Redacción •  Actualidad •  14/07/2018

Unas 400 personas se reúnen en Salt para despedir a la Caravana Abriendo Fronteras 2018

La iniciativa llega este sábado a Ventimiglia, donde participará en la manifestación internacional por un derecho a residencia europeo para las personas migrantes y refugiadas. Desde ahí seguirá su trayecto hasta Sicilia para denunciar la vulneración de derechos humanos en la política migratoria de la UE.

Unas 400 personas se reúnen en Salt para despedir a  la Caravana Abriendo Fronteras 2018

La Caravana Abriendo Fronteras ha iniciado este viernes, 13 de julio, su trayecto hacia Italia con una salida multitudinaria en Salt, Girona. Allí se han concentrado las cerca de 300 participantes en la Caravana y un centenar de vecinoas y vecinas que han querido mostrar su apoyo a la acción itinerante de denuncia ante la vulneración de los derechos humanos y las políticas de cierre de fronteras en Europa.

El acto de salida ha empezado con una manifestación con lemas como “Europa, canalla, abre la muralla” o “ninguna persona es ilegal” y ha recorrido parte de la ciudad para acabar con una cena popular y conciertos. Durante el acto, las portavoces de la Caravana han leído el manifiesto en diferentes idiomas para denunciar las políticas explotadoras europeas que provocan el empobrecimiento y el desplazamientos de millones de personas, generan inestabilidad política y deshumanizan a las personas migrantes. También para denunciar el acoso y la criminalización de personas y organizaciones de personas migrantes y solidarias con éstas como la nueva ley de Hungría, demandar vías legales y seguras, el cierre de los CIE y la disolución del Frontex, reclamar políticas de acogida dignas y efectivas y la derogación del Reglamento de Dublín. Como caravana feminista, han indicado, quieren hacer visible la presencia de las mujeres y niñas en los procesos migratorios y denunciar la violencia sexual a las que se enfrentan en orígen, en tránsito y en destino, así como la vulnerabilidad específica a la que se enfrentan las personas LGTBI. Finalmente, han demandado procesos de regularización para todas las personas que se encuentran en situación administrativa irregular en los países miembros de la UE y garantizar las reagrupaciones familiares, igual como el cese de la represión y la violencia policial. “No en nuestro nombre, no callaremos”, han concluído.

Desde la Coordinadora Obrim Fronteras y Girona Acull han agradecido la llegada de la Caravana y han asegurado que “representa a los que no aceptamos ni nos conformamos con la deriva gubernamental actual de Europa y América”, a la vez que han destacado el ejemplo de Riace como modelo a imitar. Asimismo, han aprovechado para felicitar a Stop Mare Mortum por la sentencia que obliga a España a cumplir con las cuotas de acogida de personas refugiadas de Grecia e Italia.

La salida de Salt no es casual. Esta ciudad de casi 30.000 habitantes cuenta con un 37% de personas sin nacionalidad española y sus derechos se ven frecuentemente vulnerados. Desde el Espai Antirracista de Salt y Girona han mostrado preocupación por la normalización de los discursos racistas y han denunciado batidas de la policía contra la población migrante, aplicando “una ley de extranjería que no hace más que quitar derechos a las personas migrantes y a sus hijos e hijas”; dificultades en el empadronamiento- primer requisito para obtener permiso de residencia- y restricción del derecho a voto. “Un país que niega un derecho tan básico como el derecho a voto, lo que hace es abrir las vías para que los partidos xenófobos puedan tener discursos como los de Plataforma x Catalunya en Salt”, han resumido.

La Caravana llega hoy a Ventimiglia donde participará en la manifestación internacional por un permiso de residencia europeo para las personas migrantes y refugiadas. Al día siguiente, un ferry trasladará a la Caravana hasta Sicilia, la principal vía de entrada de las casi catorce mil personas migrantes que han llegado a Italia por vía marítima en lo que va de año. “Italia está jugando en estos momentos un papel clave en el diseño de acuerdos de externalización de fronteras con países como Libia que violan sistemáticamente los derechos humanos. De hecho, Italia es el primer receptor de ayudas de Bruselas al respecto. Por eso se pone el foco en Italia, y más ahora con la formación del nuevo gobierno que se ha convertido en referente de las políticas criminales xenófobas en el seno de la UE”, expone la Caravana.

En el municipio de Mineo, la Caravana se detendrá en el mayor centro de internamiento de solicitantes de asilo de la UE, donde se han llegado a hacinar hasta 4.000 personas, en tiempos de espera de hasta dos años. También visitará alguno de los puertos donde, hasta el cierre decretado por el actual gobierno italiano, han llegado centenares de miles de personas en los últimos años y donde resisten los barcos de rescate y las ONGs que están siendo hostigadas y criminalizadas.

La iniciativa también pone el acento en la militarización de las fronteras y en la presencia de la sede central de Frontex en la zona. Así, en Catania denunciará la presencia de bases militares norteamericanas que usan la isla como portaaviones para intervenir militarmente en Oriente Medio y en África.

Además la Caravana también pretende estrechar lazos de solidaridad, articular redes, y  conocer y apoyar iniciativas de acogida tan extraordinarias como la que lleva a cabo el Ayuntamiento de Riace, un pueblo de Calabria donde conviven personas de 22 nacionalidades entre las 1.800 que habitan el pueblo.

Caravana Exprés

Una de las novedades de la edición 2018 es la organización de la Caravana Exprés que nos acompaña desde Salt hasta Ventimiglia y para en Argelers de vuelta, para recordar que nosotras también fuimos refugiadas y exiliadas. La salida es este viernes 13 de julio y la vuelta a Barcelona el 15.

Antecedentes de la Caravana

En 2016 trescientas personas viajaron a Grecia para denunciar el acuerdo de la vergüenza entre la UE y Turquía y reclamar un pasaje seguro y una acogida digna para quienes huían de la guerra en Siria. El verano pasado ocho autobuses (500 personas) se dirigieron a Melilla para denunciar las devoluciones en caliente, las vallas con concertinas y los centros de internamiento y de estancia temporal para personas extranjeras. También la violencia que enfrentan las mujeres en el tránsito, la explotación laboral de las trabajadoras transfronterizas y los acuerdos de externalización de fronteras con Marruecos.


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