Cortesía •  Lois Pérez Leira •  Opinión •  10/06/2018

Pichardo: “La OEA es un instrumento desestabilizador de los gobiernos que no responden a Washington”

Pichardo: “La OEA es un instrumento desestabilizador de los gobiernos que no responden a Washington”

Lois Pérez Leira entrevista a Manolo Pichardo sobre las recientes elecciones en Venezuela, la relación entre los países norteamericanos con los Estados Unidos y el papel de la Organización de Estados Americanos.

El presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), Manolo Pichardo, fijó su posición en torno al resultado  de la resolución aprobada por 19 países de  la Organización de Estados Americanos (OEA), que declaró ilegítimo el proceso electoral venezolano celebrado el 20 de mayo del 2018 y que habilita el camino para una eventual suspensión e intervención de la anción suramericana.Pichardo ratificó su postura sobre la transparencia del proceso comicial donde fue reelecto el presidente Nicolás Maduro, en el cual participó como acompañante internacional.   

LPL: ¿Cómo valora usted la resolución de la OEA con relación a Venezuela?

MP: Pienso que es  una acción más de los Estados Unidos destinada a crear inestabilidad y aislamiento a Venezuela. En este caso usando el instrumento que crearon para legitimar sus acciones en América Latina; acciones orientadas a mantener y afianzar el dominio en la región que le permite al país del norte, un acceso  no consentido a las riquezas naturales de nuestros pueblos orientado hacia el despojo.

Es una resolución que se suma a una cadena de acciones que por comisión u omisión revelan el sentido instrumental de la OEA. No podemos olvidar la intervención militar estadounidense en República Dominicana avalada por la OEA y el silencio cómplice de esta organización con respecto al golpe de Estado a Dilma Rousseff en Brasil; la actitud irresponsable ante el fraude electoral en Honduras, acompañado de crímenes de Estado, con el fin de afianzar el régimen ilegítimo sin que se pidiera la aplicación de la Carta Democrática.

América Latina está llena de casos que demuestran que la OEA es  una entidad continental  que está actuando en contra de los intereses de los pueblos de los países que la integran y a favor del país hegemónico que la sostiene; por lo que creo que América Latina debe fortalecer organismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac) para que sirvan de instrumentos articuladores de defensa de los intereses latinoamericanos.

La OEA seguirá jugando su papel de instrumento desestabilizador de los gobiernos que no respondan a Washington y para ello se seguirá articulando con fuerzas oscuras de nuestra región que estén dispuestas a entregar nuestras soberanías y con ellas lo que hay detrás, el hurto de nuestras riquezas naturales. Nuestro petróleo, gas natural, oro, cobre, y en un futuro, nuestros recursos hídricos.

LPL:  ¿Qué opina del voto de su país en la OEA que toma partido por las posiciones injerencistas de EE.UU?

MP: Lo que creo es que el Gobierno de República Dominicana jugó bajo presión de los Estados Unidos para bajar tensiones respecto al establecimiento de relaciones diplomáticas con China y sus aspiraciones al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para lo cual sacrificó su condición de mediador en la situación venezolana, además de mostrar incoherencia e inconsistencia en su política exterior. Ha sido un giro a la derecha ligada al pragmatismo y no a los compromisos del Estado con los intereses de la región. 

LPL:  ¿El nuevo gobierno socialista de España puede cambiar la actitud de este país en relación a Venezuela teniendo en consideración que José Luis Rodríguez Zapatero valoró positivamente el proceso electoral?

MP: El nuevo presidente es impredecible. Ha estado con Ciudadanos y luego con Podemos, quizás en una manifestación de la situación de crisis de identidad por la que atraviesa su partido, en la que lo viejo y lo nuevo se baten por el control de la formación. Lo ideológico juega un papel determinante y en ese sentido la política exterior del nuevo gobierno estará marcada por este debate, este pulso dialéctico derivado de los cambios que se producen en el mundo con vuelco hacia nuevos paradigmas. Pienso que el día a día irá definiendo el perfil de la política interna y exterior de los socialistas de nueva generación en España.


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