El Partido de la Democracia Obrera •  Opinión •  25/07/2016

No al estado de emergencia en Turquía

Como resultado de las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional y el Consejo de Ministros del 20 de julio, cinco días después del intento de golpe de estado de la noche del 15 y 16 de julio, el estado de emergencia ha sido declarado en todo el territorio turco por un período de 3 meses. El Partido de la Democracia Obrera rechaza tanto el intento de golpe de estado, así como el estado de emergencia.

La profundización de la crisis del régimen en Turquía, la deriva autoritaria y represiva de la política del Palacio han creado las condiciones necesarias para un intento de golpe de estado. Pero tras el fracaso de dicho intento, el régimen del Palacio ha continuado y acelerado su política liberticida, represiva y anti-democrática.

Erdogan no ha calificado en vano este intento de golpe de estado de «regalo de Dios». El despido de decenas de miles de jueces plantea la cuestión de si el Gobierno ya tenía elaborada una larga lista y si contenía no sólo los nombres de los conspiradores del golpe de Estado sino también de todos los opositores al Gobierno del AKP. El aparato de estado vive el mayor colapso de su historia y el AKP nunca ha sido tan impotente. Al declarar el estado de emergencia con el lema “el estado se ha hundido, viva el estado”, el régimen del Palacio demuestra que no tiene la confianza de nadie pero que quiere tomar un completo control de la situación.

Al establecer el estado de emergencia, el AKP ha inmovilizado la Asamblea Nacional que había expresado su gratitud por tomar decisiones contra el golpe militar del 15 de julio. El AKP ha abierto el camino a la arbitrariedad y al recurso de los Decretos-ley. Así, el Palacio presidencial intentará dirigir su régimen como desee. Pero se enfrenta a su propia crisis y a la del aparato estatal que está a punto de desplomarse debido a las purgas y a la situación económica que está fuera de control.

El plan del Palacio es explicar que el estado de emergencia se utilizará para eliminar la amenaza de un nuevo golpe de estado. Pero el propio régimen es plenamente consciente de que, después de la eliminación de los golpistas, la crisis política y económica no puede resolverse de un día a otro. Utilizando el estado de emergencia y los Decretos-leyes, el régimen aumentará su política de ataques económicos y despojará a la clase obrera de los últimos derechos sociales que le quedan con el fin de recuperar la confianza de la burguesía de Turquía. También, mediante la aplicación de la ley del estado de emergencia, tratará de defenderse de las luchas que surgirán contra su política de ataques económicos y intentará continuar la represión contra el movimiento político kurdo extendiendo el estado de emergencia en vigor al conjunto del territorio turco. En conclusión, todas las bases de las luchas económicas y democráticas están amenazadas por el régimen del Palacio.

El intento de golpe de estado fracasó pero no es la democracia la que venció sino el régimen cada vez más autoritario del Palacio que, aprovechando el estado de emergencia, ha conseguido un poder que le permite despojar a los trabajadores de todos sus derechos democráticos. La ley que establece el estado de emergencia garantiza sólo dos derechos: el derecho a la vida y el derecho a luchar.

Sólo hay solución posible para preservar nuestros derechos democráticos y nuestras libertades, así como nuestras conquistas económicas y sociales: la movilización de los trabajadores, de las mujeres, de los kurdos, de todos los sectores oprimidos y explotados y su irrupción en la escena política como una fuerza independiente. El Partido de la Democracia Obrera llama a las organizaciones de trabajadores y de izquierda, a las fuerzas socialistas a unirse para desarrollar un plan de emergencia contra los golpes de Estado militares, el estado de emergencia, las políticas represivas y las medidas anti obreras del régimen.

¡Ni golpe militar, ni estado de emergencia! !Unidad de la clase obrera!


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