Lois Pérez Leira •  Opinión •  29/06/2017

Venezuela Alerta Roja

Parece ser que el gobierno que preside Nicolás Maduro, tomará medidas urgentes para terminar con las acciones terroristas que impulsan los sectores opositores al gobierno. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convocó a los representantes de los Poderes Públicos (Ejecutivo, Legislativo, Electoral y Moral) de la República Bolivariana de Venezuela, para tratar las amenazas terroristas que buscan quebrantar el orden constitucional en el país e impedir una escalada de violencia contra el pueblo venezolano. Ha sido una señal de alerta, el ataque terrorista efectuado a la sede del TSJ y el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones, Interiores de Justicia y Paz, este martes en horas de la tarde, cuando un helicóptero, secuestrado por un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), atentó contra dicha sede disparando y lanzando objetos explosivos. El plan de desestabilización, violencia terrorista, saqueos, atentados se está recrudeciendo, estos días. Han quedado aislados varios Estados, como el de Aragua, por ejemplo. La oposición está utilizando a sectores marginales, delincuentes, para provocar de forma sincronizada actos delictivos. El secuestro del helicóptero, ha sido una nueva puesta en escena de la oposición, para llamar la atención internacional y lograr alentar a sectores militares corruptos, para que se plieguen a los intentos golpistas.  El gobierno tiene que declarar el estado de emergencia y sacar las tropas a la calle, como lo indica su constitución. Nuevamente la alianza cívico militar debe garantizar la continuidad de la revolución bolivariana. Las organizaciones políticas y sociales deben de salir a las calles para responder a la contrarrevolución. Las fuerzas armadas auténticamente chavistas, las milicias revolucionarias y el pueblo trabajador, deben ganar las calles y derrotar al terrorismo. La Revolución Bolivariana a través de su proceso constituyente debe declarar el socialismo, como única garantía de que el sueño de Bolívar y Hugo Chávez se cumpla.


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