Santos y pecadores •  20/11/2020

Reflexiones sobre «Manifestar» de Pasolini

Reflexiones sobre «Manifestar» de Pasolini

Cualquier cosa que se manifiesta

No manifiesta otra cosa que la fuerza

Incluso la de los destinados a la derrota”

Pocas cosas resultan más conmovedoras que las palabras escritas por seres que han ido al fondo de la humanidad.

Que han visitado sus recovecos, miserias, desgarros y han comprobado que el mundo deambula entre paraísos e infiernos.

Por caso, Cesare Pavese, Alejandra Pizarnik, Charles Bukowski o el citado, Pier Paolo Pasolini.

En su poema “Manifestar”, incluido en una recopilación de letras bajo el nombre de “Nada personal”, desgrana su observancia sobre la juventud, la libertad y la vejez de una manera tan simple como profunda.

Cuántas obligaciones me he inventado al envejecer para no ser libre” –escribe, pero no se adjudica ese derivar tan solo a su persona ya que agrega:

”Los más ingenuos, los más inexpertos, los más simples, los más jóvenes, se inventan todavía más, y peor aun, al llegar al mundo, lo primero que hacen es adaptarse; triunfalmente, haciéndose creer a ellos mismos y a los otros que se trata de obligaciones necesarias para una nueva libertad”.

¿Qué será –me pregunto- en estos tiempos ser libre?

Hay quienes sueñan con acceder nuevamente al consumo que los hizo, en un tiempo no muy lejano, sentirse parte de algo llamado sociedad (de consumo).

Otros necesitan tener un techo propio, o comer tres veces por día, o no tener que vivir en el barro.

Difícil plantear estas ideas en un mundo tan desigual donde un puñado de familias poseen la riqueza que generamos millones de familias.

Pero la libertad es más fuerte: así sea un poco, quiere ser vivida”, prosigue Pasolini.

El poeta, periodista y cineasta italiano conoció a lo largo de su vida más pesares que alegrías.

Cuestionó como pocos a dos grandes instituciones en la Italia de su tiempo, al Partido Comunista y a la Iglesia Católica; sin embargo, como señala el prólogo del citado libro y por sobre sus severas críticas, consideró a la sociedad de consumo “el más represivo de los totalitarismos”, una cultura unificadora universal.

Argentina, paradojas de una deriva con leves primaveras

En la Argentina contemporánea del ascenso social y la conquista de derechos (2003 – 2015) no se pudo o no se quiso destruir el nudo gordiano de las desdichas generacionales: producción y distribución de alimentos en pocas manos, minería a cielo abierto, sojización del terreno, etc.

Asimismo, nadie tiene la receta, menos quien escribe, para señalar cuál es el camino; no obstante por lo leído, vivido y caminado, podría decirse que hay un péndulo que avanza y retrocede con los pasos de la sociedad y replica cada tanto las demoras casi eternas.

¿Son los medios?, ¿es la justicia?, ¿es la política?, ¿es la economía?, ¿es la Iglesia?, ¿es el capitalismo?, ¿es la dictadura del proletariado?

Desde la crisis del 2001 en adelante hemos visto satisfactoriamente, el surgimiento de movimientos sociales que se fueron formando como respuesta concreta al muro neoliberal y al gobierno monitoreado por el FMI. También observamos cómo algunos de esos movimientos responden a las influencias de la Iglesia Católica en manos del papa Francisco.

El poeta escribe sobre los valores y los jóvenes: los valores, precisamente, son sentidos especialmente, desde siempre, por los jóvenes (sólo en ellos, precisamente, la obediencia es gracia) es con sus filas que cuentan los Jefes para seguir adelante, con sus limpias, inocentes filas”.

¿Somos capaces de mirar más allá y hundir la cabeza en nuestros propios recovecos nauseabundos?

¿Es posible vislumbrar un verdadero cambio cuando sostenemos luchas mirándonos el ombligo?

¿Alcanza manifestarse por un salario digno cuando los “Jefes” van acomodando sus fichas, sus cuadros, sus acuerdos mientras miles de jóvenes gritan?

Finalizando el poema, vislumbra cierta conclusión: Simplicidad y juventud, formas de la naturaleza: es sobre ustedes que se abjura la libertad a través de una serie infinita de deberes, limpios, inocentes deberes, a los que, manifestando, se les grita con aire amenazante, obediencia”.

El arte como esencia, no como vidriera

Quepa reflexionar sobre el aporte de un hombre que ha conocido el barro de la historia, las calles oscuras de pueblos hambreados, los basurales donde sexo, prostitución, vida y muerte eran himnos entonados a media voz entre humo y alcohol. Y que ha sabido transformar esa realidad en arte.

No fue un burgués acomodado pensando el mundo desde su sillón blanco, perdiendo su mirada en los verdores de un valle, alejado del frío de un cuerpo con hambre.

Tampoco alguien que ha preferido acomodarse a un escritorio, repitiendo consignas tan gastadas como la paciencia, buscando recibirse de burócrata.

En todo caso, prefirió sangrar y poner el dedo en las llagas de lo que sus ojos sensibles observaban y hundirse hasta quedar tendido en un terreno abandonado, ebrio de anonimato.

Pienso que a través de sus desgarros, como también de su arte, podríamos interrogarnos en el presente.

Pasolini no hubiera dudado en abrazar a Jacobo Fijman, aquel poeta abandonado a su suerte en el neuropsiquiátrico Hospital Borda (gracias Vicente Zito Lema por cuidarlo tanto y hacerle compañía).

Tampoco hubiera dudado en caminar de la mano de Alejandra Pizarnik por la avenida Corrientes en Buenos Aires.

Manifestaría la osadía de elegir no salvarse solo.

Néstor Alejandro Tenaglia


Santos y pecadores / 

Néstor Tenaglia Álvarez

 https://nestortenaglia.wordpress.com/

Comunicador y escritor argentino: En 1989 comienza una experiencia comunicacional en Radio Nacional Esquel, Patagonia, Argentina, por lo cual es convocado por la Dirección Municipal de esa ciudad para realizar trabajos de prensa y difusión. A partir de 1992, en Buenos Aires, comienza el programa de radio "SANTOS Y PECADORES "que se extenderá en el tiempo hasta 2018. Allí vincula las letras con las entrevistas, convoca a importantes músicos, historiadores, artistas y vuelca periodísticamente todas esas experiencias en lo que se denomina "radio arte". Con una fuerte impronta en los derechos humanos, colabora para el periódico Madres de Plaza de Mayo, organismo mundialmente conocido. La poesía ha sido siempre la forma de encarar los proyectos comunicacionales, anclando las temáticas en cuestiones marcadas por sucesos históricos y también atemporales. Su trabajo comunicacional le ha valido algunos premios y varios reconocimientos. En 2005, la Editorial Dunken edita "La gran apuesta", antología poética donde participa con el texto "Mapuche". En 2020, Ediciones La Esfera Cultural (España) edita "El club de los relatores" donde participa con el texto "Un árbol gigante" siendo premiado entre más de seiscientos participantes. En 2021 gana el segundo puesto en el Concurso Relatos de Otoño que organiza Ediciones Embrujo, por lo que su relato "Viento de octubre" forma parte de la antología "Flor de Otoño y otros relatos" editada en el mismo año. En 2022, forma parte del Libro editado por la Falla Sant Nicolau Mosquit de Gandia, titulado "Construim" con el poema "Tierra removida", traducido al valenciano. También, en 2022, es seleccionado para participar de una antología como resultado del Fallo del III Certamen Literario de Relato y Poesía, organizado por el Ayuntamiento de Encinas Reales, Córdoba, Andalucía con su poema "Hoja en blanco". Es director de contenidos en su sitio, "Periodismo en Cronopia" Actualmente reside en la Comunidad Valenciana, desde 2019.
Primer año en España A un año de varias fotos: abrazos, lágrimas, miedos, incertidumbre, canciones, porvenir, un avión en Ezeiza rumbo a Madrid, un sol radiante. Qué rápido pasamos por el tiempo. En estos días la red me recuerda últimos brindis, palabras con significado profundo, sonrisas, regalos, buenos deseos. No somos originales; el mundo está hecho de adioses y bienvenidas. Cuando uno se aleja, invariablemente algo sepulta y, a la vez, algo siembra. Toda evocación conlleva cierta nostalgia y la rara sensación de observar con el zoom de la mirada que permite discriminar lo bueno, lo malo y lo feo de cada sitio, de cada época, de cada persona, pero también, permite reflexionar sobre las propias sombras, los propios demonios y hacer de la distancia una experiencia de búsqueda y aprendizaje.