Acto político y concentración por la absolución de Pablo, para quien piden 5 años de cárcel por lanzar pintura sobre la estatua de Colón en Valladolid

A continuación os dejamos la intervención en esta rueda de prensa de Pablo, el joven procesado:

Buenos días a todos y todas. Gracias por asistir a esta rueda de prensa.

Estamos junto a la estatua de Colón, erigida en Valladolid a principios del siglo XX e inaugurada por Alfonso XIII, otro Borbón de infausta trayectoria. Como pueden ver, el conjunto escultórico se halla intacto, en perfecto estado, tal como se encontraba en 2019. Es por eso que hemos querido convocarles aquí. Celebramos el repentino interés de las instituciones por el estado del patrimonio de la ciudad, un interés a todas luces selectivo.

No cabe duda de que Cristóbal Colón fue un navegante de gran capacitación y una figura de enorme trascendencia histórica. Después de probar sin éxito fortuna con Juan II, rey de Portugal, el marino genovés logró convencer a Isabel la Católica para que Castilla financiase su proyecto, con el que trataba de establecer una vía marítima alternativa para alcanzar Cipango y Catay (Japón y China), tras complicarse el tránsito por las antiguas rutas ante la presión militar e impositiva turca en el Mediterráneo Oriental.

Además de ser un personaje de indudable pericia y mérito, lo cierto es que la travesía de Colón sienta en la historia las bases del primer capitalismo global en su fase mercantil, proceso histórico que no pudo desarrollarse sin el imperialismo, la esclavitud y el sometimiento militar, político, económico, cultural y religioso de los pueblos durante lo que se ha venido a conocer como Edad Moderna. Este proceso comenzó inmediatamente tras los primeros viajes a América, en vida del codicioso Almirante, quien mantuvo no pocos desencuentros con la reina Isabel debido a su ambición.

La incapacidad institucional de hacer una revisión crítica de lo que supuso la España colonial, a menudo comparándola indulgentemente con la brutalidad con que se manifestaron otros procesos imperialistas coetáneos, constituye un problema político de primer orden en las relaciones internacionales entre el Estado español y los pueblos de América Latina. España renuncia a construir un relato compartido y a generar un clima de entendimiento con los países hermanos de América, prefiriendo mirar a estos por encima del hombro y glorificar los aspectos de la conquista que creen más útiles para alimentar el chauvinismo españolista. Esta actitud chauvinista y esta total ausencia de autocrítica impide el desarrollo de una verdadera estructura de cooperación internacional mancomunada entre nuestro país y los pueblos latinoamericanos.

El contexto en el que se produce esta acción, que tiene una obvia justificación política, está enmarcado en las protestas que en todo el mundo se estaban llevado a cabo contra el colonialismo a través de sus símbolos y personajes más destacados, fomentándose en paralelo un importante debate sobre la persistencia del racismo estructural en las instituciones y en la sociedad. Que sepamos, nadie está en la cárcel por ninguna de estas protestas desarrolladas contra los símbolos conmemorativos del hecho colonial a ambos lados del charco, protestas mucho más contundentes que resultaron habitualmente en la destrucción de estatuas, o en su sustitución por personajes más acordes al curso de los tiempos.

Nos merece una consideración especial la postura y petición de la Fiscalía de cinco años y tres meses de prisión, inhabilitación para ejercer como docente o monitor y una multa de varios miles de euros. Viendo el relato que se hace, podríamos tomarla como una forma de proceder plenamente inquisitorial, queda patente que la fiscal no trata de alcanzar justicia, sino de aplicar venganza mediante un castigo ejemplarizante. Las peticiones constituyen en sí mismo una aberración, además de ser absolutamente desproporcionadas si se comparan con algunos casos que estamos viendo recientemente y que se saldan con la total impunidad para corruptos, agresores sexuales, narcotraficantes y delincuentes de todo pelaje, empezando por el caso del Rey Emérito, y de ahí para abajo. Nuevamente se pone de manifiesto la excepcionalidad en que está instalada la Administración de Justicia en el Estado español cuando busca establecer un “delito de odio contra los sentimientos de los ciudadanos españoles” donde tan solo cabe deducirse una acción de protesta contra la lectura fanática y xenófoba que se hace del pasado colonial.

Adicionalmente, nos parece obligado denunciar la actividad de la Brigada de Información de la Policía Nacional. Es increíble que un joven -tenía 20 años cuando fue detenido- aparezca identificado visualmente por la Brigada de Información en media docena de actos, manifestaciones o conciertos únicamente por su orientación ideológica y su filiación política. En estos días en que se habla del escándalo derivado del espionaje a cargos institucionales, cabe señalar el hostigamiento y persecución a los ciudadanos de a pie, especialmente a los jóvenes, que se organizan políticamente. Denunciamos la indisimulada existencia de ficheros policiales con el historial de activistas, a los que se monitoriza sin haber cometido siquiera un delito.

Vamos a defender nuestra inocencia durante el juicio sin renunciar a señalar la naturaleza revanchista de este procedimiento. Las elevadas peticiones fiscales convierten este proceso en el juicio político más importante de los últimos años en la ciudad de Valladolid.

Gracias.

Fuente: Izquierda Castellana