras los trabajadores franceses no hayan ganado su pulso contra Macron. El PTB invita a los trabajadores belgas a entregar una contribución a la caja de solidaridad del sindicato CGT para apoyar a los trabajadores en huelga. Porque su combate también es el nuestro. Cualquier victoria obtenida en un país determinado para defender los sistemas de pensiones de reparto será una victoria para todos los trabajadores europeos. Será una advertencia para el establishment europeo: sus reformas perniciosas no pasarán. Más que nunca, la solidaridad entre los trabajadores europeos es necesaria.

 


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