Giorgio Trucchi •  Opinión •  25/09/2020

¿Honduras al borde de otra crisis política y social?

¿Honduras al borde de otra crisis política y social?

Todas las condiciones dadas para un nuevo fraude electoral

El proceso electoral de 2017 tuvo un desenlace trágico. El burdo fraude, orquestado desde el ejecutivo con el apoyo determinante de los Estados Unidos y el silencio cómplice de la Unión Europea y Almagro, dejó un saldo de más de treinta muertos a manos de las fuerzas represivas del estado, y una profunda crisis político-social que está minando lo poco que queda de una institucionalidad ya fuertemente debilitada después del golpe de 2009.

Tres años después de aquellos trágicos acontecimientos, Honduras parece estar enrumbándose hacia otra y más aguda crisis.

Con el objetivo de seleccionar los candidatos presidenciales y demás cargos de elección, el pasado 13 de septiembre la presidenta del Consejo nacional electoral (Cne), la liberal Ana Paola Hall, convocó a elecciones primarias e internas que se celebrarán el 14 de marzo del próximo año.

La convocatoria se realizó en medio de un grave conflicto político que involucra a los principales partidos con representación en el Congreso, y que tiene origen en la falta de avances en las reformas de la legislación electoral. Un hecho, advierte el opositor partido Libertad y Refundación (Libre), que estaría sentando las bases de un nuevo fraude electoral.

Luego de retirarse de su cargo, la presidenta saliente del Cne, Rixi Moncada, le salió al paso a su colega. «Es una convocatoria falsa, ilegal e inconstitucional y debe anularse. Es una convocatoria que se acompaña con el censo nacional electoral de 2017. Un censo alterado, contrario a la Constitución y, por lo tanto, inaceptable».

Para el analista político Rodolfo Pastor de María y Campos, lo que se está viviendo en Honduras es un momento muy crítico. No llevar a cabo reformas que permitirían darle mayor legitimidad y credibilidad al proceso electoral, llena de incertidumbre el futuro y expone el país a nuevas y más profundas tensiones sociales.

¡Reformas ya!

«Desde hace décadas venimos acarreando una serie de vicios que permiten la manipulación de los resultados electorales. Si bien hemos avanzado en algunos aspectos, como la integración de los órganos electorales[1] con miembros de Libre, no ha habido voluntad de parte de la bancada oficialista para aprobar reformas a la ley electoral», dijo Pastor.

Entre las medidas más urgentes destacan la depuración del censo electoral, la introducción de nuevas cédulas de identidad, la aprobación de la segunda vuelta electoral y un sistema de transmisión de resultados seguro y confiable.

«Depurar el censo y actualizar el padrón electoral quiere decir eliminar al menos un millón de muertos y otro millón de personas que ya no viven en Honduras, cuya identidad puede ser usada para el fraude.

El Registro nacional de las personas (Rnp) advierte que con 1.4 millones de personas enroladas se han descubierto 117 mil inconsistencias, es decir el 8% del total parcial. Si el censo es de unos 6 millones de personas, estaríamos hablando de al menos 480 mil inconsistencias que se convierten en potenciales votos fraudulentos

Recordemos -continuó Pastor- que Juan Orlando Hernández dijo haber ganado en 2017 por 52 mil votos, es decir el 1.59%. Los datos que arroja el Rnp dejan un margen abismal para cometer fraude».

Por eso los miembros de esta instancia electoral mandaron una carta al Cne, recomendando no convocar a elecciones antes de la finalización de la depuración del censo, y solicitar al Congreso avanzar con el proceso de reformas que está siendo saboteado.

«Ni siquiera quisieron aprobar una versión deslavada de las que deberían ser las reformas electorales para que el proceso sea mínimamente creíble. La situación de impasse en la que nos encontramos arroja sombras sobre un proceso electoral que comienza viciado y que podría desencadenar nuevas protestas y una nueva crisis», manifestó Pastor.

EEUU y la oposición light

Si Estados Unidos fue el principal normalizador del fraude de las pasadas elecciones -¿cómo olvidar la imagen de la entonces encargada de negocios de la embajada estadounidense Heide Fulton, parada al lado del presidente del Tribunal electoral, avalando los resultados fraudulentos?- surge espontánea la pregunta ¿qué harán ahora?

«Estados Unidos le ha venido apostando a Juan Orlando Hernández como una forma de mantener el control de un país que, no sólo le resulta estratégico a nivel de Latinoamérica, sino también dentro de un escenario global donde China y Rusia juegan un papel cada vez más importante en la región.

En este sentido, mientras el partido Libre siga siendo el principal partido de oposición, Estados Unidos va a hacer todo lo que esté a su alcance para que no llegue a gobernar.

Pero el problema que tiene Estados Unidos -explicó el politólogo- es que Juan Orlando Hernández ya llegó al tope, es impresentable y está agotado como opción. Necesita entonces de una alternativa que sea confiable, es decir que siga garantizando sus intereses estratégicos».

Sin embargo, las divisiones internas en los dos partidos tradicionales, los innumerables escándalos de corrupción y la ineptitud mostrada por el partido de gobierno no le están facilitando la tarea.

«El partido Libre sigue siendo un factor real de poder. Necesitamos de la reformas para poder tener elecciones con resultados creíbles y una alianza amplia que incorpore a Libre para poder ganar», concluyó Pastor.

[1] Consejo Nacional Electoral, Tribunal de Justicia Electoral, Registro Nacional de las Personas

Fuente: LINyM


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