Javier Caso Iglesias •  Opinión •  04/07/2016

Pasan los años pero algunos seguimos insistiendo en el Frente Amplio Ciudadano y Popular, no excluyente

El día 27 de mayo del año 2014, trabajando propuestas surgidas un año antes, escribí un artículo titulado «Sobre el Frente Amplio Ciudadano y Popular, no excluyente».

En este artículo decía que este Frente Amplio Ciudadano y Popular, no excluyente, solo sería posible cambiando la metodología de relación para con los demás. La diferencia, establecía, está en la metodología, no en las propuestas. Se trata de empoderar a la ciudadanía y no a ninguna casta de partido.

El Frente Amplio Ciudadano y Popular lo ha de ser con todos/as y sin exclusiones, un Frente Amplio muy participado por la ciudadanía, tanto en la elaboración de sus programas y propuestas como en la elección de sus candidatos/as a través de procesos de primarias ciudadanas abiertas.

Tengamos en cuenta, insisto, que se trata de conformar un Frente Amplio Ciudadano y Popular cuyo objetivo sea ser alternativa de gobierno para empoderar a la ciudadanía, no un marginal «frente de izquierdas» sostenedor de castas y oligarquías de partido al servicio del sistema; para ello, dicho sea con palabras de Julio Anguita, hemos de «ganar a la población, con palabras claras, con un mensaje que no tenga aristas» y así construir un «contrapoder» que en su momento asuma la tarea de gobernar con otros principios. Para ello, ha apostado por no hablar de «izquierda», o de «centro», sino de programas electorales.

También en mi artículo titulado «Frente Amplio Ciudadano o Coalición de Partitocracias» indicaba que no se trata de crear una nueva sigla, ni de darle potencia a esa nueva sigla o coalición de siglas. Pienso que lo que ha manifestado la ciudadanía es que desea abrir procesos de empoderamiento de ella misma, indistintamente de la sigla que se use para ello. No se si a esta altura de la película alguno se acuerda de aquella frase que Marx y Engels quedaron escrita en ese popular Manifiesto que redactaron y que decía que «la emancipación de la clase trabajadora debe ser obra de la clase trabajadora misma». O si alguien recuerda esa estrofa de aquella popular e internacional canción, escrita en 1871 por Eugène Pottier, que decía «ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor».

La ciudadanía desea un Frente Amplio, pero un Frente Amplio que sea ciudadano y popular, no una coalición de partitocracias en la que cada opción política desee meter a los suyos. Esto sería un nuevo error. No hay que empoderar a las siglas o coaliciones, sino a los ciudadanos. Esto es lo que he estado tratando de expresar de una forma constante. Por mi parte siempre he entendido que el objetivo era el de empoderar a la ciudadanía, no crear o reforzar unos chiringuitos políticos para sustituir a otros.

Se trata, por tanto, de ser una herramienta al servicio del empoderamiento de la ciudadanía, esto es lo que debe quedar claro, no conformar un nuevo lobby político.

El Frente Amplio ha de ser ciudadano y popular. Muy participado por la ciudadanía, tanto en lo relativo a la elaboración de sus propuestas como en la elección de sus candidatos. Y hacer esto de verdad. A través de procesos de primarias ciudadanas u otros mecanismos que permitan esta participación al máximo nivel. Ya no vale el elaborar listas a espaldas de la ciudadanía. Ya no vale lo de todo para el pueblo pero sin el pueblo.

Las ideologías han hecho mucho dado al pueblo, aún hay una parte del mismo que cree en cantos de sirena ideológicos, por eso aún se vota a ese PSOE socioliberal que modificó el artículo 135 de la Constitución para poner por delante el interés de los mercados financieros al de los ciudadanos, el mismo PSOE que aprobó 8 contrareformas laborales precarizadoras del mercado laboral, el mismo PSOE que nos aumentó la edad de jubilación y el período de cotización para conseguir una pensión digna. Pero todo esto irá cambiando en la medida que la ciudadanía se hace más consciente de lo que quiere. No desea que se la gobierne, sino autogobernarse. No desea que se la represente, sino autorepresentarse.

 
A día de hoy estas ideas están más vigentes que nunca. O es Frente Amplio Ciudadano y Popular, no excluyente, o las fuerzas progresistas de este país seguiremos en la más absoluta testimonialidad.
 

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