Ramón Francisco González Hernández •  Opinión •  12/10/2019

Detener las exportaciones de armas para invertir más en ayuda humanitaria

Detener las exportaciones de armas para invertir más en ayuda humanitaria

Cuando en una materia sumamente delicada como es “la venta de armamento”; y que afortunadamente en España, es un monopolio estatal su –fabricación- y venta, aunque puede dotarse de intermediarios privados pero totalmente fiscalizados, y que cuenta con un importante sector productivo a nivel de primeros puestos en ventas a nivel internacional. No podemos ser ilusos y pensar que un mundo que se basa en la estrategia de dominación de los mercados, en todas sus vertientes, y amparados en el juego de los valores financieros en bolsa o el monto de capitales, no puede desatar conflictos bélicos. Un Estado moderno, aún sometido a posibles quebrantos, en lo que se está convirtiendo en no pocas ocasiones “la época de los Estados fallidos”, no puede prescindir de la modernización de sus ejércitos y de sus cuerpos y mecanismos de seguridad.

Otra cosa es, el negocio de las armas, que hasta hace nada era el principal negocio en movimiento de capitales de la humanidad. La música y las drogas le seguían de cerca aunque esto no se publicite en demasía, pero como ya sabemos todo ha cambiado y está cambiando.

El poder poner fin y salir del negocio de la fabricación de armamento a terceros no se puede plantear como un grito a los vientos. Pues vender armas, implica vender a quien compra… y quien compra armas tiene fines diversos. Y por otro lado: vender armas es vender muerte de una forma u otra; y por ello debe plantearse como una aspiración real su reducción.

No olvidemos que se ha generado toda una potente y muy beneficiosa industria armamentística en nuestro país que genera importantísimos beneficios.

Claro que esa propuesta de reconversión de ser vendedores a ser autosuficientes (en lo posible, las patentes en estos casos suelen pertenecer a las grandes potencias) no es precisa, pues en un mundo como el actual, la cuestión disuasoria es imprescindible frente a agresiones armadas de todo tipo y hasta por venir. El dejar de vender para autoabastecer implica una pérdida de entradas con beneficio y por tanto, se tiene que amparar en iniciativas reales de compensación. ¿La investigación?… asunto a valorar y equilibrar entre la sociedad y los expertos en estas materias con fundamentadas opiniones y las leyes a desarrollar. Ningún mercado, que dirigen empresas y mercaderes, que produce beneficios liquida la fuente.

Implementar aún más las motivaciones, formación y acciones en materia humanitaria es cuestión sin lugar a dudas a mantener e incrementar, la modernización constante en épocas de cambios, a la vez constantes, es impostergable. Por ello se trata de armonizar y equilibrar valores en este campo tan maniqueo para debates y exabruptos impropios.

Pertenecemos a la comunidad internacional, más cerca a la europea y mantenemos tratados con organismos internacionales de defensa en los que aplicamos cuotas. Una profunda reflexión general sobre la modalidad de pertenencia a estas organizaciones y organismos se hace necesaria. Con la mayor y más amplia transparencia que la delicada materia permita. Pero sí debemos apostar por nuevas reformulaciones, nuevas adhesiones o separaciones en su caso. Porque lo que no se puede es tratar de “nadar” para cambiar, si nos sujetamos a “corrientes” que nos arrastran.

Hay que tener en cuenta, que dentro del sector, fuentes solventes informan que indirectamente empresas productoras de armamento y otros suministros militares estarían en torno a las 600; pero que directamente vendan a nivel internacional está una cifra cercana al centenar, pero que sobrepasa un volumen “en aumento” de ventas de 6.000 millones de Euros y que directamente mantiene a más de 20.000 empleos. Esto ha generado ya algunas controversias al respecto, pues se trata de un sector altamente productivo en lo económico, complejo en la infraestructura y con fundamentos éticos y políticos necesarios.

En 2007 se aprueba la Ley 53/2007, de 28 de diciembre, sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso, en cuyo preámbulo especifica: “Desde la perspectiva de la seguridad nacional e internacional, se trata de impedir el tráfico ilícito y la proliferación de armamentos y tecnologías sensibles a favor de Estados o actores no estatales susceptibles de actuar contra la paz y la seguridad o de involucrarse en actividades terroristas”.

 

Ramón Francisco González Hernández es candidato al Senado por Los Verdes-Gran Canaria


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