André Abeledo Fernández •  Opinión •  05/02/2025

La internacional fascista liderada por Donald Trump y Elon Musk es un peligro para la humanidad

La ultraderecha, el FASCISMO ,NAZISMO, el SIONISMO, necesitan un caldo de cultivo para crecer, los ingredientes fundamentales son la ignorancia, el miedo, el odio. Son teorías supremacistas basadas en convencer a alguien de que sus privilegios son derechos, de que pertenece a una raza superior o a un pueblo elegido y eso lo hace superior a otros.

El socialismo es la teoría de la igualdad, de la justicia social, de la búsqueda de un Estado del bienestar para toda la sociedad, de la cooperación sobre la competencia, es el antónimo, y también el remedio ante el neofascismo.

El racismo, la homofobia, el clasismo, la xenofobia, el machismo, la vuelta a las cavernas de la ignorancia, de la intolerancia, del miedo a lo diferente nutren el neofascismo que crece en el mundo.

La educación, la empatía y la cultura son la esperanza en la lucha contra la vuelta atrás que supone la ultraderecha no solo para la clase trabajadora, sino también para la especie humana. Representan la victoria del salvajismo frente al humanismo que debemos evitar a toda costa.

La mejor arma para combatir el fascismo es el socialismo, son dos ideologías antagonistas e irreconciliables que representan claramente la virulencia de la lucha de clases.

La verdadera izquierda y no la socialdemocracia es quien puede enfrentarse a los poderes económicos y a su perro de guerra, el fascismo, pero sin renunciar a nada, ni mucho menos a nuestro discurso, porque si lo hacemos inconscientemente estaremos entregando campo de acción de la clase obrera al fascismo.

Esa renuncia al discurso antisistema le ha entregado la juventud a la ultraderecha, una juventud sin memoria que se deja engañar por el discurso supremacista y la siembra de odio en la sociedad.

«La fuerza del fascismo reside más que en nada, camaradas, en el hecho lamentable de la división de las fuerzas capaces de oponerse a su avance.» (José Díaz Ramos).

No debemos moderar el discurso para ser políticamente correctos, debemos decir verdades como puños y ser vanguardia de la clase obrera, para ello es necesario participar organizadamente en todos los movimientos sociales y defender con nuestra voz nuestro modelo de sociedad basado en la justicia social con mayúsculas, el socialismo es la única alternativa a la barbarie capitalista, a la bestia fascista.

Debemos recuperar la esencia, sabemos que la lucha de clases continua plenamente vigente, que explotadores y explotados no tenemos los mismos intereses, que nuestro modelo de sociedad no puede construir sin destruir el modelo capitalista, que el peligro del fascismo es tan real hoy como desgraciadamente lo fue ayer.

Asistimos al auge del fascismo en Europa y el mundo, la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU es una muestra, también lo es el rebrote fascista en Italia, Alemania, Francia, Holanda, Grecia, Austria, Ucrania, etc. Traducido además en sorprendentes resultados electorales que les dan opciones de poder llegar a gobernar donde aún no lo han conseguido.

Todo esto demuestra lo acertado del análisis de V.I. Lenin quien ya nos dejó dicho que «El fascismo es el capitalismo en descomposición».

Tras la derrotas del fascismo gracias sobre todo al esfuerzo y sacrificio de la URSS, Bertolt Brecht nos avisaba; “Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo.”

El capitalismo siempre usa el fascismo como arma represora sembrando odio y miedo en momentos de conflicto social inminente. 

Algo que también Bertolt Brecht tenía claro; “Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.”

Tengo claro que si en el campo de la izquierda no recuperamos el discurso de clase, si no somos capaces de tomar las calles, si no somos ejemplo consecuente para la clase obrera, si no somos capaces de ocupar el espacio que nos corresponde como única herramienta útil de la clase obrera para defender sus derechos y su dignidad, entonces el fascismo hará su trabajo.

La ultraderecha utiliza un discurso de odio y del miedo disfrazándose de discurso obrero, de nacionalismo radical, de defensa de la soberanía nacional, para dirigir a las trabajadoras y trabajadores en el camino que le conviene a la oligarquía, hacia el matadero.

Decir la verdad es un acto revolucionario, debemos decir verdades como puños y ser la vanguardia de la clase trabajadora, es necesario participar organizadamente en los movimientos sociales y defender con nuestra voz un modelo de sociedad basado en la justicia social con mayúsculas, el socialismo es la única alternativa a la barbarie capitalista, a la bestia fascista.

Debemos recuperar la esencia, la lucha de clases continua plenamente vigente, los explotadores y explotados no tenemos los mismos intereses.

Tenemos un modelo de sociedad que puede sustituir el modelo capitalista, que puede salvar al mundo del peligro del fascismo, un peligro para la humanidad que es tan real hoy como desgraciadamente lo fue ayer.


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