César Pérez Navarro •  Actualidad •  11/12/2020

El debate sobre la semana laboral de cuatro días y 32 horas solo acaba de empezar

  • La jornada laboral actual es idéntica a la de hace un siglo, cuando se implantaron las 40 horas semanales. Entre febrero y marzo de 1919 una huelga paralizó Barcelona y provocó el 1 de octubre la instauración estatal de las ocho horas de jornada laboral, medida pionera en el mundo.
  • Ya en 1930, el célebre economista John Maynard Keynes pensaba que hacia 2030 se implantaría una semana de trabajo de solo 15 horas semanales en el marco de la economía capitalista.
  • El Gobierno socialista francés de Lionel Jospin fue pionero en el mundo hace ya 20 años aprobando en el año 2000 la semana laboral de 35 horas.
  • La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha anunciado recientemente que su Gobierno considera apoyar la semana laboral de cuatro días para fomentar el turismo doméstico y como medida para estimular la economía.
El debate sobre la semana laboral de cuatro días y 32 horas solo acaba de empezar

El melón de la reordenación del trabajo se reabrió en torno al debate sobre el tiempo que dedicamos a la jornada laboral y el que disfrutamos de ocio y descanso. El pasado 3 de diciembre, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias se refirió al mismo en una entrevista en TVE un día después de que el Congreso de los Diputados rechazara una enmienda al respecto por parte de Más País a los Presupuestos Generales del Estado. Iglesias indicó que “en el marco del diálogo social, va a trabajar por explorar la reducción del horario de trabajo, que es algo que podría favorecer sin duda la creación de empleo” en referencia a la adopción de una semana laboral de cuatro días y 32 horas. El vicepresidente consideró “interesante” la propuesta de Más País pese a que fue rechazada con los votos en contra también del PSOE y Unidas Podemos. Si bien, concluyó con que todo “dependerá del Ministerio de Trabajo” y quiso ser respetuoso con sus competencias.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz enmarca esta posibilidad en un debate más amplio sobre los cambios en el tiempo de trabajo de forma integral. “El tiempo de trabajo exige una nueva concepción, que atraviese, como ya estamos haciendo, leyes y usos laborales”, alcaró desde su cuenta de twitter. Desde Trabajo recordaban que su compromiso “siempre fue estudiar el tiempo de trabajo, algo que está incluso en el programa de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos”.

Yolanda Díaz ha declarado precisamente hoy al programa de TVE Las cosas claras que la medida «se está estudiando», pero que «aún no esta en la mesa de diálogo social». Añade que este «es el tema del siglo XXI, la reordenacion del trabajo», y que «tiene dos obstáculos, es una propuesta rígida […] no sirve para la corresponsabilidad y la conciliación, y no sirve para algunos sectores». La ministra de Trabajo se pregunta «¿De qué sirve si ya estamos haciendo seis millones de horas semanales extras de las cuales el 42% no se retribuyen?» como tales, y añade: «¿De qué me vale a mi que me reduzcan un día si el problema que tenemos es que se está extendiendo muchísimo la jornada laboral?». 

De la misma manera, Yolanda Díaz cuestiona que se sufrague esa reducción de la jornada con recursos públicos y, aunque el debate «lo vamos a abordar», cree que la clave está en «avanzar en medidas de flexibilidad interna en una doble dirección, de la empresa y del trabajador».

Sobre la derogación de la reforma laboral, Díaz vuelve a argumentar “seguimos diciendo lo que dice el programa electoral porque hemos demostrado que la última reforma del PP no ha servido para abordar esta crisis”.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, también ha asegurado que no cree que en España haya «margen» para implantar una semana laboral de cuatro días, una opción que han defendido otros miembros del Gobierno, como el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y anteriormente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Entrevistado en la emisora autonómica Catalunya Ràdio, Escrivá ha indicado que no le parece «que España sea un país que, con sus niveles de productividad y competitividad, tenga que dar prioridad a ese asunto», en referencia a una jornada de 32 horas semanales.

Escrivá al ser preguntado sobre si la reducción del tiempo de trabajo podría ser contraproducente, ha contestado que no cree que «tengamos margen para eso» y añade que la cuestión de dejar la jornada laboral en cuatro días a la semana no ha sido abordado en las reuniones del Consejo de Ministros.

En este sentido se ha pronunciado también la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, quien durante una rueda de prensa del pasado miércoles subrayó que ni el Consejo de Ministros ni el «paraguas» del área económica del Gobierno ha abordado la semana laboral de cuatro días y ha pedido no desconcentrarse de las prioridades del país.

Montero ha enfatizado que se atraviesa una pandemia sanitaria con «increíbles consecuencias económicas» y que la prioridad del Gobierno es volver a las tasas de crecimiento previas y establecer «un marco de estabilidad» para que los inversores «decidan venir a España».

Por este motivo, ha señalado que la «prioridad» y la «energía» del equipo económico del Gobierno está en el uso de los fondos europeos que contribuyan a mejorar la economía española. «No debemos desconcentrarnos de lo que ahora nos ocupa», ha subrayado.

Una propuesta ya recogida en el programa electoral de Unidas Podemos

La semana pasada, el vicepresidente Pablo Iglesias dijo que el Ejecutivo estaba explorando la reducción de la jornada laboral en el marco del diálogo social. La titular de Trabajo, Yolanda Díaz, fue entonces aún más lejos y afirmó que su ministerio estaba trabajando en la jornada laboral de 32 horas porque era un compromiso que formaba parte del programa de Gobierno de coalición.

La enmienda presupuestaria presentada por Más País planteaba destinar 50 millones de euros a incentivos para reducir a cuatro días la jornada semanal, que se nutrirían del fondo de Recuperación y Resiliencia. Con ello, se busca ayudar a las empresas que secunden la iniciativa a compensar esa reducción de jornada hasta que se consolide el incremento de producción derivado del mayor rendimiento del empleado.

La Comunidad Valenciana tiene previsto desplegar en su ámbito territorial una iniciativa similar. Este complemento de reducción de jornada permitiría llevar a cabo la iniciativa sin afectar al salario de los trabajadores. Además, la enmienda del grupo de Iñigo Errejón propone una línea de ayudas plurianuales gestionadas por las comunidades autónomas.

Preguntado por si está previsto que el salario mínimo suba a 1.000 euros en 2021, Escrivá ha dicho que no le consta; y sobre si las pensiones se verán afectadas por la bajada del IPC, el ministro lo ha negado y ha subrayado que «el objetivo es mantener el poder adquisitivo», aunque no habrá paga compensatoria porque la inflación es negativa.

Desde EQUO y Más País lanzan una campaña que apuesta por la #SemanaLaboral4Días

«No somos más productivas trabajando más, sino trabajando en mejores condiciones. #SemanaLaboral4Días, para conciliar, por el planeta y por nuestra salud. Toca ponernos en hora con nuestro tiempo», tuitean desde Más País, en línea con la enmienda defendida por Íñigo Errejón y rechazada a los PGE 2021. En esa línea, el concejal de Más País, Héctor Tejero, defendió ayer en Asamblea de Madrid un proyecto piloto de ayudas a empresas que quieran reducir la jornada laboral de sus empleados para aumentar su productividad: «básicamente es una línea de ayudas que ya existe en la Comunidad Valenciana».

Recuerdan que «hace 101 años los trabajadores conquistaron el derecho a una jornada de 8h», y que «es momento de avanzar hacia una jornada laboral de 32h».

EQUO ha presentado junto a Más País y Compromís la propuesta en el Senado: «el Gobierno tiene otra oportunidad de aprobar el proyecto para implantarlo en las empresas».

Gestores sanitarios observan esta medida con buenos ojos

La posibilidad de implantar una jornada laboral de 4 días y 34 horas semanales en la sanidad pública y privada, es recibida, a priori, con buenos ojos por los gerentes sanitarios. Según el presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), José Soto, la idea, de llevarse a cabo, “es positiva, aunque antes se deben de reforzar las plantillas para asegurar una asistencia continuada”.

La medida es para Soto “beneficiosa” para todo el personal sanitario, dado que “cuanto más descanso tenga un profesional sanitario, mejor desarrollará su trabajo”. “Sobre todo ahora, cuando las plantillas están más que tensionadas por la pandemia del coronavirus Covid-19. Cualquier recompensa es bien recibida”, destaca.

David Spencer, Profesor de Economía y Política Económica de la University of Leeds lo explica en un artículo: «Los datos muestran que una jornada de trabajo más larga está relacionada con diversas formas de enfermedad, tanto física como mental. A este respecto, la reducción de las horas de trabajo podría contribuir a mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores», y añade: «Además de las ventajas de índole personal, si trabajáramos menos, podríamos mitigar los efectos del cambio climático. La espiral de “trabajar y gastar” tiene un costo ambiental que se podría resolver reduciendo el tiempo que dedicamos al trabajo».  Y recuerda las palabras del laborista John McDonnell, quien marcaba un plazo de 10 años para su implantación sin que significase una pérdida de salario: «Debemos trabajar para vivir, no vivir para trabajar. A medida que la sociedad se hizo más rica, podríamos pasar menos horas en el trabajo».


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