María Mercedes Cobo •  Opinión •  26/01/2021

Aimeé Zambrano Ortiz: El femicidio no es una enfermedad que se cura con vacunas

Aimeé Zambrano Ortiz: El femicidio no es una enfermedad que se cura con vacunas

Investigadora y activista feminista que vio de cerca la realidad lacerante. Un día de playa con su familia, llega la policía y les dice que se cambien de sitio porque necesitaban cavar en el lugar donde contemplaban la Bahía de Cata. La mujer que justamente monitorea los casos de femicidios en el país, vivió cómo la policía desenterraba el cuerpo de Milagros, asesinada por su pareja. Ambos vendían cocos en una de las playas más hermosas del estado Aragua.

¿Cómo cerca de tanta belleza estaba enterrada Milagros? Tal vez para decirle a Aimeé que siga demostrando que muchas mujeres son asesinadas en lugares inimaginables. Nada ha cambiado, el patriarcado no ha muerto, pero las mujeres morimos cada vez más, no sólo asesinan nuestros cuerpos también matan nuestras almas.

Aimeé sabe que todas las mujeres hemos vivido algún tipo de violencia, ella se moviliza y va más allá. Porque ahonda en los femicidios, sistematiza y registra los casos para que no se nos olviden. Esas mujeres pueden ser una de nuestras hijas, una de nuestras hermanas, una de nuestras amigas, una de nuestras vecinas o compañeras de trabajo. ¡Podemos ser una de nosotras!. Si no nos matan, nos inducen al suicidio, nos golpean, nos violan, nos hieren el amor propio o nos vulneran la psique.

Alba TV prometió otra entrega sobre el tema de los femicidios y entrevistamos a Aimee Zambrano Ortiz, una mujer que es antropóloga, madre, feminista e investigadora. Ella hace el monitoreo de femicidios movilizada por la vivencia en carne, cuerpo y alma propia, la convicción, el dolor y el corazón. ¿Cuántas mujeres son asesinadas realmente en Venezuela? ¿Cuántos femicidas están en la cárcel?¡Comenzamos nuestro diálogo!

¿Por qué está tan comprometida e involucrada en esta sistematización que es tan dolorosa?

Primero, es un tema que me interesa. Además que yo siento que todas las mujeres hemos sufrido violencia de alguna u otra forma. Creo que es importante concientizar a las mujeres sobre esto, porque muchas veces las mujeres sufren violencia y no tienen conciencia de ello. Yo siempre hablo de esto. Yo comencé a hacer este monitoreo en junio del año 2019, en julio 2020, yo me voy a la playa con mi familia, con mi compañero y mis hijos, y mi suegra, a la Bahía de Cata (estado Aragua), a pasar un día en la playa, resulta que cuando estábamos en la playa, llegó la policía, nos movió de donde estábamos, comenzaron a cavar y consiguieron una mujer que había sido asesinada, había sufrido femicidio por su pareja, ellos dos vendían cocos en la playa. Ella se llamaba Milagros.

A mí eso me dejó muy impresionada, yo había empezado a hacer este trabajo, y encontrarme en la playa, encontrarme en una situación que no tenía nada que ver con el tema, en una situación donde había una mujer víctima de femicidio enterrada debajo de donde estábamos, de verdad yo creo que eso me marcó mucho y me puso a pensar qué tantos casos estaban ocurriendo, como para que me pasara en el sitio donde estábamos, qué tantos casos estaban pasando en el país, como para que estuviera una mujer enterrada al lado de donde yo estaba sentada. ¡Eso me impresionó y me marcó, es algo que voy a seguir haciendo siempre, el tema de seguir contando!

¿Cuál es tu formación y militancia actual?

Yo soy antropóloga, egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actualmente estoy haciendo una Maestría en Estudios de la Mujer en la UCV. Mi militancia actual: yo desde hace aproximadamente 13 años soy parte del colectivo Comando Creativo, que también integramos la comunidad de Utopix. Además del tema de la antropología, tengo formación y militancia en el área de comunicación, específicamente en comunicación popular, enfocado en el tema de la investigación y de la gráfica, y desde mi formación en el área de estudios de la mujer, comencé a interesarme en temas relacionados con los feminismos y actualmente me asumo también feminista.

¿Desde cuándo está sistematizando las cifras de los femicidios que ocurren en nuestro país? ¿Por qué hace esta labor? ¿Tiene algún tipo de apoyo?

Yo estoy sistematizando las cifras de los femicidios desde el año 2019. Sacamos un informe con relación a la cantidad de casos ocurridos que aparecieron en los medios de comunicación, nosotros hacemos un sub registro, sacamos uno del año 2019 y durante todo el año 2020 hemos venido haciendo la sistematización mes a mes por lo que vamos a sacar un informe también del año 2020. La idea es hacerlo, desde el año 2019 en adelante. ¿Por qué hago esta labor?. Lo primero es que revisando, vimos que había falencias, faltas y fallas porque no existen indicadores con relación a la cantidad de femicidios ocurridos en el país desde el año 2016, que fue la última vez que el Estado presentó cifras oficiales ante la Cepal, en la que contabilizaron 122 femicidios.

Además en el caso de Venezuela, veíamos muchas veces que nos hacíamos eco de los casos ocurridos en otros países, viendo lo que ocurría en México o en Argentina, y yo empecé a ver que ocurrían femicidios pero se presentaban de una manera muy fragmentada, no se veía como el total o el por qué eso ocurría aquí en el país, entonces viendo esto, decidí imitar lo que hace María Salguero en México, que es comenzar a hacer un levantamiento de los casos que ocurrían de femicidios y que aparecían en los medios digitales.

Hago esta labor porque creo que, primero, hay que mostrar esto que está ocurriendo, que es el tema de los femicidios. Segundo, creo que hay que diseñar o levantar algunos indicadores que sirvan para la población en general, para el Estado, aunque es una labor que tiene que realizar el Estado, pero al no hacerla, decidimos hacerla nosotros. Incluso para las académicas que quieran investigar sobre este tema y por supuesto (creo que es lo más importante), para no dejar en el olvido la memoria de estas mujeres, que fueron asesinadas a causa de la violencia machista y porque lo que se nombra no existe. El silencio, no hablar de lo que les pasó a ellas, no hablar de la falta de estas mujeres, de estas niñas, a causa de la violencia machista, es horrible. La idea del Monitor, es precisamente hablar de esto que les ocurrió a ellas, nombrarlas, decir quiénes eran, relatar en lo posible, desde lo que se levantó de los medios, qué hacían, si estudiaban, no estudiaban, cuántos años tenían, hacer un levantamiento de quiénes eran esas mujeres y qué hacían en vida.

No tenemos ningún tipo de apoyo. Esto es un trabajo igual que todo lo que hacemos en Utopix, nosotros la gran mayoría de trabajos que realizamos es de una manera independiente y autogestionada. Con nuestros trabajos, en mi caso, yo hago guiones e investigaciones, con mi sueldo, en mi tiempo libre, hago este trabajo del levantamiento de la información del Monitor de Femicidios. Es un trabajo que realizo yo sola, yo reviso los medios, hago las tablas, hago todo el levantamiento de la información y el principal apoyo me lo prestó un compañero de Utopix, Gael Abello, que es el que hizo todo el diseño infográfico. A partir de ese diseño que él realizó, yo ya lo que hago es llevarle una plantilla, ya yo incluso trabajo el tema de ese diseño y hago los informes también.

¿Por qué crees que ha aumentado esa cifra a medida que pasan los años?

Yo pienso, porque tengo para comparar el año 2019 y el año 2020, que aumentaron los casos en el año 2020 -dimos una explicación de por qué el aumento en el mes de enero (2020)- que tenía que ver con varias causas. Primero el tema de las fiestas de diciembre y luego en el mes de enero, por la depresión económica hubo un aumento con relación a los casos, ya que el hecho de que muchas veces en ese mes las empresas privadas están cerradas, hay menos cantidad de trabajo, eso incide en un mayor aumento de la frustración en muchos hombres, y eso hace que muchas veces terminen pagando esa frustración con las mujeres y los niños, niñas y adolescentes del hogar.

Entonces es multifactorial, esa es una de las causas. Hablamos igualmente cómo el tema del bloqueo contra Venezuela ha incidido en un aumento de la cantidad de casos porque el hombre, al ver que su rol patriarcal, de protector, de llevar ese dinero al hogar, se ve mermado a causa de toda la crisis económica que hay en el país, producto del bloqueo en gran parte, al no poder cumplir con ese rol, la emprenden contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Entonces, claro, por eso damos la explicación del mes de enero. Pero, además, vimos que aumentaron con relación al 2019 en todos los meses. Pensamos que la cuarentena, el encierro de las mujeres, muchas veces con parejas y familiares agresores, hizo que aumentara la cantidad de casos porque están las 24 horas del día, los siete días de la semana encerradas con agresores y no hay esos espacios de respiro que existían normalmente, en el caso de una situación donde no hay una cuarentena. Por ejemplo, el hecho de que el hombre iba al trabajo, la mujer iba al trabajo, eso hacía que la atención que existía en el hogar disminuyera un poco, pero en la cuarentena, la atención se dispara. Yo creo que eso también incidió, muchas organizaciones internacionales han hablado de esto, de cómo han aumentado la cantidad de casos, muchas organizaciones y movimientos feministas ya lo hablaban en el mes de marzo, que teníamos que estar alerta porque habría un aumento en la cantidad de violencia que iban a sufrir las mujeres en el hogar. Eso yo creo que tiene que ver con el aumento de los femicidios en el año 2020.

¿Cuál es el método o herramienta que utiliza para sistematizar y hacer balances o proyecciones de las cifras de femicidios?

El método que utilizo es el sub registro, yo lo que hago es que a través del método Osint (Open Source Intelligence), en español (Inteligencia de Fuentes Abiertas) o lo que es fuentes abiertas, reviso por internet los medios digitales nacionales, regionales, el instagram y el tuiter, para monitorear los casos de femicidios que aparecen ahí. Luego del levantamiento de esta información, tabulo, lo llevo a tablas de Excel y a partir de este tabulador, sistematizo, además que viendo informes realizados en otros países desde monitores de femicidios, comencé a generar una serie de indicadores, viendo qué indicadores generaban ellas, igualmente utilizando poco a poco, a medida que he ido investigado otras herramientas como el protocolo latinoamericano para la investigación de femicidios. Fui levantando varias categorías que no necesariamente son las categorías de femicidios que aparecen en la ley venezolana, pero que sí aparecen en protocolo latinoamericano y en publicaciones académicas.

A partir de allí comienzo a tabular en función de eso que aparece en los medios, porque ese es otro indicador, de qué es lo que dice la noticia y desde eso que aparece en la noticia, uno puede hacer el levantamiento de esas categorías. Una categoría que quiero agregar es la afrodescendencia, pero para poder agregar la afrodescendencia, tengo que utilizar las imágenes de las mujeres, el rostro, si el medio lo da, que no necesariamente aparece en todos los casos, por eso nosotros siempre insistimos en que realizamos un sub registro de los casos mediatizados, por ende creemos que pueden existir muchísimos más casos o están ocurriendo muchísimos más casos en el país.

¿Cuáles son sus principales fuentes?

Como ya venía diciendo, las principales fuentes que yo utilizo son las fuentes abiertas, en este caso son las noticias que aparecen en la sección de “Sucesos” de los medios digitales nacionales y regionales. Yo utilizo aproximadamente 70 medios digitales nacionales y regionales, igualmente algunas cuentas de instagram y de tuiter donde también aparecen casos, porque la idea es que tengamos una fuente donde se pueda ver de dónde surgió esa información.

¿Desde qué plataformas y medios publican el trabajo que hace?

Yo publico en Utopix que es la comunidad y la plataforma en la que yo hago vida y soy una de las fundadoras junto con otros compañeros de diversas organizaciones y colectivos. Publicamos allí porque como ya dije es nuestra plataforma independiente, autogestionada y nos permite tener más libertad a la hora de querer publicar sobre algún tema, además nuestra premisa es pensarnos en un futuro postcapitalista, pensarnos cómo podemos transformar esta sociedad hacia una mejor, por eso utilizo esta plataforma y es mi espacio de militancia.

¿Por qué se ha denominado el aumento de las violencias contra las mujeres y los femicidios como la “otra pandemia” o “la pandemia silenciosa”?

Es un debate que se ha dado en diversos espacios. No estoy de acuerdo en que llamen al femicidio “otra pandemia” o “pandemia silenciosa”, claro, yo lo he venido entendiendo, discutiéndolo con compañeras feministas de otros países, que ellas muy bien han argumentado que no puedes decir que el femicidio es una pandemia porque no es una enfermedad. El femicidio es un nefasto hecho cultural que es consecuencia del patriarcado. A mí me gusta mucho la frase de una investigadora feminista surafricana que se llama Diana Russell, que es una de las primeras que escribió sobre los femicidios y la frase que ella dice es que “el femicidio es tan viejo como el patriarcado” porque el femicidio está desde que aparece el patriarcado, es una de las maneras en las que controlan a las mujeres. El femicidio aparece desde la quema de las brujas, desde prácticas culturales como el suttee, en el que quemaban a la viuda, que es una práctica hindú y que también se realiza en otras culturas, donde entierran viva o queman a la viuda junto con el esposo muerto.

El femicidio es la máxima expresión de control porque controlas a la mujer asesinándola por ser mujer, entonces si lo ves, no es una pandemia, no es una enfermedad, no es algo que se cure con una vacuna como el caso del covid, es una práctica cultural que tiene años, que tiene siglos, y que además se resemantiza y cambia de forma y cambia la manera en que se expresa, se presenta, al igual que lo hace el patriarcado. Entonces, yo creo que hasta que no se abola el patriarcado o no se logre cambiar la sociedad en la que estamos, el femicidio no va a terminar, así como no va a terminar la violación. Todas esas expresiones del patriarcado no se van a lograr abolir si no cambiamos la sociedad, entonces no creo que sea una pandemia o no lo llamaría pandemia.

¿Por qué no tenemos acceso a cifras de los femicidios desde el Estado venezolano?

Sé que el Ministerio de la Mujer está haciendo todo el esfuerzo de levantar un observatorio de violencias y mediático, pero la Fiscalía es el órgano que debe dar las cifras, yo vi que luego del 25, 26 de noviembre, el Fiscal General dio unas cifras sobre los femicidios, pero de una manera muy escueta, entonces habló que ocurrieron 185 femicidios, entre los consumados y en grado de frustración, y ya, no dijo más nada, no sé si esas son las cifras oficiales, porque fue una alocución de prensa, no dijo cuáles fueron los femicidios consumados, específicamente, no dijo cuáles fueron los femicidios en grado de frustración, específicamente, sino que habló muy general, no sé si tomar esas cifras como oficiales, pero bueno, eso es lo último que ha dado el Estado.

¿Por qué no hay acceso a las cifras de los femicidios? No lo sé. Es que veo que no hay acceso igual a muchos indicadores, no nada más en el caso de los femicidios. No hay indicadores, por ejemplo de la cantidad de muertes maternas, no hay indicadores de la cantidad de casos de violencia de género, no hay indicadores de muchas cosas desde el Estado. Yo creo que es un error gravísimo porque sin indicadores no se pueden generar ni se pueden evaluar qué tan efectivas son las políticas públicas, eso nos lleva a una reflexión sobre la necesidad que existan indicadores públicos.

¿Qué pasa con las instituciones al respecto? ¿Hay un tratamiento silencioso con respecto al tema o no hay ningún tipo de abordaje?

Como te digo, el Ministerio de la Mujer sé que está haciendo un levantamiento desde el Observatorio y el 25 de noviembre inauguraron nuevamente el 0800-Mujeres (0800-6853737) para las denuncias. Sé y es un saldo positivo de la movilización que hicimos el 25 de noviembre, cuando fuimos a llevar una carta al Despacho del Ministerio de Interior y Justicia, donde se logró que nos recibieran la carta y logramos tener una reunión diversas organizaciones y colectivos feministas con el despacho de la Ministra, Carmen Meléndez y con una de las viceministras. De allí quedó un acuerdo que se está cumpliendo, que son unas mesas de trabajo conjuntas entre los movimientos feministas, el ministerio y los cuerpos policiales.

Uno de los primeros saldos es la creación conjunta de un protocolo sobre las violencias sexuales, otro saldo positivo, es que además de los movimientos feministas se están incluyendo a sobrevivientes de violencia de género y a familiares de víctimas de femicidios para hacer un trabajo conjunto con los cuerpos policiales. Que ellos escuchen, que ellos sepan el sentir de cada una. También se quiere avanzar en el tema formativo desde la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) para formar en esta área, igualmente apoyándose en lo que podamos aportar los movimientos feministas y los familiares de las víctimas de femicidios. Yo creo que eso puede generar un tipo de cambio y es un saldo que puede ser positivo, a pesar de que siguen existiendo un montón de falencias en nuestro sistema de justicia, a la hora de tomar las denuncias o irregularidades de muchos casos de femicidios que han ocurrido.

Ver también: Venezuela cierra el 2020 con 256 femicidios

Si bien nuestra ley incluye el concepto y la pena por femicidios, ¿qué pasa con las políticas para disminuirlos?

Esto es largo porque precisamente en el Poder Judicial existen prácticas que inciden, en que muchas veces las denuncias por violencia no sean tomadas en cuenta o con la seriedad que se necesita. Un ejemplo son las cifras que dio el Fiscal de la cantidad de denuncias presentadas por violencia y a la cantidad de condenas, de verdad que son irrisorias, da pena presentar esas cifras como un avance desde la Fiscalía. Y en los servicios de acompañamiento de mujeres y lo que dicen las mismas mujeres que han hecho denuncias es que cuando vas a realizar una denuncia, ocurren cosas, como que intenten hacer una mediación entre agresor y la sobreviviente de violencia, eso más bien la pone en una posición de revictimización, ocurren cosas como que las mismas mujeres tienen que entregar las medidas de protección a los agresores, ocurre como que por un código de vestimenta no te dejen ir a poner una denuncia, aunque eso ha ido cambiando con estas reuniones a las que hice mención que se están haciendo con el Ministerio de Interior y Justicia. De allí salió un folio donde prohíben que las mujeres no puedan ir hacer las denuncias estén vestidas como estén.

Ocurren cosas como que no te quieren tomar las denuncias, que levantan mal los expedientes o que hay pruebas que no aparecen. Ocurren muchísimas irregularidades. Hace falta muchísima formación no sólo a los funcionarios sino a todo el sistema de justicia. Eso va desde el que te recibe en la puerta, el recepcionista, el vigilante, al policía que te va a tomar la denuncia, al fiscal que muchas veces cree que una mujer hace una denuncia por violencia porque quiere hacerle daño a la pareja, esas premisas todavía están, hasta los jueces. Hay que sensibilizar al sistema completo sobre el tema de la violencia y creo que eso incide en que haya un aumento o impunidad en los casos de femicidios muchas veces.

La investigadora feminista, Rita Laura Segato ha hablado de la pedagogía de la crueldad a la hora de analizar las violencias contra las mujeres y los femicidios, ¿cuáles son tus propias lecturas y análisis sobre esto?

Yo estoy muy de acuerdo con lo que dice Rita Laura Segato sobre la pedagogía de la crueldad. Los medios moldean muchas veces la manera en que son percibidos los femicidios. ¿Qué pasa? Los medios terminan revictimizando a esta mujer que ha sido víctima, y lo puedes ver en los titulares que dicen que “Murió por amor”, “La mató por celos”, “Fue un crimen pasional”. Hubo un caso espantoso de revictimización desde los medios, que fue uno de los casos de femicidios que ocurrieron el año pasado, en enero precisamente, donde una mujer en el estado Zulia fue asesinada saliendo de una discoteca. Ese caso lo llamaron “El caso Mi Vaquita” porque ella venía saliendo de un local que se llamaba así, de ella dijeron cualquier cantidad de cosas, que era prostituta, que era prepago, que era parte de una banda, incluso entrevistaron a la mamá que ella siempre había querido que la hija saliera de esa vida. Terminaron exponiendo a la mujer víctima de femicidio a cualquier cantidad de apreciaciones de la gente desde lo mediático. Ahí podemos ver, uno de los indicadores, de cómo la pedagogía de la crueldad moldea para que la gente termine percibiendo los femicidios como algo normal.

Yo creo que sí hay que hablar de los femicidios, hay que mostrar que eso está ocurriendo, pero hay que hacer un tratamiento diferente donde no se hable tanto del femicida sino que se intente recordar en vida a esa mujer que fue víctima de ese hecho.

¿Cuáles son las más recientes acciones del movimiento feminista venezolano para visibilizar el aumento de las violencias y los femicidios, acompañar a los familiares de las víctimas y exigir justicia?

Parte de las acciones son esas que ya mencioné, del 25 de noviembre, que fue la movilización que se hizo al Ministerio de Interior y Justicia que dejó ese saldo que me parece súper positivo. Nosotros seguimos haciendo, tenemos una plataforma, tenemos una articulación donde nos organizamos, hablamos, ideamos campañas, me parece súper positivo que cada vez se suman compañeras de diversos espacios también, a comenzar a visibilizar casos. Me parece importante porque mientras más mujeres y hombres se sumen, más visibilidad se le da, yo creo que más gente comienza a concientizar y a entender la violencia contra las mujeres y deja de normalizar este hecho. Yo creo que es importante que se hable de la violencia, se muestre, se hable del femicidio pero de una manera diferente no como lo hacen los medios.

“El extremo de un continuum de terror anti-femenino e incluye una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina, y en el hogar); clitoridectomías, escisiones ginecológicas innecesarias, heterosexualidad forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía plástica, y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento. Siempre que estas formas de terrorismo resultan en muerte, ellas se transforman en feminicidios”.

Diana Russell

Fuente: http://www.albatv.org/Aimee-Zambrano-Ortiz-El-femicidio-no-es-una-enfermedad-que-se-cura-con-vacunas.html


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