Archivo •  Redacción •  Actualidad •  25/12/2018

CGT: “Nuestros ‘Chalecos Amarillos’ fueron las personas indignadas del 15M, desmovilizadas tras la creación de nuevos partidos que repetían esquemas de la ‘izquierda’ de arriba”

La central anarcosindicalista valora positivamente la capacidad e incidencia de unas protestas auto-organizadas y las reivindicaciones de los chalecos amarillos.

CGT: “Nuestros ‘Chalecos Amarillos’ fueron las personas indignadas del 15M, desmovilizadas tras la creación de nuevos partidos que repetían esquemas de la ‘izquierda’ de arriba”

La Confederación General del Trabajo (CGT) ha analizado, a través de un comunicado, las dimensiones del movimiento francés Chalecos Amarillos, y subraya que sus reivindicaciones abarcan el conjunto de la vida, como un salario mínimo digno, más impuestos para las grandes empresas, rechazo a la reforma de las pensiones, un mismo sistema de salud para toda la población, el fin de las políticas de austeridad, educación y transportes públicos y de calidad o la limitación de contratos temporales.

CGT considera que la “revuelta social de los de abajo” parte del hecho de que estos han visto cómo el sueño del bienestar se les ha esfumado en los últimos 30 años, comprobando nuevamente que el capitalismo les ha estafado.

La ciudadanía francesa, la rural -perjudicada por el despoblamiento y el abandono de personas que reivindican sus modos de vida-, y la urbana –encerrada en grandes urbes que son insostenibles social y medioambientalmente-, ha sufrido un enorme deterioro en su calidad de vida. La población francesa ha dicho basta al empobrecimiento, a la reducción de la protección social y de los servicios públicos esenciales, a la precariedad laboral, etc. y se han enfrentado al gobierno “socialista” de Macron desde la calle y sin líderes.

La organización anarcosindicalista manifiesta que no es de extrañar que los actuales dirigentes políticos en Francia no entiendan que esta “revuelta social” no tiene “portavoces oficiales” que “negocien” la vuelta al orden tras aceptar promesas y reformas. Tampoco es extraño, según la CGT, que partidos y sindicatos hayan querido sumarse a estas protestas con el objetivo de capitanearlas y que desde el propio movimiento de los Chalecos Amarillos se haya rechazado por entender o sentir que no se identifican con organizaciones que siguen esquemas de la izquierda institucional “de arriba”.

Según CGT, la auto-organización reúne las prácticas sociales más libertarias como la ayuda y el apoyo mutuo, la solidaridad y la cooperación entre iguales. En este sentido, desde la CGT insisten en que la auto-organización, sin delegaciones políticas, es la única manera de revertir el actual sistema insolidario en el que nos ha tocado vivir.

El comunicado completo de CGT:

Las clases asalariadas blancas, una gran parte de ellas reconvertidas en “clases medias” por un consenso con el capitalismo de bienestar, durante un periodo largo de tiempo del siglo pasado, han visto como “el sueño del bienestar”…

…(pleno empleo, sobre todo masculino); posibilidades de acceso a las universidades para hijos e hijas; garantías de sistemas públicos y eficientes de seguridad social; rentas adecuadas para poder sentirse parte de la “sociedad de propietarios”, -cada vez en mayor medida provenientes de la finanzas/deuda-; pensiones que puedan seguir garantizando un determinado nivel de consumo; prestaciones en los casos de desempleo y en otros estados de necesidad… se les ha esfumado y que esa utopía del crecimiento sin límite y a la vez el consumo insostenible, les ha demostrado la gran estafa del capitalismo, cuando dicen que “el futuro siempre y necesariamente será mejor”.

La Francia mayoritaria, en primer lugar la rural, especialmente perjudicada por el despoblamiento y el abandono de las personas que aún “resisten” y reivindican sus modos de vida, y la urbana, encerrada en grandes urbes insostenibles social y medioambientalmente, han visto sus vidas deterioradas en los últimos 30 años y sufren los efectos de la brutalidad de un capitalismo caníbal y depredador: la desigualdad social, el empobrecimiento, la reducción de la protección social y de servicios públicos, la inseguridad individual y sobre todo colectiva, la precariedad…han dicho basta, y asistimos a una “revuelta social” de las gentes de “abajo” que se ha amplificado con el gobierno de Macron, recogiendo las banderas de las movilizaciones y las protestas contra las leyes laborales de Hollande (Macron era entonces consejero del presidente, luego ministro de Economía) y la nuit debout y continuando con las movilizaciones en el 2017 contra la reforma laboral de Macron.

No es una revuelta simple, donde lo que se cuestiona esencialmente es el sistema político y su organización social, económica y medioambiental, con especial rechazo a la austeridad, la privatización de todo lo público y colectivo, así como la desigualdad social exponencial, en un mundo global, donde 8 personas concentran la misma riqueza que la mitad de la población mundial.

Sus reivindicaciones abarcan el conjunto de la Vida:

Salario mínimo de 1300 euros netos.

– Favorecer al pequeño comercio de los pueblos y los centros urbanos, cesar la construcción de grandes centros comerciales alrededor de las grandes ciudades que matan el pequeño comercio.

– Más aparcamientos gratuitos en los centros de las ciudades.

– Un plan de aislamiento de viviendas para hacer ecología mediante el ahorro de las economías domésticas.

– Más impuestos a las grandes empresas.

– Mismo sistema de seguridad social para todos/as.

– No a la reforma de las pensiones. Ninguna pensión por debajo de los 1.200 euros.

Salarios indexados a la inflación.

– Proteger la industria nacional. No a las deslocalizaciones.

– Limitar los contratos temporales.

– Promoción industrial del automóvil de hidrógeno (más ecológico que el eléctrico).

– Fin de la política de austeridad. Cese del pago de los intereses ilegítimos de la deuda y combate al fraude fiscal.

– Que los peticionarios de asilo sean bien tratados y que se actúe contra las causas de las emigraciones forzadas.

– Limitación de precios de los alquileres.

– Prohibición de la venta de bienes de la nación (presas, aeropuertos….).

– 25 alumnos por clase como máximo.

– Favorecer el transporte ferroviario de mercancías.

Pareciera que los actuales dirigentes, netos representantes de las políticas impuestas por los ricos y los poderosos, no entendieran como esta “revuelta social” que ha tomado las calles o las “rotondas” como dicen en Francia, no tiene unos “portavoces oficiales” que negocien la vuelta al “orden” y acepten las promesas y reformas anunciadas (bajada de impuestos al fuel, bajada de impuestos a las pensiones, etc.).

Tampoco nos extraña que partidos políticos de izquierdas quieran inmiscuirse en este Movimiento de Chaquetas Amarillas. El llamamiento de Mélanchon la semana pasada para movilizar al “Acto 5º” (la concentración semanal en Paris del Movimiento), no ha hecho más que disminuir la participación de las personas ya movilizadas “en las rotondas” que no se identifican con los partidos ni sindicatos de izquierdas, es decir, con la izquierda institucional “de arriba”.

Por último, nos parece importante señalar que sacar de “las rotondas” a personas activas del movimiento para incluirlas en las listas electorales europeas como se está haciendo esta semana, tampoco es “la” salida de las demandas del Movimiento de los Chalecos Amarillos. Tenemos una experiencia reciente en nuestra historia con el Movimiento de Indignados – 15M que precisamente se desmovilizó tras la creación de nuevos partidos políticos que repiten esquemas de la “izquierda de arriba”.

Es aquí, en la auto-organización, sin delegaciones políticas, donde se encuentra las prácticas sociales más libertarias, a la vez que ayudan a espantar los fantasmas de la impotencia (…no se puede hacer nada) y muestran que cuando la inteligencia y los saberes colectivos se ponen a trabajar de manera solidaria y cooperativa, el capitalismo y sus beneficiarios, tienen un problema serio: este sistema no vale y tenemos que construir un futuro para todos y todas, donde la Vida y la dignidad sean un hecho cierto.

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT


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