Una Extremadura digna •  Opinión •  20/10/2021

Terrorismo capitalista. Necesidad de un plan regional contra el mundo de la droga

No estamos conociendo mucho de lo sucedido en Mérida con la detención de personas y policías, hechos que según dan a entender los medios de comunicación y algunas escasas declaraciones de los cargos institucionales de la comunidad, supuestamente están conectados con el fenómeno de las drogas.

Nos sorprende que sobre un asunto de tanta importancia que se relaciona con los aparatos del estado y con un interés para toda la población por su fondo político, social, económico, cultural, institucional, etc. se haya echado un tupido velo y se haya puesto punto final de manera tan rápida. No obstante, consideramos que es conveniente situar algunas cuestiones, aunque sea brevemente, sobre aspectos que motivan su presencia tan negativa en la sociedad al ser un componente sustantivo del narco-imperialismo.

En este orden de cosas, echamos en falta, desde el parlamentarismo, desde la Asamblea de Extremadura, desde los diferentes partidos políticos de la comunidad extremeña, desde las instituciones regionales, unos mínimos esfuerzos para aclarar las ramificaciones y conexiones del mundo de las drogas y los remedios necesarios para encarar la lucha desde todos los frentes y contra todo lo relacionado con el fenómeno de la droga en el ámbito regional. La puesta en marcha por la Consejería de Sanidad de la PAE (Plan de Adicciones de Extremadura 2018-2023) es totalmente insuficiente para atacar en nuestra comunidad el problema de la droga.

En términos generales, las drogas producen un beneficio material y espiritual impresionante a la clase dominante; desde el punto de vista material se mueven en unos mercados que a veces son legales, otras ilegales y a veces ni lo uno ni lo otro. Así, por poner un ejemplo conocido, la industria del tabaco forma parte de las legales con cada vez más restricciones que imponen los gobiernos al igual que otras drogas blandas que son permitidas en muchos países. Otras drogas operan en los mercados ilegales proporcionando enormes beneficios.

En multitud de ocasiones la clase dominante ha utilizado las drogas como arma biológica de exterminio social (para lograr objetivos sociopolíticos, frenar luchas sociales, provocar la delincuencia social) siempre con el objetivo de romper la identidad colectiva de los pueblos, a fin de dudas, lo que no es otra cosa que una de las formas del terrorismo capitalista.

En la globalidad de la economía criminal de la droga participan numerosos elementos entrelazadas por el objetivo común del dinero; la unidad para la obtención del máximo beneficio: los productores; las transformaciones químicas; las mafias y sus relaciones con los aparatos del estado que están presentes no sólo como sordos y ciegos en  lo relativo a la producción, el transporte y la venta al por mayor y al por menor, sino también manteniendo una importante pasividad en otros niveles relacionados con la educación y la formación ciudadana; los colectivos de abogados implicados en un mundo en el que se saltan y juegan con la legalidad burguesa; las conexiones entre las mafias y la banca para la financiación de las operaciones y el lavado del dinero obtenido de la droga; el fraude fiscal y la corrupción política; los paraísos fiscales; la falsificación documentos oficiales para asegurar la impunidad de la economía criminal;

Las fuerzas del capitalismo empapan y condicionan todo lo relacionado con estas sociedades criminales. Como hemos dicho anteriormente, si los beneficios materiales que reporta este mercado son importantes, no son menos los beneficios espirituales para la clase dominante, al fragmentarse y destruir la unidad y solidaridad de las clases trabajadoras, promoviendo comportamientos individualistas para anular la organización y el movimiento colectivo; de este modo, donde impera el individualismo se implanta la ruptura de una capacidad de respuesta colectiva ante los problemas sociales como efectos de la explotación y opresión del capital.

El desequilibrio básico originada por el capitalismo se ve reforzada por los aparatos del estado que no desarrollan una lucha global en todos los frentes posibles en contra del  narco-imperialismo lo que posibilita la creación de personas indefensas, seres humanos alienados, indefensos, sin un control autocrítico y un uso no compulsivo frente a estas sustancias dopantes, con excesiva fragilidad, sumisas y dependientes, con las complicaciones psíquicas que nacen a causa de las incertidumbres ocasionadas por su situación laboral, por la brutal explotación, o la precariedad que les enfrenta a múltiples problemas económicos y sociales, y que recurren al consumo de las drogas para querer alcanzar una felicidad irreal e inexistente. Las personas con las drogas pretenden alcanzar algo que el capitalismo les niega.

Desde EXTREMADAURA DIGNA insistimos que la única solución para luchar contra un sistema criminal (sistema basado en la apropiación por una minoría de los medios de producción social) que sostiene y da cobertura al mundo de las drogas, que anula y elimina todas las posibilidades de desarrollo material y espiritual de las personas, es con la organización y la movilización de las clases trabajadoras.
Desde esta Plataforma Política Regional exigimos a la Junta de Extremadura y a los diferentes partidos políticos presentes en la Asamblea la discusión y la elaboración de un plan de lucha contra la droga con la participación de los diferentes sectores de la población extremeña, el educativo, sanitario, asociaciones de vecinos y otras organizaciones sociales.


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