Ramaris Vásquez •  Opinión •  14/08/2020

Monarquía española: Silencio… se agota el sistema

España, desde la óptica latinoamericana, retrotrae a la evocación de una corona que se hizo de nuestras riquezas desde 1492; aniquiló a millones de seres humanos y nos mantuvo cautivos hasta lograr una emancipación que costó sangre y fuego, mientras Fernando de Aragón e Isabel de Castilla salvaban la monarquía y el estatus con una unión muy conveniente.
Hoy en día, España solicita a Colombia el Galeón San José, hundido en 1708 en Cartagena de Indias (lleno de monedas  de oro) bajo el alegato de que sería la “tumba submarina” de 600 marineros suyos. (1) ¡Es el mismo sistema monárquico!, que siglos más tarde, ante su agotamiento, exige silencios y pregunta con disgusto: ¿Por qué no te callas?
El monarca emérito se refugia fuera del país tras una estela de interrogantes sobre presunto enriquecimiento ilícito, que confirman que las reiterativas búsquedas de acuerdos para formar gobierno en los últimos años, son signos del desgaste político de un sistema que no responde a las exigencias democráticas actuales, dejando mal sabor  en quienes  encuentran desempleo, desahucios y  pobreza. (2).
La hegemonía comunicacional española se encarga de que banalidades ocupen titulares distractores, por lo que no se destraba el silencio impuesto estratégicamente sobre el rey emérito, y solo asoma un orificio por donde el derecho humano a la expresión y opinión se cuele.
España aceptó este año, tras el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el 91% de las recomendaciones recibidas, entre ellas la de Bélgica de  “garantizar la libertad de expresión y de opinión mediante una reforma del Código Penal para que los delitos tipificados en él se ajusten a las definiciones reconocidas internacionalmente”; y la de Canadá, de revisar “los delitos de injurias a la Corona y delitos contra sentimientos religiosos recogidos en el Código Penal”. (3)
Algunos sostienen que el silencio intenta una “explosión controlada” de la población para garantizar la continuidad del sistema. Pero lo que callan los titulares, ya aflora, producto del hastío de un pueblo que exige explicaciones por los años de confianza otorgados -sin el pretexto del crédito de una transición, cuyos efectos no son eternos- y reclaman reformas más férreas e irreversibles que un matrimonio y el uso de vestidos ‘reciclados’.
El caso de Iñaki Urdangarín condenado por apropiación indebida de dinero público, hecho del cual la infanta Cristina fue absuelta, y ahora, esta  situación con el monarca emérito,  contrastan sensiblemente con la situación que vive el grueso de la población española, y con las reformas que reclaman las comunidades autonómicas. El desvarío por la suntuosidad, el lujo y el derroche ya tienen carácter repetitivo y sobre ellos pesa el ojo público en plena crisis del siglo XXI, acrecentada por la pandemia actual.
Otro  tema de cara a la imagen mundial del gobierno español y su corona, es la nulidad de la ONU sobre los denominados “Acuerdos de París” firmados por Juan Carlos de Borbón, cediendo la administración del Sahara Occidental (donde reside el pueblo Saharaui) a Marruecos y Mauritania, que habrían sido dados a conocer mediante documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos (4).
Razón tenía Galeano en recoger en sus “Venas Abiertas de América Latina” que: “Si bien los metales preciosos de América alumbraron la engañosa fortuna de una nobleza española que vivía su Edad Media tardíamente y a contramano de la historia, simultáneamente sellaron la ruina de España en los siglos por venir”. (Galeano, 1978, Pág. 27).
La historia no es cíclica, pero del siglo XV hasta ahora, el sistema monárquico subsiste en el planeta; y las familias que ocupan sus privilegios luchan a trocha y  mocha por sostener un mecanismo que unas mayorías sensatas denuncian que se agota, aunque en la filiación descanse su legitimidad.
Los amedrentamientos a los factores políticos que intentan una reforma, de cara a atender las  necesidades de justicia social, responden estratégicamente a la lógica del silencio impuesta como política, cuando, de escándalo en escándalo, se ha ido subsumiendo la monarquía, cuyo papel cada vez es de menor funcionalidad gubernamental.
En los estertores de un sistema es que subyace el peligro, por eso en lugar de callar, seguramente muchos querrán levantar su voz. Mientras tanto…shhhh…que se agota el sistema.
  1. https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/tesoro-del-galeon-san-jose-y-posibilidad-de-litigio-con-espana-462110
  2. https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/hoy-espana-huele-a-podrido-202406
  3. https://okdiario.com/espana/sanchez-promete-onu-despenalizar-delito-injurias-rey-examen-sobre-derechos-humanos-5917903
  4. https://diario16.com/juan-carlos-de-borbon-provoco-que-espana-vulnerara-el-derecho-internacional-para-garantizarse-el-trono/

*Ramaris Vásquez, periodista venezolana. Con estudios de Especialización en Derechos Humanos de la Universidad Nacional Abierta. Venezuela.


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