Miguel Salas •  Opinión •  10/04/2017

Cataluña: ¡Adelante con Un País en Comú!

El sábado 8 de abril se ha constituido en Barcelona un nuevo movimiento político con la ambición de cambiar Catalunya, de generar nuevas mayorías sociales y políticas, de dar la voz al pueblo, de proponer medidas rupturistas en lo social y decidido a ejercer todas las soberanías, también la nacional. Se le conoce con el nombre de Un País en Comú.

La asamblea ha reunido a unas 2.000 personas. El nuevo partido nace con 9.279 personas registradas, 6.803 se verificaron para confirmar su decisión y 5.540 votaron electrónicamente las candidaturas para dirigir provisionalmente el nuevo partido. Es un acontecimiento de gran importancia política para Catalunya.

Este nuevo movimiento político es el resultado de diversas y variadas confluencias: del impulso municipalista que llevó a Ada Colau a ser alcaldesa de Barcelona; del reflejo político del 15-M y de numerosos movimientos sociales que al calor de la crisis han luchado y luchan; de la experiencia del movimiento sindical y sus huelgas generales contra las repercusiones de la crisis; de sectores movilizados por la independencia y la república catalana; de experiencias municipalistas en pueblos y ciudades y del hartazgo de muchísima gente frente a la desigualdad y la corrupción. También es una confluencia política de diversas fuerzas de las izquierdas, las que representan Barcelona en Comú, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Unida i Alternativa, Equo, Pirates, y muchas personas sin afiliación política que han decidido incorporarse a este proceso. Finalmente, Podem decidió excluirse de este proceso, aunque mucha gente de Podem se haya inscrito y personas a título individual han presentado sus candidaturas para formar parte de los equipos de dirección.

Un País en Comú abre una situación inédita e innovadora que incorpora una representación amplia del pueblo de Catalunya y de sus diferentes ideologías y tradiciones.

Movilización y participación

En un tiempo record se configuraron los contenidos políticos y organizaron amplios debates. En los primeros días de noviembre de 2016, Xavier Doménech, diputado en Madrid de En Comú Podem, pronunciaba una conferencia en el Ateneo barcelonés dando el pistoletazo de salida. Con personas reconocidas de movimientos políticos y sociales se formó un Grupo Impulsor que ha pilotado el proceso. Se conformaron diversos grupos abiertos, en los que participaron 375 personas, para redactar lo que se llamó Ponencia Cero. Los seis ejes que lo definen son:

  • Un nuevo modelo económico y ecológico basado en el bien común.
  • Un nuevo modelo de bienestar para una sociedad justa e igualitaria.
  • Un país fraternal y soberano en todos los ámbitos.
  • Una revolución democrática y feminista.
  • Un país inclusivo donde quepa todo el mundo.
  • Un proyecto de país desde todos los territorios

Para que el debate y la participación fuera lo más amplia posible se organizaron más de 70 talleres abiertos por toda Catalunya. Más de 3.000 personas asistieron e hicieron sus comentarios y aportaciones. A través de una plataforma web 1.244 personas pudieron debatir y hacer propuestas, y tuvo más de 125.000 accesos. Del conjunto de esos trabajos surgieron alrededor de 2.000 aportaciones. Toda esa movilización y participación ha permitido conformar el ideario político que se ha aprobado en la asamblea.

Las y los activistas respondieron excelentemente. En el plazo de dos semanas se organizaron centenares de puestos, en locales, en la calle, donde las personas registradas debían pasar físicamente para verificarse y confirmar su decisión de participar en la constitución de este nuevo sujeto político. La fórmula participativa de una persona un voto, un ideario político y un código ético son la base identificativa de este nuevo movimiento.

La crisis con Podem

Que Podem no se haya incorporado es un lastre que habrá que resolver en el futuro. Su aportación es necesaria para cambiar las cosas en Catalunya. Habrá que restablecer los puentes que se hayan roto para que el nuevo partido sea más fuerte, más amplio y más radicalmente democrático. La asamblea acogió con gritos de “unidad, unidad” la presencia de Pablo Echenique. “No hay ninguna otra opción que la confluencia” –declaró el dirigente de Podemos-. La asamblea visionó un saludó de Pablo Iglesias. Personas de Podem han sido elegidas para los órganos de dirección política de Un País en Comú.

Pero Podem tendrá también que aceptar que Un País en Comú es una nueva formación política que tiene que superar las organizaciones actualmente existentes, que la participación en el nuevo partido debe ser la que representa una persona un voto y que garantizar todas las condiciones democráticas, que decía que no se garantizaban, es una tarea de todas y todos y deber ser construida en común. Pero hay, también, una razón política importante, con la formación de este nuevo partido “en común”, se recorta enormemente el espacio político y se reduce la posibilidad de que Podem pueda volar por sí solo. Tampoco es aceptable que Podem lo apueste todo a una futura coalición electoral.

No existen razones políticas para que Podem se quede al margen. Durante todo el proceso de construcción de las ponencias políticas no hubo ninguna propuesta o diferencia de importancia que pueda separar a la gente de Podem del resto de actores políticos y activistas.

Referéndum y soberanía nacional

Sin ninguna duda, la definición sobre la cuestión nacional era uno de los temas más importantes de la asamblea. La situación en Catalunya así lo exigía. Las masivas movilizaciones independentistas, las prohibiciones y condenas de dirigentes políticos democráticamente elegidos, la continua intromisión del Tribunal Constitucional en las decisiones del Parlament, el anuncio de convocatoria de un referéndum en los próximos meses (sea pactado o unilateral) obligaba a tomar una decisión política lo más clara posible. Una nueva mayoría social, un cambio de hegemonía a favor de las izquierdas, es imposible hoy en día en Catalunya sin responder positiva y prácticamente a la exigencia democrática de ejercer el derecho de autodeterminación. En la preparación de la asamblea fue también el tema estrella: se recibieron 592 aportaciones.

Al inicio de la asamblea, Gerardo Pisarello, primer teniente de la alcaldía de Barcelona, lo dejó claro: “Estamos aquí para construir un espacio catalanista y soberanista que defiende el referéndum y que quiere ejercer el derecho a decidir sin pedir permiso”. La asamblea votó dos enmiendas al texto del Grupo Impulsor, una de carácter más independentista y otra de carácter federalista, que fueron rechazadas muy mayoritariamente. El texto que finalmente se acordó dice lo siguiente: “República y Estado plurinacional. Consideramos como nuestra y queremos actualizar la tradición mayoritaria del republicanismo catalanista y de las clases populares catalanas a partir de la defensa de soberanías plenas y libremente compartidas. En este sentido, apostamos por la creación en Catalunya de una República social, democrática y ambientalmente justa, como máxima expresión y realización de su soberanía nacional. Este República quiere compartir soberanías con un Estado de carácter plurinacional.”.

O sea, Un País en Comú se declara partidaria de una república en Catalunya (o catalana), la defiende como un ejercicio de soberanía plena, de decidir su futuro, y de separarse si así el pueblo lo decide mediante un referéndum (por el que lucha activamente). Al mismo tiempo, defiende y lucha por el conjunto de las soberanías que dan capacidad a un pueblo para construir su futuro, soberanía económica, de los grandes oligopolios, soberanía alimentaria, etc. Y también se considera solidaria y fraterna del resto de los pueblos de España en la lucha republicana y en la lucha por el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado español. El periódico La Vanguardia lo ha interpretado así: “Nace Un País en Comú, la confluencia de la izquierda que defiende una “república en Catalunya””

Hay que destacar, que este debate sobre república, soberanía, referéndum, independencia, fue muy correcta, tranquila y con razones legítimas, que finalmente se resolvió hacia la radicalidad democrática y de ruptura con la Monarquía.

Retos

La conformación del nuevo partido modifica el panorama político catalán. El gobierno de Junts pel Si es inestable, hay que tener en cuenta que la CUP (Candidaturas de Unidad Popular) es quien le otorga mayoría parlamentaria, que, aunque le ha permitido aprobar los Presupuestos, está supeditada a la convocatoria de un referéndum. La fuerza del movimiento soberanista catalán ha ido creando las condiciones para un cambio de hegemonía hacia las izquierdas (la representada por Esquerra Republicana de Catalunya, Un País en Comú y la CUP) frente a la derecha del PDCat (antigua Convergencia) sumida en una profunda crisis por su retroceso electoral y porque está sumida en diversos procesos de corrupción. Las alianzas y complicidades, tanto en la movilización social como nacional, serán imprescindibles para que realmente pueda existir un cambio político.

Tras la presentación de las votaciones para los equipos de dirección, Xavi Doménech, el más votado para la Ejecutiva, presentó a la nueva fuerza política como una expresión “de lo mejor de la historia de la Catalunya popular, la gente común y soberanista” y expresó que “no queremos sólo ganar elecciones, queremos ganar un país”, por lo que hay que organizarse por todo el país, “desde la capital hasta el pueblo  más pequeño”.

La asamblea contó también con la presencia de numerosos representantes del cambio municipalista, la alcaldesa de Badalona, los alcaldes de Zaragoza y A Coruña, un mensaje grabado del alcalde de Santiago, Martiño Noriega, que envió “una felicitación desde el espacio de las ciudades por el bien común, que estamos cambiando la realidad”. Tomó también la palabra Alberto Garzón, de Izquierda Unida, que defendió el camino de la unidad, “construida desde la radicalidad democrática, sabemos que muchas cabezas –dijo- piensan mejor que unas pocas, por eso somos demócratas y republicanos”. Estuvo presente una representación del mundo soberanista e independentista, Jordi Sánchez, de la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), Jordi Cuixart, de Omnium Cultural, Joan Ignasi Elena, del Pacto Nacional por el Referéndum, del Acord d’Esquerres per la República Catalana.

La fundación de Un País en Comú representa un impulso importante para quien lucha por un cambio social, que no se quede en palabras bonitas ni solo en actividad institucional. Es una herramienta en construcción, de hecho todavía tiene que decidir su nombre, ya que el actual es provisional. Tiene que ser una herramienta colectiva para enfrentarse a los desahucios, a las eléctricas, al agua privatizada, al urbanismo que arrebata el espacio público, a la falta de trabajo y vivienda, a los recortes en salud y educación. Reúne también la conciencia de conseguir una hegemonía de izquierdas para el cambio social y revolucionario republicano catalán, y que de lograrlo sería una contribución enorme a la causa democrática española.

Tiene por delante el reto de superar y/o absorber las organizaciones que le han dado apoyo, de construir un nuevo ideario y experiencias comunes, de lograr una sana relación con los movimientos sindicales y de organizar a muchas miles de personas. En la asamblea, Gerardo Pisarello lo concentró en tres ideas: instruirnos, para aprender y no dejarnos engañar por otros; organizarnos, porque las ideas no pueden vivir sin organización y querernos, para seguir luchando sin perder la ternura y ser capaces de debatir y reconocernos como hermanos del mismo proyecto.

Sindicalista, es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso y militante de Un País en Comú.

Fuente:

www.sinpermiso.info, 9 de abril 2017 http://www.sinpermiso.info/textos/cataluna-adelante-con-un-pais-en-comu

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