Manifiesto contra mí mismo
Exigen que los gobiernos no aprovechen la emergencia de la pandemia para “sacrificar los derechos y las libertades que ha costado mucho conseguir”. Lo dice Alfredo Cristiani, que consintió el asesinato de los jesuitas, cinco de ellos españoles, en la Universidad Centroamericana de El Salvador. Lo grita Álvaro Uribe, cómplice de los narcoparamilitares en Colombia. Lo repite Ernesto Zedillo, que entregó a Estados Unidos la soberanía de México con el mentiroso tratado del supuesto libre comercio. Y lo comparte Mauricio Macri, que arruinó a Argentina. Es la pandilla neoliberal de Mario Vargas Llosa, que encabeza un manifiesto para la defensa de la democracia liberal y la economía de mercado. Lo firman también, claro, José María Aznar, Cayetana Álvarez de Toledo y Albert Rivera.
Reclaman que los gobiernos no utilicen la pandemia como un pretexto para el autoritarismo. Pero cuando dicen gobiernos no se refieren a los de Estados Unidos, Brasil y Colombia. Los que les preocupan son las dictaduras de Cuba, Venezuela y España. Sí, también España. Porque, dicen, “dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar estas duras circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado”. En realidad, cada uno de los mencionados ex presidentes ha firmado una especie de manifiesto contra mí mismo. Denuncian el poder desmedido (el embrujo autoritario de Uribe), la persecución política (pregunten por los escuadrones de la muerte entrenados por Estados Unidos durante la presidencia de Cristiani), el populismo (la dictadura perfecta del PRI de Zedillo) y la manipulación informativa (Macri malogrando la ley argentina de comunicación que era la mejor del mundo).
Exigen a los gobiernos que les obsesionan que no hagan lo que ellos ejecutaron durante sus mandatos presidenciales. Resulta especialmente patético el final del manifiesto: “Rechazamos el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad, entre el Ogro Filantrópico y la muerte”. Lo firma el mexicano Zedillo y El Ogro Filantrópico (el autoritarismo) es precisamente el título del libro que el Premio Nobel Octavio Paz le dedicó al PRI, el partido del ex presidente.
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