Manuel Robles Sosa •  Prensa Latina •  Internacional •  23/04/2023

Perú espera la inminente extradición del ex presidente Alejandro Toledo

  • Los peruanos aguardan este domingo a la llegada del expresidente Alejandro Toledo, extraditado por Estados Unidos, para ser juzgado por corrupción, en el ocaso de una vida marcada por ese delito y un largo rastro de faltas a la verdad.
Perú espera la inminente extradición del ex presidente Alejandro Toledo

Si bien no hay ninguna información oficial sobre el arribo de Toledo, informes extraoficiales y una declaración de la procuradora del Estado Silvana Carrión, señalaron que llegará en un vuelo comercial bajo custodia de oficiales de policía estadounidenses que lo entregarán al llegar a Lima.

Tras su arribo, el exmandatario será encarcelado en el presidio de alta seguridad reservado a exfuncionarios de alto nivel, donde se encuentran su antecesor, Alberto Fujimori, y el también expresidente Pedro Castillo.

Culminará así un oneroso proceso iniciado en diciembre de 2017, poco después de que, en medio del avance de las pesquisas, Toledo viajó a Estados Unidos alegando compromisos académicos, con la falsa promesa de volver a someterse a la justicia.

Puede ser condenado a 20 años de cárcel por colusión y tráfico de influencias, como pide el fiscal que lo investigó, José Pérez, y la sentencia podría incluir el pago al Estado de una reparación de mil 800 millones de soles (aproximadamente 480 millones de dólares), solicitada por la Procuraduría del Estado.

Pérez tiene contundentes pruebas para condenarlo por recibir un soborno de 35 millones de dólares, principalmente los testimonios de ejecutivos de la empresa brasileña Odebrecht, que como pruebas del pago mostraron los documentos de los envíos a una cuenta del israelí-peruano Yosef Maiman.

Maiman, un exagente de inteligencia de Israel, confesó a su vez, antes de morir por una grave enfermedad, que fue intermediario del soborno y dio al fiscal pruebas de los reenvíos del dinero a Toledo, a cuentas cifradas en Costa Rica y Panamá.

El migrante que en 2001 se convirtió en el primer presidente cholo (indígeno mestizo andino) y de origen humilde, proclamaba esos rasgos como virtudes pese a que había vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos.

Él o sus publicistas construyeron la imagen artificial del sufrido niño andino huérfano que perdió a su madre en un terremoto que emergió de la pobreza, se esforzó por salir adelante y estudió economía en la prestigiosa universidad norteamericana de Harvard.

Lo de la madre fallecida en un mismo era tan falso como sus estudios en Harvard.

Se presentó además como luchador contra la corrupción y bajo su gobierno fueron juzgados y encarcelados por ese crimen exmiembros del gobierno de mano dura y empresarios; mientras con sigilo cometía el mismo delito.

Cuando aspiraba a la presidencia de la República, en 1998, denunció junto a su esposa que había sido secuestrado y drogado para ser fotografiado, pero la prensa descubrió que en realidad había estado en una interminable juerga presumiblemente con prostitutas.

Pero sus críticos señalan como la más grave de las imposturas de Toledo fue la de hacerse elegir ofreciendo a los peruanos cambios de fondo, revertir totalmente el régimen precedente y terminar sobre todo con la corrupción, nada de lo cual cumplió.


Perú /