Marta Denis Valle •  Prensa Latina •  Memoria Histórica •  27/05/2022

Cuba conmemora el 65 aniversario de la victoria de la Revolución en el Uvero

  • La decisión del líder rebelde Fidel Castro de atacar el Uvero, en gesto solidario, fue tomada tras conocer el 25 de mayo de 1957 la noticia del arribo días antes por el norte de Oriente de la frustrada expedición del Corynthia.
Cuba conmemora el 65 aniversario de la victoria de la Revolución en el Uvero

El 27 reunió a su Estado Mayor y dispuso preparar a las tropas y enseres para entrar en combate dentro de las próximas 48 horas.

La sangrienta acción comenzó con un disparo de fusil del propio Fidel Castro, al amanecer del 28 de mayo de 1957 y, en aproximadamente dos horas y 45 minutos, se impusieron los guerrilleros con un alto saldo de bajas de ambas partes, aunque mayores en las filas del ejército del dictador Fulgencio Batista.

Las fuerzas rebeldes ya contaban con cuatro pelotones al incorporarse desde el 17 de marzo, 53 nuevos efectivos, recibidos por Ernesto Che Guevara.

Este refuerzo fue organizado por Frank País, con los mejores combatientes del Movimiento 26 de Julio en la provincia de Oriente, y Celia Sánchez que preparó las condiciones para su envío a la Sierra Maestra.

Celia, primera mujer guerrillera, combatió en el Uvero.

El Che narró detalladamente este combate, ocurrido en el actual municipio de Guamá en la provincia de Santiago de Cuba, en el cual por “ambos lados se hizo derroche de coraje”.

“Para nosotros fue, además, la victoria que marcó la mayoría de edad de nuestra guerrilla. A partir de este combate, nuestra moral se acrecentó enormemente, nuestra decisión y nuestras esperanzas de triunfo aumentaron también…ya estábamos en posesión del secreto de la victoria sobre el enemigo”.

Antecedentes

En el curso de los primeros meses en la Sierra Maestra -suroeste de la antigua provincia de Oriente-, los guerrilleros vivieron tiempos difíciles a los que lograron sobreponerse, a veces a punto de perecer por ataques del ejército y la aviación.

El 17 de enero de 1957, en el ataque al pequeño cuartel de La Plata, en la vertiente sur de la Sierra Maestra, derrotaron a las fuerzas enemigas cuando todavía eran sólo un puñado de hombres con el método «de muerde y huye», empleado en su tiempo por los mambises.

En el combate de Llanos o Arroyo del Infierno, el 22 de enero, emboscaron al ejército en marcha, dejaron pasar su vanguardia y le causaron cinco muertos y un herido, ocuparon un fusil y 60 balas sin tener bajas.

El combate del Uvero

Según narró en una de sus célebres crónicas de guerra el comandante Che Guevara, el enemigo tuvo 46 bajas (11 muertos, 19 heridos y 16 prisioneros) y otros seis escaparon, de un total de 53.

También hubo siete muertos y ocho heridos por parte de los atacantes.

Allí fallecieron Emiliano Díaz Fontain (Nano), Julio Díaz González, Gustavo Adolfo Moll, Francisco Soto Hernández, Anselmo Vega, Eligio Mendoza y, posteriormente, Rigoberto Cilleros.

A los pocos minutos de iniciado el ataque, murió de un balazo en la cabeza el teniente Julito Díaz, de 28 años, quien fuera asaltante del Cuartel Moncada y expedicionario del Yate Granma, que arribó a Cuba el 2 de diciembre de 1956.

Resultaron heridos: el capitán Juan Almeida Bosque (brazo y pierna izquierdos), el teniente Félix Pena (en un rodilla), Miguel A. Manals (un tiro en el pulmón), Mario Maceo (un hombro), Manuel Acuña (brazo derecho), Enrique Escalona (brazo y mano derechos) y Hermes Leyva (un tiro a sedal en el tórax).

Almeida salvó la vida porque la cuchara que tenía en su bolsillo desvió la bala.

Mario Leal y Rigoberto Cilleros resultaron muy mal heridos y el Che Guevara, quien además de combatiente actuó como médico con los pocos recursos sanitarios en su poder, trató de salvarles la vida dejándolos al cuidado del doctor del cuartel con la garantía de su honor.

Leal sobrevivió a la herida y cumplió prisión en Isla de Pinos el resto de la guerra.

Expedicionario del yate Corynthia

La mayor parte de los expedicionarios del Yate Corynthia fueron masacrados, después de ser apresados, el 28 de mayo de 1957 en Brazo Grande, poblado de Cabonico, Mayarí, próximo a la Sierra Cristal, por fuerzas del régimen al mando del coronel Fermín Cowley Gallegos.

Entre los mártires está Saúl Delgado Duarte (1926-1957), presidente de la Asociación de Alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza de El Vedado, el cual lleva hoy su nombre.

La expedición al mando de Juan Calixto Sánchez White (1924-1957), combatiente voluntario de la Segunda Guerra Mundial, salió de las costas de la Florida, Estados Unidos, el 19 de mayo de 1957, con 27 expedicionarios.

Sánchez Whyte nació el 3 de noviembre de 1924 en Glasgow, Escocia, hijo de Calixto Eugenio Sánchez García, diplomático cubano en funciones en Reino Unido, y la ciudadana inglesa Helen Whyte.

Muy joven cumplió numerosas misiones como paracaidista en Francia, Holanda e Inglaterra, logrando alcanzar el grado de sargento y ser incluido en el Cuadro de Honor del ejército canadiense.

Fue su abuelo el comandante mambí Calixto Sánchez Agramonte, hijo del patriota Francisco Sánchez Betancourt (1827-1894) y de María de la Concepción Agramonte y Boza (1834-1922), Concha, quien se incorporó con sus hijos a la Revolución del 68.

Pancho- así lo llamaban-, constituyente de Guáimaro y diputado a la Cámara, se mantuvo en armas desde el primero hasta el último día de la Guerra de los Diez Años en Camagüey.

Calixto conspiró desde tiempo ante contra la dictadura de Batista y estaba comprendido en los planes de apoyo al ataque del Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. Al fracasar la acción marchó al exilio y de inmediato se dedicó a preparar la expedición.

Piloto y mecánico de aviación, trabajó en Pan American Airways y en Cubana de Aviación. En 1953 resultó elegido secretario general del sindicato aéreo y después, de la Federación Aérea de Cuba.

El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), de los cuerpos represivos de la dictadura batistiana, conoció los planes aún antes de la partida de la motonave hacia Cuba.

Aunque la empresa fue financiada por la Organización Auténtica (OA), del ex presidente Carlos Prío, en ella se enrolaron opositores al régimen de distinta filiación en cuyo ánimo estaba llegar a Cuba para incorporarse a la lucha armada.


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