Puño en Alto •  Opinión •  06/10/2022

Un despropósito fiscal

La perversión del Estado de las autonomías está facilitando que, bajo un mismo paraguas constitucional y legislativo, los ciudadanos tengan diferentes coberturas en servicios tan elementales y necesarios para la cohesión como país, de tal manera, que dependiendo de dónde se viva se tiene distintas coberturas sanitarias, distintos desarrollos educativos y dispares políticas medioambientales, por ejemplo.

Del “café para todos”, con el que se quiso igualar nacionalidades y regiones para cohesionar el Estado, se ha entrado al grito de “cochino el último” en una deriva para ver que autonomía saca más tajada del Estado y es más insolidaria con el resto del país. De los partidos nacionalistas era de esperar que fueran por ese camino, lo que sorprende es la solapada, cuando no, descarada tendencia nacionalista que el PP está teniendo en las autonomías donde gobiernan, mucho más acusada en Madrid y, no menos sorprende, el seguidismo del PSOE.

Ahora se ha entrado en una loca carrera por ser la comunidad que más rebaja de impuestos realiza. Aunque con matices, da igual que estén gobernadas por la derecha o por el PSOE, o nacionalistas de izquierdas o de derechas, todos con la mirada puesta en las próximas elecciones de mayo de 2023. ¿Quién y cómo se va a pagar esta fiesta? Para tener un sistema educativo y sanitario públicos algo decentes, es impensable bajar los impuestos de forma generalizada tal como propone el PP o como ya esta admitiendo de alguna forma el PSOE, de lo contrario seguirán pagando la fiesta los mismos de siempre.

Esta loca e irresponsable carrera de rebaja de impuestos en la que ha entrado las comunidades autónomas, poco o nada va a contribuir a mejorar y hacer más justo el actual sistema tributario español, demuestra más que nunca la necesidad de acometer una verdadera reforma fiscal en profundidad en el actual sistema tributario español.El sistema contributivo es fundamental para lograr un reparto más justo y equitativo de la riqueza y de la contribución al gasto del Estado y más allá de la coyuntura, es de justicia que se aborde cuanto antes y en estos momentos, es más necesaria que nunca, para poder evitar estos desmanes y desfases contributivos autonómicos. El sistema tributario actual no se mejora con parches como es el temporal impuesto a las compañías energéticas y entidades bancarias, tampoco con bajadas discrecionales en el IRPF o reducir el tipo impositivo en el IVA de los alimentos o la eliminación de impuestos como el sucesiones o sobre el patrimonio, tal como de forma populista propone el ahora el PP.

Urge una Reforma Fiscal en la que, de forma efectiva, se elimine la desigual contribución a los ingresos del Estado entre ciudadanos y sociedades, además en el que se profundice en la progresividad para hacerlo más justo tal como dicta la propia Constitución, en el que se haga efectivo lo de quien más gane y más tenga, más contribuya y no dependa de la comunidad autónoma donde vivas.

La perversión del Estado de las autonomías va a facilitar que según donde vivas, pagarás menos o más impuestos por los mismos hechos imponibles y por con siguiente tendrás mejor o peor sanidad, educación y otros servicios sociales. En los gobiernos autonómicos no hay sentido de Estado, pero lo peor es que desde el propio Gobierno central está pareciendo que tampoco.


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