José Haro Hernández •  Opinión •  13/05/2020

1936 vs. 1945

Hace unos días, un corresponsal de prensa extranjero, en tertulia radiofónica, expresaba su estupefacción por el nivel de virulencia y agresividad hacia el ejecutivo que, a cuenta de la pandemia, exhiben las fuerzas conservadoras en España. Una reciente editorial de medio tan poco sospechoso de desvaríos chavistas como el Financial Times, también se ha manifestado en la misma dirección. Y es que es muy difícil encontrar en Europa, incluso en el mundo, un país en el que la oposición atribuya a su gobierno una responsabilidad criminal en las muertes por el Covid 19, así como que los fallecimientos de mayores en las residencias sean resultado de prácticas eutanásicas a cargo de la vicepresidencia segunda.

En mi opinión, se concitan tres razones que explicarían esta anomalía española. La primera es de naturaleza ideológica. Efectivamente, desde que se conformó la nueva mayoría progresista, a una derecha que en su pluralidad comparte plenamente la restauración aznarista en el sentido de fortalecer ese cordón umbilical que siempre la ha mantenido unida con la sociología franquista(aderezada de ultraliberalismo económico), se le hace insufrible la presencia de ‘comunistas’ en la cúspide del Estado. No ganaron una guerra para ver a Iglesias o Garzón al frente de la nación. De ahí su advertencia, teñida de amenaza, de que los ‘socialcomunistas’ preparan un cambio de Régimen que se va a cobrar en la monarquía su primera pieza. Y digo amenaza porque desde la propia sesión de investidura, tanto PP como Vox, han considerado como ilegítimo el resultado emanado de las urnas, llamando a Sánchez ‘traidor’, ‘felón’ y unas cuantas cosas más. Y un gobierno ilegítimo no merece otro destino que el de ser derrocado, bien sea forzando la Constitución, bien llamando directamente al golpe de Estado. En este contexto, se entiende perfectamente que para estas fuerzas reaccionarias, tan solo homologables a las más cutres y posfascistas del Este europeo, la crisis sanitaria no es una desgracia colectiva que viene de fuera y a la que la sociedad ha de hacer frente unida, sino una ocasión de oro para tumbar al usurpador que está al mando.

La segunda explicación tiene su origen en la frustración de quienes no atisban un horizonte electoral que les permita alcanzar el poder en, al menos, el medio plazo y, en consecuencia, desbancar a esa anti-España que hoy dirige el país. La masa más o menos compacta, si bien con densidades variables, que han conformado PP y Vox, parece tener un techo electoral que, hoy por hoy, no va más allá del 35%, en la medida que la España plural de las nacionalidades históricas y bilingües, así como aquellas áreas de consolidación obrera de la izquierda, se resisten a otorgar a las derechas un número de diputados suficiente como para articular una mayoría  en el Congreso.

La frustración también estaría detrás, como tercera causa, de esta ira ultra. En este caso, por la derrota ideológica que Covid 19 ha infligido al liberalismo desaforado. Tenemos una derecha partidaria de privatizar hasta el aire que respiramos, lo cual es incompatible con este nuevo paradigma, en el que el Estado, y no el mercado, está sacando adelante a unas sociedades enfermas y empobrecidas. Hasta tal punto la ideología extremoliberal está adherida como un tumor al cuerpo de Abascal y Casado que, con la que está cayendo, no pueden sustraerse a la compulsión enfermiza de recortar en material e inversiones sanitarias en la Región de Murcia. Tampoco a la de despedir a una parte de los sanitarios movilizados contra la pandemia en Madrid. Obviando las consecuencias, en términos electorales, que pueda acarrear este extemporáneo proceder.

En España se libra una batalla por el modelo social que traerá el escenario post virus. La mayoría parlamentaria aspira a recuperar el espíritu del 45(en versión digital), es decir, la prevalencia de lo público para definir un marco laboral basado en la justicia social y la sostenibilidad energética e industrial. Las posiciones extremistas nos quieren llevar a 1936. Concretamente al 18 de Julio.

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