AFP •  Agencias •  Internacional •  10/11/2018

Las autoridades turcas entregaron las grabaciones del caso Khashoggi a Francia, Reino Unido, Alemania, EEUU y Arabia Saudí

El presidente turco Tayyip ha asegurado esta mañana que las grabaciones que demuestran la responsabilidad de los servicios secretos saudíes en la muerte del periodista Jamal Khashoggi fueron compartidas con los cinco países. Estambul exige a Riad que asuma su responsabilidad y haga públicos los detalles del macabro suceso del cual acusa a 15 agentes saudíes.

Las autoridades turcas entregaron las grabaciones del caso Khashoggi a Francia, Reino Unido, Alemania, EEUU y Arabia Saudí

Turquía ha compartido las grabaciones sobre el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi con las autoridades de Arabia Saudita, Estados Unidos, Alemania, Francia y el Reino Unido. Así lo ha hecho saber el presidente turco Tayyip Erdogan en un discurso dado esta mañana, en el cual ha señalado que es inútil continuar sin hacer públicos todos los detalles de la implicación de los servicios secretos saudíes en el caso.

El presidente turco ha realizado estas declaraciones antes de partir hacia París (Francia) para conmemorar, junto con otros líderes mundiales, los 100 años transcurridos desde el final de la Primera Guerra Mundial.

Además, Erdogan ha exigido públicamente a Riad identifique al asesino de Khashoggi entre un equipo de 15 agentes de Inteligencia saudí que, según denuncia, voló a Estambul con el único objetivo de matar al periodista.

“Ellos (los saudíes) aún no han anunciado los nombres de los colaboradores locales. Los 15 hombres que vinieron a Turquía son los responsables del asesinato y saben dónde se encuentra el cuerpo de Khashoggi, pues el asesino fue uno de ellos”, acusa.

«No hay necesidad de distorsionar este asunto, saben con certeza que el asesino, o los asesinos, se encuentra entre estas 15 personas. El Gobierno de Arabia Saudita puede revelarlo haciendo que estas 15 personas hablen», insistió Erdogan.

Grabación en el “reloj inteligente”

Uno de los elementos más comentados del caso ha sido la posesión por parte de las autoridades turcas de estas grabaciones que demostraban el asesinato. Según ha puesto de manifiesto el diario Sabah, las mismas habrían sido realizadas por el propio Khashoggi durante su tortura y ejecución a través de su reloj digital inteligente de la marca Apple. Según constata el periódico, la conexión del aparato con la nube de internet permitió a los servicios de inteligencia acceder al contenido clave durante las investigaciones.

El mismo periódico hizo pública la hipótesis que manejan las fuerzas policiales turcas respecto a los restos del periodista. Pese a presiones internacionales a Arabia Saudí para que revele el paradero del cadáver, Riad se rehúsa a dar una respuesta al respecto.

No obstante, los resultados de un examen de muestras extraídas de las tuberías de la residencia de Muhamad al-Otaibi, el cónsul saudí en Estambul, permitió a los investigadores turcos detectar restos de ácido, según informa el Sabah.

El periódico, citando de manera anónima a fuentes fidedignas, agrega además que los investigadores creen que los asesinos tras disolver el cuerpo del periodista en ácido, se deshicieron de la consistencia suficientemente líquida obtenida de ello, arrojándolo al sistema del desagüe.


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