Geraldina Colotti •  Opinión •  20/06/2018

Venezuela/ Carolys Pérez: “Es hora de profundizar los Consejos Comunales, desde las comunas y desde el control obrero”

Venezuela/ Carolys Pérez: “Es hora de profundizar los Consejos Comunales, desde las comunas y desde el control obrero”

Venezuela, entrevista a Carolys Pérez.

El 24 de mayo, el Presidente venezolano Nicolás Maduro dió su discurso delante de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), luego de las elecciones que cuatro días antes lo habían reconfirmado como guía de la nación. En la Plaza Bolívar, a la salida los dirigentes bolivarianos estaban rodeados de periodistas y de ciudadanos. “Amiga, amiga, ayúdame a recuperar a mi hija, me han quitado la custodia”, gritaba una mujer. “Yo estoy esperando la vivienda”, añadía otra. Carolys Pérez se informaba, ponía en la cartera los papeles con las direcciones y las peticiones, movía el casco de cabellos con rizos sobre el bello rostro juvenil de afrovenezolana.

Pérez es la secretaria de la ANC, y por esto ha sido sancionada por Canadá, al final del mes de mayo. En la transmisión Zurda Conducta, un programa muy irreverente y desconcertante cuanto informativo y comprometido, ha usado la ironía para rechazar la enésima provocación imperialista, que afecta a inexistentes cuentas en el exterior de los militantes bolivarianos e les impide obtener visas que nunca han pedido.
A este respecto, el ejemplo más evidente, la última y más grande mentira, ha tocado al actual Presidente de la ANC, Diosdado Cabello y su familia, acusados de tener cuentas multimillonarias en el exterior sobre la base de declaraciones de ciertos personajes corruptos que huyeron a los Estados Unidos, donde han negociado la propia libertad a cambio de declaraciones comprometentes que nunca han sido demostradas.
Si el oficio del periodista todavía tendría sentido, bastaría verificar las fuentes: inexistentes, porque a la guerra mediática le basta lanzar cada mentira como “primicia”, y callar en el momento en el que la fake-news se infla, porque ya ha centrado el objetivo: el cerebro desorientado del militante medio de la izquierda occidental, a quien se le pide, sobretodo, de estar tranquilo en su sillón, gozando del espectáculo de la enésima invasión en directo.
Como nos ha dicho Carolys Pérez en esta entrevista, la mentira es el arma principal de las clases dominantes, sin argumentos frente a una revolución “humanista” como aquella Bolivariana que quita la máscara a los sepulcros blanqueados porque viste a la palabra paz del único traje de credibilidad: aquel de la justicia social. Aquel 24 de mayo, hemos acompañado a Carolys hacia su auto, donde hemos realizado esta entrevista.

Cuál ha sido la trayectoria política que te ha llevado hasta el grupo directivo de la Asamblea Nacional Constituyente?
He comenzado mi militancia en la juventud comunista del Partido Comunista Venezolano. Cuando Chávez ha lanzado la propuesta de adhesión al PSUV ingresé junto a un grupo de jóvenes. He trabajado con ellos, primero en el Estado de Miranda y luego a nivel nacional para el Congreso Fundador de los Jóvenes del Partido Socialista Unido de Venezuela, el JPSUV. Luego cubrí varios cargos, principalmente en lo que respecta a la formación ideológica de los jóvenes, he participado a dos cursos de intercambio con el Partido Comunista Chino. He sido la Secretaria del Consejo Patriótico de los partidos políticos, el Gran Polo Patriótico, la instancia que reagrupa a todos los partidos que apoyan a la Revolución Bolivariana: desde el momento de su formación y por tres años. He contribuído a construír esta importante alianza que nos lleva a encontrar puntos de consenso y a poner entre paréntesis las diferencias entre los diversos partidos. Hoy me compete ocuparme del trabajo concreto de los constituyentes y de las constituyentes, dirigir su trabajo en las regiones y sistematizar sus propuestas. He participado en el Comando de campaña constituyente para la reelección de Nicolás Maduro. Hemos recorrido todo el país para transmitir el mensaje del presidente al pueblo, y hemos ganado. También hago parte del programa televisivo Con El Mazo Dando. Antes estaba en el equipo de investigación, ahora en el de producción.

Un programa de investigación muy bien documentado, que desenmascara a menudo muchas mentiras dadas como “primicias”.

Sí, se trata de un trabajo colectivo. Cada resultado que podemos alcanzar como cuadros políticos es el fruto de muchas manos, proyectos que se unen para un mismo objetivo. Una de las conquistas de la revolución es la adquisición de este ejercicio colectivo. Por esto estoy orgullosa. He ocupado diversos cargos institucionales y de organización, a partir de aquellos en el Estado de Miranda. Nuestro objetivo es aquel de poner el Estado al servicio del pueblo, para esto debemos combatir asumiendo cargos de breve o largo período según la decisión de la vanguardia, como me ha sucedido a mí, para incluír a los jóvenes en el trabajo con el fin de que aprendan como se construye la Revolución desde el interior del instituido: con método, con disciplina, estudiando constantemente y dando el ejemplo, y también con alegría, sin aquel ceño fruncido que asumen los políticos cuando van al gobierno. No debemos asumir poses lúgubres, porque en el poder tenemos una función de servicio hacia el pueblo, a asumir con una gran sonrisa, aprendiendo a trabajar en colectivo y con lealtad, confianza y respeto. Así vamos adelante junto a las y los jóvenes.

Pero es una fuerte contradicción aquella entre el poder constituyente y el poder constituído cuando las instituciones son todavía aquellas burguesas. Cómo se resuelve?

Es un gran desafío, mentiría si dijera que es fácil, al contrario. Por tradición marxista siempre hemos pensado que lo instituído sea enemigo del poder popular, que por naturaleza es “insurgente”, irrumpe en los espacios y destruye lo que ya ha sido hecho para imponer una transformación radical. Estamos concientes de esto pero también en destruír es necesario tener un método, no se puede demolir todo sin un plan. Es necesario transformar estos paquidermos que son las instituciones, mientras que poco a poco se forma una alternativa, para convertirlas en instituciones más ágiles. Por ejemplo, hacer que la tecnología esté al servicio de la eficacia de las insituciones, que también puedan cambiar horarios de trabajo según de dónde se viva, ya que no es lo mismo vivir en una ciudad dormitorio o en una zona rural y en una gran ciudad. El ejercicio colectivo de nuestra revolución ha permitido a la izquierda liberarse de algunos dogmas sobre la busqueda y la toma del poder. Desde el interior del instituido nos preparamos para ejercerlo en manera eficiente y con la conciencia de deber transformarlo porque como has dicho, es un estado burgués, que no ha sido diseñado ni para el pueblo ni para ser eficiente, y nuestra tarea es re-escribir la historia. Para hacerlo, es necesario replantear al Estado, lo instituído, y servir como modelo para otros compañeros que luchan por cambiar las cosas en otras partes del planeta. Para construír el Estado Popular tenemos necesidad de la contribución de aquellos compañeros que piensan destruír las viejas instituciones burguesas, y no acomodarse en ellas. Seguramente, es más fácil interrumpir una discusión que empeñarse en una confrontación de opiniones para llegar a un consenso, pero es éste nuestro desafío.
Un desafío complejo cuando se ha optado por una revolución pacífica que se decide con votos y no con balas. Lo hemos visto el año pasado, durante las violencias de la oposición. Ha sido muy duro no responder a las provocaciones, pero hemos logrado transformar el dolor en fuerza, en una mayor motivación política. Un ejercicio de madurez para decir: aquí está nuevamente el partido, el presidente, el pueblo que quiere paz. Aquí está mi mano extendida que tú opositor, no obstante me hayas agredido, puedes tomarla y recomenzar a caminar juntos. El nuevo diálogo nacional deseado por el Presidente Maduro es la mayor evidencia de cuanto haya crecido nuestro pueblo y la sociedad entera en el trabajo colectivo. Es nuestro socialismo humanista, es nuestro modelo.

Pero con la guerra económica y el sabotaje, la burguesía trata de destruír el tejido social, la identidad colectiva, la solidaridad, los valores. ¿Cómo piensan hacer frente a todo esto?

Diálogo no significa que todo quede igual en las relaciones entre las clases. La burguesía tiene sus intereses y nosotros, la clase trabajadora, tenemos los nuestros. Somos mayoría, y esta mayoría debe ser respetada. Somos nosotros la institución, tenemos en la mano las riendas del país y un mandato para continuar en la transformación de un modelo económico que tiene por objetivo eliminar la explotación del hombre sobre el hombre y sobre la mujer. Esto implica un freno a los apetitos capitalistas. La burguesía debe tomar acto de que las cosas han cambiado, que ya no tiene más la fuerza de antes, y que si continúa queriendo imponer un modelo de apropiación de la riqueza con fines privados, un modelo devorador y para pocos, se enfrentará con un bloque social organizado que sabe defender con fuerza los propios intereses. Es preferible que se empeñe en el crecimiento del país, de lo contrario que busque otros lugares, que se vaya a otra parte. Lo digo sin miedo: no regresaremos al modelo capitalista que existe en otros países.

¿Cuál es el deber de la ANC en esta nueva fase?

Hasta ahora hemos concentrado los esfuerzos en el consolidar el poder político, ahora es necesario dedicarse al problema económico. Gobernamos en 19 de los 23 Estados, en 309 de los 335 Municipios. Tenemos la presidencia de la República, tenemos la ANC. No hay excusas, debemos realizar las grandes transformaciones necesarias. Central es el control de los precios. En esta guerra económica, se ha obtenido al menos un resultado: en los sectores populares ha disminuído aquella cultura capitalista de la fidelidad a la marca, una gran ventaja para incentivar la producción nacional.

¿Más comunas y más control obrero, entonces?
Sí, más poder popular. Profundizar los Consejos Comunales, desde las comunas y desde el control obrero: pero de los obreros concientes y preparados para asumir la dirección de la empresa, independientemente del mito que el control obrero sea positivo. Y más formación política en la comprensión del socialismo como nuestro modelo específico, no inspirado ni en el modelo eurocentrista, ni en los intentos que han habido en precedencia en América Latina. El socialismo de Bolívar y de Chávez que pone como eje cental el rol de la mujer. En los organismos directivos de la ANC, estamos tres mujeres de cinco. Tenemos una presencia femenina de más del 83% en los Consejos Comunales, somos más del 50% en la dirección de la UBC, el organismo de base del PSUV. La guerra económica ha agredido a las mujeres en todos los aspectos de la vida social, pero es de ellas que viene la resistencia más fuerte y una concreta indicación de futuro.

Traducción Gabriela Pereira


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