Redacción •  Actualidad •  27/09/2021

Alertan del impacto ambiental y de la especulación asociada a la ampliación del aeropuerto de Barajas

Antes del 30 de septiembre, el Consejo de Ministros debe aprobar el Documento de Regulación Aeroportuaria para 2022-2026 (DORA II), presentado por Aena, en el que se incluye la ampliación del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. La Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, Ecologistas en Acción, el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA) y Jarama Vivo recuerdan que las actuaciones previstas van asociadas a un proyecto inmobiliario similar al de la Operación Chamartín, afectan a buena parte de los espacios protegidos Red Natura de la región, al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, así como a las poblaciones aledañas. Por ello, lamentan que el Gobierno de la Comunidad de Madrid apoye el proyecto.

Alertan del impacto ambiental y de la especulación asociada a la ampliación del aeropuerto de Barajas

Las previsiones de Aena para el aeropuerto de Barajas requieren una inversión excesiva de 1.600 millones de euros, van asociaciadas a actuaciones inmobiliarias especulativas y suponen un fuerte impacto ambiental por el ruido, el riesgo de impacto con la avifauna y la contaminación. Las partículas ultrafinas, el hollín y los enormes niveles de ruido emitidos por los motores de las aeronaves representan la causa de patologías de tipo cardiovascular, discapacidades auditivas, alteraciones del sueño o deterioros del rendimiento cognitivo. Por ello, las principales asociaciones ecologistas madrileñas, lamentan que el Gobierno de la Comunidad de Madrid apoye un proyecto contrario a la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad.

La ampliación del aeropuerto de Barajas se sustenta en dos actuaciones, una es el aumento de la capacidad de la infraestructura y la otra es la remodelación del espacio aéreo disponible. En relación a la primera, en el DORA II, Aena prevé unificar las actuales terminales 1, 2 y 3 y ampliar la T4 y su satélite para elevar el número potencial de pasajeros de los 70 millones actuales a 80 en 2030. Contempla la construcción de nuevos aparcamientos, uno de tres plantas con capacidad para 1.000 vehículos para empresas de alquiler de coches y VTC y otro de cinco plantas con 2.000 plazas para coches privados. También se prevé la conexión con trenes AVE desde la estación de Chamartín, aunque esta medida no se incluye en el DORA.

Al margen de las propuestas recogidas en el DORA II, Aena pretende llevar a cabo una importante operación inmobiliaria, la creación de una Airport City, es decir, una ciudad en los aledaños del aeropuerto con usos logísticos, aeronáuticos, terciarios, residenciales y de ocio. La superficie destinada a estos fines alcanzaría las 323 hectáreas de suelo público y dos millones de metros cuadrados edificables. Es decir, podría albergar un desarrollo urbanístico de similares dimensiones al de la Operación Chamartín, incluso, el modelo de ejecución sería equiparable. El ente público adjudicaría el suelo y el aprovechamiento urbanístico a entidades privadas.

Pero toda esta operación encaminada al incremento de la capacidad de pasajeros necesita de una remodelación del espacio aéreo para dar cabida a más aeronaves. Para ello, en junio el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 426/2021, de modificación del Reglamento de Circulación Aérea que, entre otras cuestiones, permitirá acortar la separación mínima requerida en las pistas en despegues y aterrizajes. Simultáneamente, ENAIRE -gestor de navegación aérea de España- publicó el Proyecto AMBAR, un estudio sobre la modificación de las rutas de despegues y aproximaciones de las aeronaves a Barajas en el marco de los planes de ampliación.

El resultado final será el incremento de las 408.244 operaciones registradas en el año 2018 y, con ello, aumento de consumo de combustible, ruido y emisiones contaminantes.

Según los datos que aporta el Proyecto AMBAR, en 2018, solo en las maniobras de despegue y aterrizaje se consumieron 32.336,9 toneladas de combustible que se tradujeron en 102,18 toneladas de CO2, 323,4 de NOx, 29,2 de SO2 y 4,9 de benceno. Los datos de consumo de combustible y emisiones de CO2 totales (despegues, aterrizajes y rutas) fueron de 417.225,3 toneladas de combustible y 1.318,4 kilotoneladas de CO2. Estas cifras se incrementarán, sin que el estudio haga ninguna valoración al respecto.

En relación a las rutas de despegue y aproximación, se derivan dos problemas, el ruido y el riesgo de colisión con aves. El ruido afecta a las zonas que se sitúan sobre los ejes de los ríos Jarama, Henares, Guadalix y Manzanares coincidiendo todos ellos con espacios Red Natura 2000. Los municipios de Coslada, San Fernando de Henares, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Algete y hacia el sur Torrejón de Ardoz, Mejorada del Campo, Velilla de San Antonio, Loeches. Desde hace años vecinos de estas localidades se manifiestan contra las molestias generadas por las aeronaves, especialmente por la noche. El incremento de las operaciones, supondrá también aumento del ruido.

De estas rutas, las modificaciones principales, afectan especialmente al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, la ruta nominal de salida hacia el noroeste se desplaza hacia el la zona en la que se localiza este espacio protegido. En este caso se ha comprobado como el paso de una aeronave en un escenario de tranquilidad puede elevar el nivel de ruido hasta 30 decibelios (dB), pasando de 20 a 50dB. Se da la circunstancia que la Ley de declaración de este espacio protegido redujo la altura mínima de sobrevuelo de 3.000 a 500 metros. Esta reducción de altura a la que pueden sobrevolar el espacio protegido conlleva un incremento de afección de un 22 %. Esta problemática no se aborda en el Proyecto AMBAR.

Otra zona afectada por las modificaciones de las rutas de aproximaciones es el valle del Tajuña, al sureste de la región. Una zona rural de alto valor natural que los colectivos ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, llevan años reclamando su protección.

En cuanto al riesgo de colisión con avifauna, las zonas más vulnerables por su proximidad a las rutas de despegue y aterrizaje son ZEC Cuencas de los ríos Jarama y Henares, ZEPA Estepas cerealistas de los ríos Jarama y Henares, ZEC Cuenca del río Manzanares, ZEPA Soto de Viñuelas, ZEPA Cortados y cantiles de los ríos Manzanares y Jarama, ZEC Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste de Madrid y ZEC Cuenca del río Guadalix. Algunas de estas zonas son críticas y ya se han producido impactos con grades rapaces por tratarse de zonas en las que descienden para alimentarse. Las aves más perjudicado son los grandes planeadores, especialmente el buitre. A mayor tráfico aéreo, mayor riesgo de impacto con aves.

Las organizaciones ecologistas ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, reclaman al Gobierno de la Comunidad de Madrid que exija al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana que priorice la inversión del dinero público en aquellos proyectos que satisfagan las necesidades de movilidad del conjunto de la población, como el fortalecimiento del transporte ferroviario de personas y mercancías, entre otros. Necesitamos emprender una transición hacia un modelo más sostenible y más eficiente que responda al interés general y a la emergencia climática en la que nos encontramos.


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