El Libertador •  Internacional •  29/12/2017

El Estado ya empezó cacería sistemática en contra de manifestantes en Honduras

Según el director de Casa Alianza Honduras, Guadalupe Ruelas (foto en texto), el gobierno ya inició un plan de “Cacería Sistemática”, puesto que más allá de una simple represión con gases lacrimógenos se está dando persecución a personas identificables en las protestas “Antifraude”, en ese sentido se tiende a criminalizar o dar muerte a miembros de la oposición.

Ruelas asegura que cuando un gobierno actúa de esa forma, es porque sabe que está asentado en la ilegalidad, por lo que su único camino para “gobernar” es el uso de la fuerza. Eso ha dejado ya 36 muertos en Honduras desde el 26 de noviembre por el golpe que ha dado el Tribunal Electoral.      

El Estado ya empezó cacería sistemática en contra de manifestantes en Honduras

Tegucigalpa. El director de Casa Alianza Honduras, Guadalupe Ruelas, ha considerado que lo que están viviendo los hondureños en protestas es una “cacería sistemática”, puesto que ya se están presentando indicios de persecución a varios miembros “identificables” en las movilizaciones.

Para el caso, ha trascendido el rápido actuar de la Fiscalía y miembros de la Policía, para capturar a varios manifestantes que en indignación por la muerte de tres menores de edad a causa del gas lacrimógeno han quemado postas policiales y despojado de indumentarias a varios efectivos.

Por ejemplo, ayer la Policía capturó a siete individuos señalados por incendiar la posta policial del sector de Alubarén, Francisco Morazán. Fueron detenidos: Celso Reyes, Dilmes García, Domingo Reyes, Robel Reyes, Gabildo Castillo, José Núñez y Santos Ortiz.

Además en San Pedro Sula se detuvo a 11 personas a quienes se les señala por “torturar” a efectivos de la policía y participar en saqueos en la “capital industrial”. Pese a que según los organismos de justicia del país, las personas han incurrido en el delito aprovechando las manifestaciones, los mismos simpatizantes de la Alianza de Oposición han hecho la labor que los uniformados no hacen.

Durante el despliegue de saqueos antes de navidad, fueron los manifestantes los que controlaron la situación e incluso recuperaron  algunos artículos de valor. Posteriormente sus líderes políticos condenaron que era una estrategia para ensuciar la lucha legal en contra del fraude electoral.

Esa defensa democrática, hasta la fecha ha causado que 36 personas perdieran la vida, aunque ya hay asesinos “desconocidos” en una práctica reconocible en los “escuadrones de la muerte”. La mayoría de las víctimas perecieron a manos de las balas del Ejército hondureño durante las manifestaciones. Tampoco los castrenses han cumplido su deber constitucional de proteger la alternabilidad en el poder. Han optado por cuidar el patrimonio de Hernández.

Lo que se siente en el país es persecución. Por ejemplo, el Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), ha denunciado la persecución contra el militante y dirigente de la juventud del Partido Libertad y Refundación (Libre), Eduardo Urbina (foto), acusado de incendiar un camión militar el pasado 15 de diciembre; no obstante, la organización informó que el joven salió del país el 10 de diciembre.

Con base a eso, la población se ha preguntado ¿por qué las fuerzas de seguridad del Estado actúan tan rápido contra protestantes y no contra corruptos, personas que apoyan la ilegal reelección y contra quienes avalaron el fraude electoral cometiendo serios delitos en contra de la dignidad democrática?

Ruelas asegura que el trabajo de la policía, que está encaminándose en procesos selectivos, responde a hechos e interpretaciones, es decir, que es una interpretación que se proteja a la ciudadanía, pero los hechos hablan por sí mismos. “Vemos que las fuerzas de seguridad del Estado están para proteger a los poderosos en contra de los ciudadanos, por eso no es extraño que esta coyuntura de fuerzas policías, militares y la burocracia estatal, tome represalias contra toda persona que sientan que su opinión no ha sido respetada”.

Asimismo, añade que cuando una persona irrespetada se indigna y reclama, esta se convierte en enemigo de los que quieren mantener el estatus quo, y, por eso, se actúa con el propósito de sofocar cualquier diferencia y signo de pensar, “para que eso no se contagie y para generar temor en la población”.

A criterio del activista social, las fuerzas de seguridad “están reprimiendo hoy por lo que sucedió ayer, pero, están reprimiendo más que todo por lo que pueda pasar mañana”. Refiere que Honduras es un Estado que vive bajo el entendido del  asentamiento en la ilegalidad, “es un gobierno que no está asentado en la legitimidad, y como no está asentado en la legalidad, debe asentarse en la represión, ponerse a la fuerza”.

Por eso, Ruelas ratifica que lo que sucede ya es “una cacería sistemática, es decir no es un tema de salir y tirar una bomba lacrimógena, esto ya es a sangre fría, esto ya es sistemático, ya responde a tareas, tácticas y estrategias de aterrorizar y coartar cualquier posibilidad de rebeldía y rebelión”.

Lamenta que aunque está resultando doloroso para las familias de indignados, asegura que cuando un gobierno empieza a actuar de esa manera, es porque “no tiene la razón y sabe que no tiene la razón por eso se posiciona de manera descarada”.


fraude electoral /  Honduras /  represión /