María Florencia Pagliarone •  Opinión •  05/12/2016

“Un ecuatoriano de lujo». Dime quién te asesora y te diré quién eres

En los últimos días se difundió una foto donde se podía ver al candidato presidencial de la Izquierda Democrática, Paco Moncayo, sentado en una mesa de trabajo con el consultor político ecuatoriano, Jaime Durán Barba. Apenas difundida la fotografía, la presidenta del partido Izquierda Democrática desmintió dicho encuentro: “Esa imagen no es con nosotros. Hay una buena amistad (…)También hay encuestas que sí se han hecho con la empresa, pero nada más”. Horas más tarde, Paco Moncayo desmintió a la presidenta de su organización afirmando “no tiene nada de extraño que cuando viene al Ecuador yo me reúna y converse con él (…) En este caso si vino, cómo no me voy a reunir con él que es un ecuatoriano de lujo (…) A mí me da orgullo ser amigo de él”.

I

“Un ecuatoriano de lujo”. La última campaña conocida de Durán Barba es la del ahora presidente de Argentina, Mauricio Macri. No es casualidad la propuesta de bautizar el 15 de noviembre, fecha del último debate presidencial, como el Día Nacional de la Mentira, en tanto a 11 meses de la gestión del empresario, ninguna de las promesas anunciadas en el debate, se cumplieron. En una reciente nota publicada en el diario El País se afirma que pese a las promesas de campaña, Argentina permanece sumida en una recesión, con una inflación descontrolada del 40 % anual y una caída del Producto Bruto Interno del 3, 4 %. Mientras que un estudio de la Universidad de Belgrano determinó que 6 de cada 10 personas en edad laboral tienen dificultades para conseguir un empleo. Incluso diversos medios internacionales se han hecho eco de las denuncias en contra del presidente Macri por su fortuna en los paraísos fiscales.

Pero ello no parece importar para el gurú ecuatoriano dispuesto a convertir en ganador a cualquier personaje que sea capaz de moldear su carácter y emprender una campaña basada en la mentira y la persuasión. Así lo cuenta en una entrevista con el diario El País el 16 de febrero de 2016 donde describe su estrategia de campaña para convertir a Mauricio Macri en presidente. El primer paso fue el despojo de su apellido como sinónimo de abandono de la tradición empresarial de su padre: “En 2005 el eje fue sacarle de la identidad de un apellido que producía miedo. Ahí pasó a ser “Mauricio”. De eso se dio cuenta Néstor Kirchner cuando ganamos en 2007 y empapeló el país con carteles de “Mauricio es Macri”. Tenía razón, logramos que no se identificara a Mauricio con la leyenda negra de ser Macri”. Luego la simulación de la transformación de su carácter, de ingeniero eficiente y práctico al padre de familia que escucha.

En el libro Cambiamos de Hernán Iglesias Illa, una crónica de la campaña, el autor cuenta que el consejo de Durán Barba fue “Hay que armar con Macri un personaje incapaz de hacer un ajuste”. A días de cumplir el primer año de gestión, el 2016 será recordado por el recorte de trabajadores estatales y la ola de despidos masivos en el sector privado. Un dato confirma lo anterior: hasta el mes de mayo, se contabilizaban 154.786 despidos. A lo que se suman los tarifazos en los servicios públicos y un total de 1,3 millón de personas que se encuentran bajo el nivel de pobreza. Incluso el propio presidente declaró durante el mes de junio, “Si les decía todo lo que iba a hacer, votaban por encerrarme en el manicomio”. El manual del gurú ecuatoriano.

II

Durán Barba cuenta en su trayectoria con otro fenómeno del marketing y la manipulación. Es el caso del alcalde de Quito, Mauricio Rodas. En palabras del consultor, “Mauricio Rodas era un chico que casi no conocía Quito, de las mejores familias de la ciudad (…), sin ningún partido, sin nadie que le respalde. Solito”. La campaña basada en el engaño y en la estrategia de una empresa de marketing pronto vería sus fracasos en la gestión de gobierno.

Rodas ha enfrentado problemas con los vendedores ambulantes al punto tal de que mediante la Secretaría Metropolitana de Salud informó que el jugo de naranja que se vendía en todas las esquinas de la ciudad solo el 32 % era apto para consumo humano. Como no resultó suficiente el Municipio denunció la existencia de una red de mafia peruana en la venta de jugos de naranja. Estas acciones no hicieron más que disparar la solidaridad de la sociedad quiteña para con los vendedores ambulantes. Además, los problemas en el transporte urbano y la caótica movilidad siguen siendo un tema que atormenta a los quiteños. La construcción del metro, que debería haber sido inaugurado a comienzos de 2016, ahora tiene un nuevo plazo: 2018. Dos años más tarde. Como así también la propuesta de los Quitocables y la solución vial de Guayasamín, un parche en el problema de tráfico de acceso a la ciudad.

III

Paco Moncayo, ex comandante del Ejército, ex diputado y ex alcalde de Quito, autoproclamado como “la opción de las izquierdas”, basa su programa de gobierno en algunos ejes centrales como la eliminación del Bachillerato General Unificado (BGU); la disolución del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y la convocatoria a una consulta popular.  Sin embargo, teniendo como antecedente las experiencias de los dos Mauricios, estas promesas de campaña podrían ser fácilmente desechables o incluso olvidadas por el candidato presidencial. Lo importante de acuerdo al gurú ecuatoriano radica en construir un personaje con una perfomance electoral basada en una estrategia de marketing y publicidad.

Actualmente Paco Moncayo cuenta con una baja intención de voto que ronda entre el 7 y el 10 %. Parece que su ideología de centro izquierda no ha sido un obstáculo para consultar al gurú de los candidatos de derecha, como última estrategia para remontar en los sondeos a tres meses de las elecciones presidenciales. Ello teniendo en cuenta que su candidatura tampoco ha tenido la suficiente fuerza como para establecer la lista de candidatos que irán a la Asamblea Nacional: en el acuerdo con Centro Democrático (CD) de Jimmy Jairala, prefecto de Guayas, Paco perdió fuerza: de los 20 candidatos, 18 pertenecen a CD mientras que solo 2 son de filas de Moncayo.

Aun en latitudes diferentes, los casos abordados permiten observar la influencia de la estrategia de marketing publicitario en la génesis de un candidato ganador. Como hemos visto, ello implica que el criterio de veracidad de las propuestas como también el conocimiento de la gestión pública y los problemas que aquejan a los ciudadanos, quede relegado a un segundo plano. Aun bajo la premisa de que en la disputa política lo fundamental es ganar elecciones, cabría preguntarse si ello habilita a pensar en campañas electorales donde la ética y la verdad cedan paso a una estrategia de “vale todo”.

María Florencia Pagliarone es Magister en Ciencia Política por la FLACSO. Integrante del CELAG Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Río Cuarto (Córdoba – Argentina).
Fuente: CELAG


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