Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  07/09/2016

El inicio del socialismo italiano

El movimiento obrero italiano se caracterizó por la multitud de ligas, asociaciones y sindicatos de tendencia anarquista. La creación de un partido socialista tardó en producirse en relación con otros países europeos. En Génova, en el año 1892, se fundó el Partido de los Trabajadores Italianos, promovido por Filippo Turati, Claudio Treves y Leonida Bissolati. Al año siguiente, tomará su nombre definitivo, Partido Socialista Italiano (PSI). El socialismo italiano comenzó teniendo fuerza en el norte industrializado.

A pesar de que el gobierno de Crispi intentó prohibir las formaciones y organizaciones de izquierdas, Turati consiguió ser elegido diputado en 1896. Tres años después fue inhabilitado como parlamentario y arrestado por haber participado en la “protesta del estómago” de Milán. Pero volvió a la cámara al ser reelegido. El PSI fue haciéndose con un lugar en el parlamento italiano.

Si en el seno de todos los partidos socialistas europeos siempre hubo un intenso debate entre reformistas y revolucionarios, en el caso italiano las disputas fueron especialmente intensas, terminando por provocar disensiones y crisis profundas, a pesar de que, poco a poco, el PSI llegó a tener mucha fuerza electoral. Los principales líderes reformistas eran Turati y Bissolati. Esta postura reformista pretendía que el socialismo participase activamente en el parlamento para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas de izquierda con el fin de promover reformas favorables para la clase obrera; de hecho, Turati apoyó a Giolitti cuando en 1904 sacó adelante un paquete de leyes laborales avanzadas (tutela sobre trabajo femenino e infantil, accidentes laborales, invalidez, vejez, negociación colectiva y cooperativas). La postura maximalista y revolucionaria era defendida por Arturo Labriola, que estaba muy influido por el anarcosindicalismo, una fuerza siempre importante en Italia. El intransigente Enrico Fermi también se enfrentó a la corriente reformista.

Los reformistas consiguieron marcar la línea del partido en los congresos de 1900 y 1902, pero en 1904 cambió la situación. En ese año, el ala izquierda del partido criticó que éste participará tan activamente con Giolitti, que empleaba este apoyo no sólo para gobernar sino para favorecer solamente a una parte de los obreros. En el Congreso de Bolonia la postura defendida por Turati quedó en minoría.

Algunos reformistas terminarían por ser expulsados unos años después, creando en 1912 el Partido Socialista Reformista Italiano. Los principales líderes del nuevo partido socialista fueron Bissolati, Matteotti, Bonomini y Ruini. Pero la nueva formación política fracasó en las elecciones.

Turati permaneció en el partido y pudo dirigirlo en la línea que defendía gracias a que recuperó la mayoría en el Congreso de 1908. Pero en 1911 la guerra en Libia provocó que los maximalistas, contrarios a esta aventura, destacándose en esta oposición Benito Mussolini, se hicieran de nuevo con la mayoría en el partido.


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