Javier Del Valle Monagas Maita •  Opinión •  04/11/2016

La Conciencia revolucionaria y el ego negocio

Existe una condición ideológica, que se adquiere cuando nuestra percepción de la vida y sus implicación nos dejan ver con la claridad de medio día, la necesidad por la que todo ser humano debe ser digno de respeto y de tener garantizados todos sus derechos: humanos, civiles, económicos, políticos y sociales, etc.  Se sabe que esa condición se adquiere, cuando nuestro ego es puesto en segundo lugar, detrás del  bien colectivo. Esa capacidad de raciocinio y comprensión no cae del cielo, aunque pienso que debe tener su raíz en la esencia misma de la humanidad, pero que en muchos casos se extravía por los vicios que la sociedad enferma nos inyecta intencionalmente. Asesinando ,-si asesinando – la esencia humanista en muchas almas y corazones, que se vuelven avaros, egoístas y sin sentimiento. Convirtiendo la vida en un calvario  de maldades, donde una minoría desahuciada, adquiere poder y fuerza para  expandir su virus  perjudicando y sometiendo a las mayorías.

    Digo conciencia revolucionaria, por que es mi parecer que no puede existir otro tipo de conciencia (Conciencia: Noción precisa de amor y solidaridad con el prójimo, el hermano, el conocido, el desconocido, que nos induce a asumir posiciones de justicia y acompañamiento en pro de los demás, sin  importar raza, credo, clase social, preferencias, sexo, edad, etc.) – Hube de hacer mi propia definición, por no concordar con quienes la definen, influenciados por los valores inconscientes del sistema capitalista y sus desviaciones inhumanas – ya que cualquier acto, en un sistema de organización social fuera del socialismo o comunismo no calza la medida para llamarse conciencia. En ese caso solo es acto reflejo inducido por  el sectarismo o egoísmo y sus otras desviaciones conductuales, en procura de beneficios particulares sin importar sus consecuencias.

     Cuando se tiene conciencia, se atrapa la esencia de las cosas y se comprende su razón de ser. De esa manera somos respetuosos y cuidadores del entorno que nos envuelve, pues, al saber su función, nos involucramos sentimentalmente y materialmente, como un algo más de ese todo, del que nos servimos y al que servimos.  Cuando hay ese grado de conciencia,  la armonía es nuestra guía  de acción.

    La conciencia chavista, revolucionaria, socialista, comunista, humanista. (Asúmala como quiera) es esa motivación que nos proyecta mas allá de la simple vida por vivir y para ser esclavos de los bienes materiales y auto satisfactorios. Es esa condición que nos  da el don de la comprensión del por que todo lo existente en el capitalismo con todas sus trampas y desviaciones preñadas de anti valores y desprecio a la esencia misma de la naturaleza y del universo mismo. Es solo una pesadilla que conduce a la muerte del espíritu y del alma.

     Seria egoísta e inconsciente,  si al tocar el punto, no cito al mejor ejemplo conocido y de presencia reciente de posesión de conciencia revolucionaria y popular. A ese ser, que aun en estado de agonía, a sabiendas que lo habían asesinado. Se sobrepuso al pesar. Asumiendo en ves de odio, rencor, desprecio e ira, contrariamente: amor por su pueblo y hasta el último momento, en su último aliento de vida, imponiéndose al dolor físico y al dolor del alma, un 8 de diciembre dejó su mensaje de despedida inyectándonos  fuerza, coraje, amor y prevención. 

https://www.youtube.com/watch?v=wC6H71IrQj0

Jamás escuchamos de Él, una queja o, un quejido, un reclamo, una suplica o un ruego por si y para si.  Siempre, hasta su fin  de vida, el pueblo, la patria, el colectivo humano,  estuvo de primero en  su mente. Saben que me estoy refiriendo a Hugo Chávez Frías.  Un hombre que se creció; que supo imponerse a las tentaciones del sistema que lo pretendió absorber y convertirlo en una pieza mas de la  nada maligna capitalista. Sin embargo nunca cedió al vicio y a la tentación de ese poder que corrompe, que asesina almas y conciencias.  Ese mismo poder que hoy invade países, masacra pueblos y crea oleadas de millones y millones de seres humanos deambulando por Europa, medio oriente, Colombia, Argentina, Honduras, México, Estados Unidos,  con sacos a cuesta de dolores, hambres y miserias impuestas, para que esa minoría criminal y narco sionista capitalistas, hagan negocios macabros.

     Después de Chávez, Venezuela cuenta con la conducción de un obrero revolucionario. Un hombre con capacidad y sensibilidad suficiente para seguir el trabajo liberador y creativo que su antecesor empezó con aquel “por ahora”. Claro está, a las elites burguesas ladronas, esclavas a la vez, de los genocidas poderes egoísta del crimen organizado Sion yanqui, no les gusta que les hayan quitado el manjar de las riquezas venezolanas de la boca y se les repartan a las mayorías del pueblo, convertidas en educación, salud, viviendas, empleos, seguridad  social y calidad de vida.

    El ataque brutal y reaccionario de los peleles gregarios de ese Sion imperio asesino, es mayúsculo, hora, contra Nicolás Maduro y el pueblo venezolano: terrorismo, asesinatos selectivos, asesinatos  efectistas, saqueo, incendio de universidades, centros de atención para bebes, hospitales, centros populares de salud, extracción o contrabando de alimentos y combustibles, guerra económica, saboteo a la moneda nacional, pactos  de hermandad con el narco terrorismo colombiano de Álvaro Uribe Vélez y del gobierno de  USA, asesinato de animales, destruccion de vegetación, bloqueo de vías publicas, inducción al consumo de drogas y de violencia a los jóvenes reaccionarios de las universidades privadas  religiosas y laicas, uso del terrorismo sicológico en los diferentes medios de comunicación privados, complicidad con empresarios maulas nacionales y empresas norteamericanas para esconder  los bienes y productos de primera necesidad, acompañadas por oleadas internacionales de mentiras y calumnias mediáticas que hasta califican al gobierno falsamente de dictadura.

     Lo mas vergonzante, es que existe un pequeño sector que se dice revolucionario, donde están inclusive unos ex funcionarios ministeriales de Hugo Chávez, que han cedido al chantaje del dinero y se han vendido a la reacción asesina de la derecha sin conciencia y se prestan al juego sanguinario del sionismo genocida transnacional. Incluso ahora, son voceros en medios y pasquines, financiados por la CIA como “el nuevo país” de Rafael y Patricia Poleo. Unos gusanos de reconocida trayectoria servil  y entregada a los servicios de inteligencia yanqui. Me refiero a los desertores de Marea Socialista o Aporrea. Que al no obtener favores, cargos y prebendas del estado, se abrazaron al crimen organizado Sion imperialista. A cambio de publicidad y favores viles.

     De toda esta  descripción, se desprende que la conciencia no es algo que se pregona para hacerla realidad.  Simplemente es una condición de vida, una conducta diaria, honesta, responsable y de amor al prójimo, que está por encima de pequeñeces de egoísmos avaros y absurdos. Cuando hay conciencia, se entiende que no somos dueños de la verdad absoluta y que se reconoce la capacidad y el derecho de otros camaradas, a hacer las cosas según lo  entiendan y lo conciban, pero siempre en beneficio de las mayorías. Es comprender que las condiciones objetivas tal vez no nos favorezcan como individualidad en algún momento especifico, pero que si van en beneficio del colectivo popular y es comprobable. Eso es tener conciencia revolucionaria. Es entender que las cosas no  pueden ir según el criterio individual y según creamos unos pocos. Es reconocer el derecho de otros a pensar por ellos mismos.

 

¡VENCEREMOS!

*Abogado con Patria

Javierdelvallemonagas@gmail.com

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