Alberto Cubero •  Opinión •  20/01/2022

Mis disculpas

Este martes en el pleno municipal cometí el error de referirme al señor Almeida con un mote despectivo, fue un desliz sin mala intención, pero eso no quita que deba disculparme como ya hice de manera inmediata en aquella intervención. Sirva este artículo para reafirmarme en esas disculpas sinceras.

En el debate político no debemos caer en esas actitudes y si cometemos el error nuestro deber es reconocerlo, rectificar y pedir disculpas. En primer lugar porque las críticas a los rivales políticos como Almeida deben ser contundentes, pero a sus medidas concretas en la ciudad de Madrid, como el nombramiento de una calle como “crucero Baleares” que colaboró en la masacre fascista conocida como La Desbandá que asesinó entre 3.000 y 5.000 personas.

En segundo lugar, porque no debemos situarnos a su mismo nivel, bajar a su barro de descalificaciones. El problema no es que existan dos niveles, es que hay dos tratamientos públicos a esos dos niveles.

En este caso a pesar de reconocer el error y pedir disculpas de manera inmediata, hay un enorme circo mediático abriendo telediarios y haciendo especiales en programas nacionales. Algo que contrasta con los habituales insultos por parte de la derecha.

Hace unos días al ministro Garzón un senador del PP lo calificó de «pollaboba», no se disculpó y no hubo ese circo mediático. Tampoco cuando se calificaba por parte de Macarena Olona de Vox como «coletas rata» al exvicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, o cuando se insulta al gobierno como golpistas por no hablar de lo que se dice a los socios de investidura. Tampoco por la calle al “crucero Baleares” se han indignado tanto.

Un comportamiento por parte de determinadas empresas de comunicación que normaliza el privilegio de insultar para unos y la obligación de asumir ser insultados impunemente para otros.

La indignación de algunos medios en nuestro caso no son sinceras, pues no son ecuánimes. No les preocupa las formas del debate político cuando solo prestan atención a los errores de unos, con disculpas incluidas, pero obvian los insultos sin disculpas de otros. Su objetivo es normalizar el todo vale contra determinados cargos políticos según su ideología. Cuando hablamos de la normalización de determinadas posturas es también esta doble vara de medir de unos medios que ni buscan, ni difunden la disculpa.

Pero esto no quita para reconocer y disculparse cuando uno comete un error, lo hice en la comisión, y como son sinceras mis disculpas lo hago en este artículo ajeno al circo mediático y sus perversas intenciones.

Fuente: https://arainfo.org/mis-disculpas/


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