Redacción •  Actualidad •  10/08/2016

Vegetación arrancada en el río Oro, un ejemplo de desatino

Después de arrasar toda la vegetación ribereña del río de Oro, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Melilla ha arrojado toda la vegetación, mezclada con la basura y los neumáticos extraídos del cauce, en el entorno del barranco del Nano, zona ZEC integrada en la Red Natura 2000, en una escalada de desatinos ambientales que parece no tener freno.

Vegetación arrancada en el río Oro, un ejemplo de desatino

Arrancar toda la vegetación ribereña del río es una acción por la que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tendrá que rendir cuentas ante la justicia tarde o temprano. Tirarla a otro espacio natural, el Nano, mezclada con basura y neumáticos, es ya el siguiente paso en la escalada.

En prensa, sus responsables poco menos que le echaban la culpa a los camioneros, un disparate. Esa basura y neumáticos que están entre la vegetación es la que la CHG tenía que haber evitado que llegara al río, o en todo caso haberla retirado del cauce sin dañar la vegetación riparia, auténtico pulmón del río que purificaba sus aguas y albergaba las aves que nos libran de los mosquitos.


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