Redacción •  Internacional •  22/04/2019

Segundo «ultimatum» a los «chalecos amarillos» para exigir la renuncia del presidente neoliberal Macron

  • CGT, FO, Solidaires, UNEF, UNL y UNL-SD, todos sindicatos franceses, se han sumado a las protestas de los "chalecos amarillos" tras el incendio de la catedral de Notre Dame.
  • Las movilizaciones de los 'chalecos amarillos' comenzaron en noviembre para protestar contra la subida de los impuestos al diésel, pero rápidamente se ampliaron las demandas y hoy se exige la dimisión del Gobierno neoliberal.
  • El pasado 20 de abril hubo un aumento de manifestantes con respecto a semanas anteriores pese a ser el 23º sábado consecutivo de movilizaciones.
  • Los chalecos amarillos han asegurado que el 1 de mayo (día del trabajador) será una jornada de "disturbios".
Segundo «ultimatum» a los «chalecos amarillos» para exigir la renuncia del presidente neoliberal Macron

El incendio de la Catedral de Notre Dame podría conducir a un espíritu de unión en Francia; país dividido por múltiples inconformidades con el actual gobierno de Emmanuel Macron, según declaran analistas, sobre todo tras el apoyo de diversos sindicatos como CGT, FO, Solidaires, UNEF, UNL y UNL-SD, que se han unido a las protestas de los “chalecos amarillos”. Desde que en sus inicios el movimiento social exigiera reformas sociales en materia de educación pública, una verdadera igualdad de género, políticas ambientales o la condena de la escalada de precios, estas demandas han cristalizado en un que quizás las aune todas bajo la premisa de quién es el responsable de las políticas de recorte ultraliberal impuestas en Francia en los útlimos años. Así, se exige la renuncia del presidente Emmanuel Macron, quien se prepara estos días para dar un gran discurso nacional a fin de responder a un país que exige su dimisión.

La unión de los sindicatos franceses al movimiento de los chalecos amarillos no es nueva, pues estos han convocado varias huelgas generales de las que no se informa ni siquiera en países limítrofes como España. Así, la huelga general convocada el pasado 5 de febrero por el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), el mayor de el país, se hizo sentir durante todo ese día con piquetes en lugares de trabajo, bloqueo en universidades y paro en sectores del transporte. La CGT francesa junto a los “chalecos amarillos”, inundaronese día las calles del país galo denunciando las difíciles condiciones en el sector laboral y exigiendo mejores salarios y reformas en el sistema tributario.

Los manifestantes se concentraron desde temprano este 20 de abril frente al Ministerio de Economía para iniciar una nueva marcha, la cual tuvo como destino los alrededores de Notre Dame para honrar a la catedral tras el incendio del 15 de abril. Sin embargo, las autoridades prohibieron las movilizaciones en los Campos Elíseos y en las inmediaciones de la catedral de Notre Dame. En la popular Plaza de la Bastilla de París desembcaron varias columnas de manifestantes. Néstor y Marita, informaron desde París para el medio argentino Comunizar el 20 de abril, y destacaron un sentir general tras el incendio de la catedral: «Una señora con chaleco amarillo había escrito en su espalda, con marcador negro: Se quema el techo de la catedral y los patrones ponen millones; nosotros somos millones sin techo, y ningún patrón pone nada«.

Casi 200 personas fueron detenidas en la ciudad de París tras tomarse este sábado la capital en el segundo Ultimátum, cuya primera edición se saldó con graves disturbios y el despliegue de unos 60 mil gendarmes. Según los datos de la Prefectura de París, muchas de esas personas fueron detenidas «por portar objetos prohibidos». Tras reportarse un considerable aumento en los suicidios de lapolicía francesa, reporteros de The Associated Press escucharon que algunos manifestantes en París gritaban “¡Suicídense!” a los policías que los rociaban con gas lacrimógeno y les lanzaban balas de goma, y pedía a los reunidos que contuvieran la violencia en la semana 23 de protestas. También se confirmó la utilización por los agentes de gas lacrimógeno y de las polémicas pelotas de acero recubiertas de goma o «flashball», unos proyectiles lanzados con armas conocidas técnicamente como Lanzador de Bolas de Defensa (LBD). Uno de los puntos con mayor tensión fue el de la Plaza de la República.

El primer Ultimátum de los «chalecos amarillos» fue el pasado 16 de marzo, cuando se produjeron importantes disturbios principalmente en la región de los Campos Elíseos, donde se saqueó y quemó el histórico restaurante Fouquet. Desde entonces las autoridades han prohibido parcialmente las marchas, pero los «chalecos amarillos» han mantenido el nivel de movilización.

Aunque el Ministerio del Interior informó de 27.900 manifestantes en toda Francia, unos nueve mil en París, es presumible un número mucho mayor, pues las autoridades suelen reducir las estimaciones al mínimo mientras los medios de comunicación solo hablan de los episodios violentos. Dos recursos que se repiten en cualquier movilización en Europa a fin de reducir su impacto social.

El portavoz Jérôme Rodrigues lamentó el «desgraciado» incendio del pasado lunes que devastó la cubierta de la Catedral de Notre Dame de París, pero adviritó de que no debe servir para distraer la atención del debate político. Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo, ya denunció el pasado 17 de abril el doble rasero en las urgencias de la oligarquía francesa: «Si son capaces de dar decenas de millones para reconstruir Notre Dame, que dejen de decirnos que no hay dinero para satisfacer la emergencia social«.


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