Redacción •  Internacional •  16/04/2022

Le Pen se lanza a la caza del voto anti-estabishment de cara a la segunda vuelta de las presidenciales francesas

  • La líder ultraderechista busca medrar en el caladero de votos de izquierda abogando por programas sociales y manteniendo un discurso crítico con la política económica de Macron.
Le Pen se lanza a la caza del voto anti-estabishment de cara a la segunda vuelta de las presidenciales francesas

Marine Le Pen se lanza a capturar el voto de la masa de votantes de izquierda en Francia. Es lo que parece desprenderse de las primeras intervenciones de la candidata ultraderechista para tratar de obtener la presidencia en la segunda vuelta de las elecciones francesas que tendrán lugar el próximo domingo 24 de abril.

Le Pen, que llega a la segunda vuelta con una ligera desventaja respecto al actual presidente Emmanuel Macron, ha apostado por situarse como la candidata que vela por los intereses populares frente al establishment representado por el actual mandatario. «El 24 de abril se enfrentan el bloque popular contra el bloque de la élite, el pueblo contra la oligarquía», afirmaba la líder de Rassemblement National en un mitin el pasado jueves.

Durante los últimos días, la líder de la extrema derecha francesa ha abogado por poner en primera línea propuestas de carácter aparentemente social. Promesas de acciones destinadas al control de los precios de productos básicos (de corte absolutamente liberal, como reducciones de impuestos), combatir la brecha salarial entre hombres y mujeres, inversiones en sectores estratégicos y defensa de los derechos LGTBI centran sus últimos discursos.

Junto a estas promesas, declaraciones sobre su intención de conformar un «gobierno de unidad nacional», con la incorporación de «ministros de izquierda» en diversas carteras. Una propuesta con la que trata de superar el bloqueo del denominado «cordón sanitario» que las fuerzas de centro-derecha y progresistas mantienen respecto a su candidatura.

Así mismo, en el panorama internacional, la candidata tiñe su propuesta de repliegue nacionalista con discursos sobre la soberanía. La salida de la Unión Europea y su rechazo frontal a la OTAN se constituyen un caballo de batalla importante en un momento de grave convulsión internacional.

La candidata es consciente de que su camino al Palacio del Eliseo pasa de forma forzosa por atraer el voto de parte del 28% de electores que mostraron su apoyo a alguna de las opciones de izquierda en la primera vuelta de las elecciones. En esta clave, la candidata acelera su intento de lavado de imagen, consciente también del enorme rechazo que las políticas neoliberales de Emmanuel Macron han generado entre este sector de la población.

A pesar del discurso, sin embargo, Le Pen no renuncia a las principales señas de identidad de su propuesta. La reducción del peso de las instituciones, la persecución de los inmigrantes, el refuerzo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, y un ataque frontal a los sindicatos caracterizan una propuesta que recuerda enormemente al discurso que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca en 2016.


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