Una Extremadura digna •  Opinión •  21/03/2022

Políticas de apoyo a la agricultura extremeña. La necesidad de una Reforma Agraria

La reacción llevada a cabo en Madrid por el Mundo Rural ante las políticas del gobierno es algo que cabe esperar y que sin dudas se irá agravando con el paso del tiempo si el gobierno de coalición no toma medidas en relación con las políticas agrarias.
Lo que se pone cada día de manifiesto es que el gobierno español sigue paso a paso las políticas que se dictan desde Bruselas por los grandes Monopolios, llevando a la ruina a miles de agricultores, tanto en Extremadura como en el resto del Estado español.
Los precios de los productos agrícolas y ganaderos controlados por las grandes multinacionales están por tierra, no son suficientes para equilibrar los costos de la producción, lo que genera un endeudamiento y empobrecimiento de las explotaciones agrícolas, de tal modo que la tierra se concentra en viejos y nuevos latifundistas y en fondos de inversión con intereses agrarios. Los incrementos de los precios de los fertilizantes, los abonos y otros elementos necesarios aceleran los costos imposibles de satisfacer, al igual que la ley de la cadena alimentaria que no tiene efectividad real, con poca vigilancia para su cumplimiento, los contratos de compra de los productos agrícolas son sometidos a múltiples restricciones por las industrias, en definitiva, se ahoga la vida económica de los agricultores y se hunde el mundo rural.
En los últimos años un buen número de fondos de inversión toman posiciones en el campo extremeño. Según la revista especializada CAUDAL EXTREMADURA sonmuchos los que compran o arriendan grandes extensiones de tierras extremeñas, estando presentes en empresas de comercialización directa de productos agroalimentarios, empresas de maquinarias y tecnología agrícola, viveros, compañías de fertilizantes o arrendamiento de grandes fincas en producción.
La revista señala algunas de estas compañías que aterrizan con fuerza en las tierras extremeñas: La sociedad ELAIA, propiedad del yerno de Fernando Roig (Mercadona), que gestionan 15.000 hectáreas de olivar, cuenta con grandes plantaciones super intensivas de olivar en la zona de Gargáligas, cerca de Don Benito, y una gran almazara en Navalvillar de Pela.
El fondo ADM CAPITAL compró en 2017 la empresa Olivos Naturales-Innoliva, que cuenta con grandes fincas de olivar en Peraleda de Zaucejo y Olivenza.
El fondo de inversión DE A CAPITAL, propiedad del grupo italiano De Agostini (Atresmedia) presente en HACIENDAS BIO, en Mérida y sus alrededores, es una compañía frutícola que gestiona más de 2.300 hectáreas en varias regiones. De A Capital también se ha convertido en socio mayoritario de la multinacional de maquinaria para almazaras, Pieralisi, muy presente en Extremadura.
La empresa murciana MOYCA GRAPES, participada por el fondo PROAA CAPITAL especializada en uva de mesa, que cuenta con una importante finca arrendada en Guareña en la que produce unos dos millones de kilos.
Desde Extremadura Digna consideramos que el gobierno regional tiene que intervenir para frenar esta apropiación territorial que llevan a cabo los poderosos fondos de inversión, y organizar una transformación estructural del modelo productivo extremeño mediante una reforma agraria que vaya desde la expropiación y la puesta en producción de las enormes extensiones de tierras en manos de latifundistas, la mayoría de los cuales no viven en nuestra región, hasta un conjunto de medidas democráticas que propicien la soberanía alimentaria, el impulso al cooperativismo y el control público de los impus materiales y financieros necesarios para la producción agrícola y ganadera.
En la mayoría de los casos, estas grandes extensiones de tierra se destinan a cotos de caza y cobrando buenas subvenciones de la PAC.
El gobierno del PSOE eliminó la referencia a la reforma agraria en el Estatuto de Autonomía extremeño, renunciando a un elemento clave para la transformación económica y social de la comunidad extremeña, algo que debe ser recuperado nuevamente para poner en marcha medidas que acaben con esta lacra económica que padecemos desde tiempos pretéritos en la región extremeña. En nuestro territorio se encuentran algunas de las fincas de mayor extensión territorial, propiedad de personas de la aristocracia española, que viven fuera de la región, en muchos casos improductivas en su totalidad. Algunos de estas enormes extensiones de tierra en manos de la nobleza española son las siguientes: La finca Valdepuercas, en la provincia de Cáceres, de unas 18.000 hectáreas. La finca Valero, con 4.850 hectáreas en la localidad de Torrejón el Rubio (Cáceres), en pleno Monfragüe. La finca Quintos de San Martin de 8.000 hectáreas en Valencia de la Torres (Badajoz). La finca Azagala, con 7.000 hectáreas en el término municipal de Alburquerque (Badajoz) y otras muchas.


Opinión /