Unión Proletaria •  Opinión •  07/02/2020

Autoidentificados como «comunistas» culpan a Irán

Autoidentificados como «comunistas» culpan a Irán

La autodefensa no es un delito; aquellos que realmente quieren detener la guerra deben apoyar a la resistencia.

A pesar de años de guerra económica y actos regulares de agresión militar por parte de los imperialistas y sus títeres locales contra Irán, los revisionistas todavía se las arreglan para culpar del derramamiento de sangre en el Medio Oriente a Irán y a las fuerzas de resistencia.

El lunes 13 de enero, se publicó una declaración conjunta entre los partidos revisionistas ’comunistas’ -el Partido Comunista de Gran Bretaña (CPB), el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA) y el Partido Tudeh de Irán-, denunciando la escalada de tensiones entre Irán y los Estados Unidos. Como era de esperar, la declaración carecía de cualquier análisis antiimperialista y, en cambio, se entregaba a un desagradable ejercicio de culpar a las víctimas.

Igualar la violencia de los oprimidos con la violencia del opresor

En el segundo párrafo se declara lo siguiente declaración: «Vemos la amenaza del régimen iraní de golpear al personal y los intereses de Estados Unidos en la región como una posición peligrosa e irresponsable que solo sirve para aumentar la tensión».

Pero, ¿qué debe hacer Irán en la situación en que se encuentra? ¿Capitular ante la agresión imperialista? ¿No es el apaciguamiento una posición «peligrosa e irresponsable»? ¿Estos «comunistas» no entienden que el imperialismo reconoce una sola lógica: la de la fuerza? ¿No son «intereses estadounidenses» sinónimo de imperialismo?

¡Esta crítica de la respuesta de Irán al asesinato del mayor general Qasem Soleimani por parte de los Estados Unidos, un acto de guerra flagrante, va en contra de toda la experiencias pasada de intentos de apaciguar a los agresores imperialistas (desde los Estados Unidos al Reich alemán) que se demostraron equivocados antes de que la declaración fuera publicada! Estados Unidos se retiró de su amenaza de una gran escalada tan pronto como Irán golpeó su base militar de Ayn al-Assad en Irak.

La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se ha visto obligada a reconocer la fuerza de Irán y su determinación de defender su soberanía. Aunque una guerra total favorecería a los EE. UU. en términos de tecnología militar y superioridad aérea, cualquier intento de conquistar el país requeriría un gran número de tropas en tierra, empantanando a los EE. UU. tal vez sin posible marcha atrás y, en última instancia, resultando imposible completarlo.

Sin embargo, la declaración de los revisionistas afirma lo contrario: «Los ataques con misiles en bases estadounidenses en Irak el miércoles 8 de enero por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní [IRGC] claramente aumentaron la tensión y amenazaron con provocar una guerra total con Estados Unidos. Está claro que estos movimientos belicosos tienen el potencial de transformar a Irak una vez más en un campo de batalla regional e internacional y sumergir a una franja de países en otro baño de sangre”.

Entonces, el acto de autodefensa de Irán es presentado por estos auto-denominados «progresistas» como igual de «belicosos» que la agresión ilegal e injustificada de los EE. UU., e Irán sería tan culpable como los invasores imperialistas por la propagación de la violencia en toda la región.

¿Quién es responsable del baño de sangre en el Medio Oriente?

Pero es Irán el que ha desempeñado un papel fundamental en la derrota del Isis y de al-Qaeda, poniendo casi fin a su reino de terror sobre el pueblo de Irak y Siria, mientras que Estados Unidos ha financiado y facilitado las actividades de sus cabecillas y luego ha utilizado esas actividades como justificación para mantener su ocupación militar de ambos países.

Debería estar claro para cualquier persona con dos dedos de frente que son los movimientos belicosos del imperialismo estadounidense los que son completamente responsables del baño de sangre en curso (no simplemente ’potencial’) en el Medio Oriente, y es el desesperado intento de Estados Unidos de aplastar toda resistencia a su dictado el que lo está conduciendo hacia una guerra total con Irán. También está muy claro que cualquier conflicto serio entre Estados Unidos e Irán tendría el potencial de convertirse rápidamente en una conflagración regional e internacional.

Solo la postura heroica y defensiva de Irán contra la agresión imperialista puede contrarrestar esta tendencia a la guerra al poner en claro que el precio será simplemente demasiado alto para el imperialismo.

Hay momentos en que la única forma de disuadir la agresión imperialista y llevar a los agresores a la mesa de negociaciones es contraatacar. Por eso es esencial para todos los verdaderos comunistas y antiimperialistas defender la justa represalia de Irán.

En lugar de tomar esta línea clara, los engreídos revisionistas del CPB y otros insisten repetidamente en su línea «Ni Washington ni Teherán», un retroceso incongruente y anacrónico al manual de Trotsky que esencialmente exige la derrota de las fuerzas antiimperialistas. El CPB ha estado tratando con guante de seda a los trotskistas de «Socialist Worker» y de «Counterfire» durante décadas, y esta declaración sugiere que ha renunciado a cualquier intento de pensamiento independiente.

«El ’polvorín’ actual», nos dicen, «es un brebaje impulsado por las aventureras políticas del imperialismo estadounidense, incluidas las duras sanciones contra Irán, la retirada del Acuerdo Nuclear (JCPoA) y la presencia militar continua en Irak». Hasta ahora todo bien, pero este guiño a la realidad (incluso un reloj parado marca bien la hora dos veces al día) es rápidamente negado por la insistencia de los autores de que la agresión estadounidense se ve agravada por «las políticas y acciones intervencionistas del régimen teocrático iraní, particularmente su Fuerza Quds, en toda la región».

Uno no puede evitar preguntarse exactamente qué «políticas intervencionistas» el CPB y sus amigos preferirían que los valientes combatientes de Quds de Irán no hubieran tomado. ¿Es que hubieran preferido ver la bandera negra del Estado Islámico ondeando sobre Bagdad y Damasco?

El mundo observó con horror y miedo cómo el Isis expandía su dominio a través de grandes extensiones de la región, tal como el mundo presenció en otra ocasión a las tropas de Hitler marchar hacia Austria y Checoslovaquia. Fue el ejército árabe sirio, el movimiento de resistencia libanés Hezbolá y las milicias populares de Irak, con la ayuda de la fuerza Quds de Irán, los que expulsaron de la región la escoria terrorista respaldada por Arabia Saudita y Estados Unidos.

Como uno de los principales tácticos detrás de la derrota de Isis y Al-Qaeda, está claro que el mayor general Soleimani salvó la vida de miles de personas y liberó a muchos más de su gobierno bárbaro. El general iraní Soleimani no era un terrorista; ¡Era un héroe de guerra!

¿A qué se parece una actividad significativa contra la guerra?

Los comunistas se oponen a la guerra y buscan evitar conflictos siempre que sea posible, porque siempre son los trabajadores los que más sufren en tiempos de guerra. Pero es igualmente claro que las sanciones son un arma de destrucción masiva, dirigida contra la paz, la salud y la soberanía del pueblo iraní.

Y también es muy claro que un estado de superexplotación económica injusta e impuesta por el imperialismo no es un estado de ’paz y armonía’ para las masas trabajadoras del mundo, sino que es en sí un estado de agonía y guerra perpetuas, que no pueden sino dar lugar al deseo de una vida mejor, y de una ola tras ola de fiera resistencia.

Por esta misma razón, el famoso líder de Vietnam, el camarada Ho Chi Minh, declaró: «¡Nada es más importante que la independencia y la libertad!» La clase trabajadora del mundo nunca puede aceptar una falsa «paz» impuesta por los Estados Unidos, a expensas de la soberanía y autodeterminación de los países oprimidos.

Por lo tanto, nos oponemos a la guerra imperialista, pero tenemos claro que la culpa de tales guerras recae en los agresores imperialistas.

Apoyamos a los países oprimidos en sus guerras justas de liberación nacional contra tal agresión. La paz global duradera es imposible mientras el imperialismo domina el mundo. Los pacifistas burgueses, como los autores de la declaración del CPB y sus colegas, se engañan si imaginan lo contrario, y ciertamente no tienen derecho a llamarse comunistas.

Según estos revisionistas, no es Irán y el resto del heroico eje de resistencia antiimperialista lo que traerá la paz al Medio Oriente, sino las Naciones Unidas (que se han revelado de forma clara y reiterada como rehenes del imperialismo estadounidense) y desdentada ’comunidad internacional’ que se reúne bajo sus auspicios:

«Nuestros partidos hacen un llamado a las Naciones Unidas, sus agencias y la comunidad internacional para que ayuden a encontrar enfoques pacíficos para resolver los problemas actuales en la región».

¡Es una omisión evidente y reveladora que no se mencione aquí la negativa de los Estados Unidos a otorgarle un visado al representante de Irán para que pueda ir y dirigirse a la asamblea de la ONU en Washington! ¿Qué tipo de esfuerzo diplomático puede tener lugar sin la participación de la parte atacada? Y si a Irán se le cierran tales vías diplomáticas, ¿qué derecho tiene nadie a exigirle que, a pesar de esto, se «apacigüe»?

«El imperialismo estadounidense y la dictadura iraní están desarmados y neutralizados sin el apoyo de sus aliados», dice el comunicado. Y ahí tenemos el quid de la cuestión. Junto con el guiño habitual (para guardar las formas) hacia la ’oposición’ al imperialismo estadounidense, vemos que el verdadero deseo de estos ’revolucionarios’ es ’desarmar y neutralizar’ al gobierno iraní, verdadera piedra angular del eje de resistencia antiimperialista en el Medio Oriente.

Es raro que los revisionistas y oportunistas declaren su traición tan abiertamente. Tengan cuidado los trabajadores: el verdadero contenido de la línea política expresada en la fórmula ’ni Washington ni Teherán’ es ’desarmar y neutralizar’ al movimiento antiimperialista (es decir, a los trabajadores), particularmente aquí en el núcleo imperialista.

El CPB se ha asociado con los trotskistas y socialdemócratas del partido laborista para entregar a los trabajadores de Gran Bretaña, supinos e indefensos, en manos de su clase dominante imperial británica.

Cualquier persona que honestamente busque participar en un movimiento significativo contra la guerra y contra el imperialismo que sea capaz de ayudar a los países oprimidos a defenderse contra el ataque imperialista debe dejar de lado de una vez por todas esta palabrería social-chovinista sobre ’dictaduras’, ’mulás’ y ’regímenes’ iraníes, y reconocer el derecho de Irán a la autodeterminación.

También debemos reconocer la atmósfera imperante en Irán, particularmente después del asesinato ilegal por Estados Unidos del segundo líder político más importante de Irán, que revela la unidad abrumadora del pueblo iraní en apoyar a su gobierno contra la agresión imperialista.

Todas las demás contradicciones secundarias dentro de la sociedad iraní serán resueltas por el propio pueblo iraní.

Mientras tanto, nuestro trabajo aquí en Gran Bretaña es movilizar a los trabajadores británicos para que se pongan del lado de sus hermanos y hermanas atacados en Irán; rechazar las mentiras que buscan demonizar al gobierno de Irán y ablandarnos con vistas a la guerra; y negarnos a ayudar de todas las maneras a la guerra económica y militar injusta e injustificable que se libra contra Irán.

¡Ninguna colaboración con la guerra imperialista; victoria para la resistencia!


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