Ramaris Vásquez •  Opinión •  14/11/2021

DD.HH. Hambre: El fantasma pasado, presente y futuro

DD.HH. Hambre: El fantasma pasado, presente y futuro

A propósito del advenimiento de la navidad, se puede decir que el hambre es como el fantasma de las navidades pasada, presente y futura frente a “Scrooge”, y éste respecto al pequeño Tim y demás personajes del conocido “Cuento de Navidad” de Charles Dickens: El hambre recorre los escollos de la vida de mucha gente mientras amenaza con llevársela. (1).

Así lo ha confirmado la ONU este 8 de noviembre: Esa sombra de muerte que es el hambre atenaza a 45 millones de personas en 43 países del mundo, hecho que violenta los derechos humanos a la alimentación y a la vida, entre otros. (2).

Primeramente, el hambre produce sufrimiento. Tal como lo describe la FAO, es “una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria”. (3). Como cuando se está acabando una batería…y aparece el fantasma de la navidad pasada: los nutrientes que faltaron hacen mella.

Pese a ello, los que tienen los estómagos repletos se olvidan del pequeño Tim que no ha comido o come mal y por tanto, esa condición de hambre empeora, pues como refiere la FAO, ésta “se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable”. (3).

Es entendible. La sensación de hambre y la subnutrición amilanan las capacidades, impiden pensar con claridad y someten masivamente a las personas más débiles en el sistema socioeconómico mundial dominante. Un 17% del planeta -de acuerdo a la FAO- “desperdicia los alimentos” mientras “811 millones de personas sufren hambre”. (1). O sea, “Scrooge” (la humanidad) se halla más intimidado por el “fantasma de la navidad presente”. (4)

El egoísmo y la indolencia se erigen como un monstruo insaciable frente al hambre de millones de seres humanos. La clase trabajadora y las personas menos pudientes llevan el bulto más pesado. Cada vez hay que tener más dinero para poder acceder a los alimentos. Así lo advirtió ONU Mujeres el 4 de noviembre pasado cuando afirmó que el costo de los alimentos en el mundo, “sube a niveles no vistos desde hace una década”. (5).

David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, señaló en esta nota de la ONU que «decenas de millones de personas se asoman a un abismo. Los conflictos, el cambio climático y el COVID-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda”. (5)

El representante de la multilateral, confirmó: «Ha subido el coste del combustible, se han disparado los precios de los alimentos, los fertilizantes son más caros, y todo esto alimenta nuevas crisis como la que se vive ahora en Afganistán, así como en las emergencias de larga duración en Yemen y Siria». (5).

Sin duda, si de algo le ha dado chance al “fantasma de la navidad presente” en el mundo, ha sido la pandemia por coronavirus, que deja muchas dudas sobre el derecho a la salud y a la vida, frente al hambre, pese a que el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) ratifica el derecho de “toda persona a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimenta¬ción (…)”. (6).

Igualmente, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), en su artículo 11 reconoce el derecho a estar protegidos contra el hambre (…). Y, en sus literales a y b, instan a tomar medidas y ejecutar programas concretos para “mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos” y “asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales (…)”. (7)

No obstante, todo indica que habrá más inseguridad alimentaria, misma que la FAO define como aquello que una persona padece al no tener “acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o la falta de recursos para obtenerlos”. (8). El acceso a la obtención de bienestar social no es equitativo.

El informe “El Estado de Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo” 2021, de la FAO; arrojó que “de los 2 370 millones de personas que afrontan una inseguridad alimentaria moderada o grave, la mitad (1 200 millones) se concentra en Asia; un tercio (799 millones), en África, y el 11% (267 millones), en América Latina y el Caribe”. (p.8). (8)
La FAO ha concluido que “teniendo en cuenta los efectos de la pandemia de COVID-19, se prevé que 657 millones de personas (casi el 8% de la población mundial) estarán subalimentadas en 2030”. (p.8). (8)

En esta narrativa de la vida real -a diferencia del cuento de Dickens-el sistema de reducción poblacional tácito, que se hace patente con el hambre, las pandemias y epidemias, pone en peligro la vida de millones de seres humanos. Hay que derrotar el “fantasma de la navidad futura” a tiempo, para que haya un final feliz en este cuento. Colorín colorado.

 

Referencias
1. Dickens, Ch. Cuento de Navidad. Recuperado de
8.https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://www.ohchr.org/Docm ents/ProfessionalInterest/cescr_SP.pdf&ved=2ahUKEwjO8Keq04_0AX5RzABHVrXAB4 QFnoECAQQAQ&usg=AOvVaw0610f6 6lTWVkxe2d_bx_R
Ramaris Vásquez, es periodista especializada en Derechos Humanos.

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