Cosecha tóxica: el aumento de los “plaguicidas eternos” en frutas y hortalizas de Europa
- Los PFAS o «sustancias químicas eternas» se pulverizan sobre los cultivos en forma de plaguicidas, lo que convierte a las frutas y verduras frescas en una vía de exposición directa con graves consecuencias para la salud y la naturaleza.
- El informe “Cosecha tóxica”, publicado por la Red Europea de Acción contra los Plaguicidas (PAN Europe) y Ecologistas en Acción, revela que los alimentos a la venta en la UE están contaminados por plaguicidas PFAS.
- En 2021, el 75% de las fresas españolas tenían residuos de estos tóxicos.
- Esta contaminación ha aumentado en los 10 últimos años, un 148 % en el caso de las hortalizas y un 80 % en el de las fruta.
Aunque aún casi desconocidos en España, las sustancias per y polifluoroalquiladas, o PFAS, conocidas también como «sustancias químicas eternas» por su excepcional persistencia, figuran entre los mayores riesgos químicos actuales para seres humanos y medio ambiente.
Estas moléculas, creadas para impermeabilizar todo tipo de superficies de utensilios de cocina, ropa de monte o envases, tienen como característica su enorme persistencia, que hace que una vez liberados queden para siempre en el cuerpo humano y la naturaleza. De ahí que todos los responsables políticos europeos tengan PFAS en su sangre, como demostró un reciente estudio de Ecologistas en Acción, o que los recursos hídricos y los suelos europeos estén contaminados.
Los PFAS pueden generar graves daños sobre la salud y la naturaleza, como la aparición de cáncer o problemas de desarrollo infantil. Muchos muestran efectos adversos, incluso a bajas concentraciones, sobre el hígado, sistema inmunitario y sistema endocrino, razón por la cual algunos ya han sido restringidos en la UE. Sin embargo, quedan muchos otros en el mercado, fruto de lo que se conoce como “sustitución lamentable” por parte de sus fabricantes.
Por otro lado, la persistencia y toxicidad para la salud humana de los plaguicidas PFAS más detectados están bien documentadas. Esto incluye los riesgos para los fetos, los daños cerebrales, la alteración del sistema endocrino y el cáncer. Por todo lo anterior, la solución que se ha planteado la UE es la restricción de todos los PFAS.
El informe “Cosecha tóxica: el aumento de los plaguicidas eternos en frutas y hortalizas en Europa”, publicado por PAN Europe y Ecologistas en Acción, demuestra que la agricultura contribuye a la contaminación por PFAS. Dichos químicos han sido introducidos deliberadamente por la industria en los productos plaguicidas, añadiendo átomos de flúor al producto para aumentar su eficacia.
En algunos casos, los PFAS son subproductos de la descomposición, como el contaminante del agua ácido trifluoroacético (TFA). Por supuesto, agricultoras y agricultores no suelen ser conscientes de que están rociando sus cultivos con «plaguicidas eternos» que pueden dañar su salud.
Las principales conclusiones del estudio, para España, son las siguientes:
— Entre 2011 y 2021 se detectaron residuos de 18 plaguicidas PFAS diferentes en frutas y hortalizas a la venta en España.
— En 2021, las frutas y hortalizas cultivadas en España estaban contaminadas, especialmente las fresas (75 %), las uvas (64 %) y los albaricoques (49 %) o las espinacas (42 %).
— España, junto a los Países Bajos, Bélgica, Austria, Portugal y Grecia, es uno de los principales productores de alimentos contaminados con PFAS dentro de la UE.
— En cuanto a las importaciones, en 2021 los países de origen de las frutas y hortalizas con mayor presencia de PFAS fueron Sudáfrica (PFAS en el 23 % de las muestras) y Marruecos (en el 17 %).
Kistiñe García, responsable de Tóxicos en Ecologistas en Acción, ha declarado: “Nos preocupa el aumento en la cantidad de residuos de plaguicidas PFAS presentes en los alimentos en los últimos 10 años. En la UE se ha triplicado y en España ha aumentado un 148 % en el caso de las hortalizas y un 80 % en el de las frutas. Eliminar el uso de este tipo de plaguicidas podría ser una excelente diferenciación de los cultivos españoles, ya que los productos importados también están contaminados, como el 18 % de los plátanos o el 27 % de los pimientos”.
Según Koldo Hernández, coordinador de Agua de Ecologistas en Acción, “de la primera lista oficial de restricción de PFAS, que incluía 47 sustancias activas, 37 (el 12 % de las sustancias activas sintéticas aprobadas en la UE) siguen autorizadas en los plaguicidas, lo que provoca su propagación deliberada por los campos agrícolas europeos y la contaminación directa de las aguas y el medio ambiente”.
Y ha añadido: “La causa de esta amplia exposición está en que los organismos reguladores han propuesto eximir de la restricción universal a las sustancias activas PFAS, partiendo del supuesto de que están reguladas por la actual Ley de Plaguicidas. Nuestra investigación revela lo contrario: los PFAS se cuelan por las rendijas del sistema legal”.
Angeliki Lysimachou, responsable de Ciencia y Política de PAN Europe, ha destacado que «la aprobación de los plaguicidas PFAS, a menudo aplicados en mezclas, tiene deficiencias. Con tan solo considerar la persistencia como un criterio de corte en el proceso de aprobación de los plaguicidas sintéticos, estas sustancias PFAS serán rápidamente prohibidas». Además, ha concluído: «Los pesticidas PFAS no son en necesarios para cultivar.