Radio La Primerísima •  Opinión •  18/04/2022

Recuerdan a OEA que nuestra nación no es colonia de ninguna potencia extranjera

El Gobierno de Nicaragua expresó este viernes que ha manifestado siempre que no se reconoce como colonia de ninguna potencia extranjera. Señala que en muchos momentos históricos ha expresado su inalienable conciencia de pueblo libre y soberano, y ha actuado conforme ese principio de vida.
Recuerdan a OEA que nuestra nación no es colonia de ninguna potencia extranjera

Durante la presentación de cartas credenciales del nuevo representante, se expresa que la OEA oficiosamente fue inaplicando su propia norma fundacional, convirtiéndose en un triste instrumento de agresión del Gobierno de Estados Unidos, quien la reconvirtió en lo que sería conocida como ministerio de colonias de EEUU.

También se reitera que sostenemos nuestra independencia y soberanía jurisdiccional a la que tenemos derecho. Asimismo, se afirma que la libertad del pueblo no es transigible, que no somos estrella de ninguna bandera, que nuestra azul y blanco nos une y consolida.

Palabras de presentación de cartas credenciales ante el consejo permanente de la OEA

Señores embajadores y representantes de los gobiernos de Nuestra América que Integran esta organización.

Señor secretario general de la OEA.

Estimados ciudadanos que nos acompañan en este acto.

Este día, viernes 8 de abril, nuestro Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, en representación del pueblo de Nicaragua, acude en el cumplimiento de la responsabilidad manifiesta, como Estado y Gobierno que cumple con las obligaciones derivadas de sus compromisos suscritos, a presentar las cartas credenciales del nuevo representante permanente ante la OEA, que son propias de estos actos ante el pleno de esta organización, y ya habiéndolas entregado al señor Secretario General de esta OEA, cumplimos así, lo dispuesto en la Carta Constitutiva de la OEA, especialmente, en los procedimientos para estos casos.

Desde Nicaragua, bendita y siempre libre, en nombre de nuestros héroes y mártires, de los ciudadanos que enarbolan con orgullo patrio sus banderas, sus sueños y sus esperanzas, de la Revolución Popular Sandinista, y de nuestro gobierno revolucionario, comparecemos hoy, con la claridad de presentarnos ante ustedes para afirmarles que sostenemos con vigor patrio la defensa de nuestro modelo de vida y el inalienable derecho de vivir nuestra soberanía nacional, de conformidad a los criterios de patria que nuestros héroes han construido para y desde nuestra identidad. Cada uno de esos parámetros hoy son, incluso, normas constitucionales de cumplimiento para todas y todos.

Pero, aunque se ha reiterado muchísimas veces en el derecho de cada pueblo a vivir en libertad, a ser tratado como iguales en el marco de las normas regionales que le dieron vida a esta organización, a la prohibición expresa de no agredir soberanías y sostener la autodeterminación de los pueblos, la practica lamentablemente ha sido exactamente contraria a lo escrito.

Frente a los arteros y perversos manejos mediáticos, los que por su cantidad, saña, financiamiento, cobertura y hasta justificación, nuestra voz se ha levantado siempre, con la dignidad, el decoro y la conciencia cívica, de que el pueblo nicaragüense es el juez perfecto de los actos de los nicaragüenses, y en esas certezas, cualquiera puede entender por qué Nicaragua, es un pueblo alegre, productivo, constructor, médico y enfermero, educador, respetuoso de los derechos del género femenino, animoso, y sobre todo, comprometido con la paz, que es uno de los bienes más apreciados de nuestra ciudadanía.

Hemos encontrado en la cotidianidad de nuestra vida ciudadana, que no es la mentira reiterada, como la que escuchamos algunas veces en estos salones, no es la plataforma mentirosa de campañas terroristas, como las mostradas hasta hoy, por los actores de reparto, convenientemente financiado por gobiernos y grupos desestabilizadores, no son las múltiples descalificaciones que sufrimos a diario, las que nos hacen entender la razón real de nuestra unidad como pueblo, ciertamente son las realidades vividas, observadas y construidas entre todos los patriotas de nuestro país, las que sustentan nuestra verdad. Ser sinceros es ser potentes, promulgaba Darío.

Hemos dicho, desde la verdad de la historia comprobada, que la OEA, prestó e hipotecó su naturaleza de órgano de expresión integradora americana para convertirse en instrumento complaciente que justificó, promovió, y hasta realizó actos infames contra varios pueblos de nuestro continente, alejándose así de su principal tarea de ser una organización que haga respetar y respete los principios del derecho internacional, principalmente de igualdad soberana, independencia, y autodeterminación.

Esta organización oficiosamente fue inaplicando su propia norma fundacional, convirtiéndose en un triste instrumento de agresión del Gobierno de Estados Unidos, quien la reconvirtió en lo que sería conocida como ministerio de colonias de EEUU. Atrás quedaron para su propia vergüenza su primer artículo, que destaca expresamente, la Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los estados miembros.

Nicaragua ha manifestado siempre que no se reconoce como colonia de ninguna potencia extranjera. Ha manifestado en muchos momentos históricos su inalienable conciencia de pueblo libre y soberano, y ha actuado conforme ese principio de vida. Esta legítima manifestación de dignidad nos ha costado el sufrimiento de Intervenciones militares, agresiones armadas encubiertas, semiencubiertas y tuteladas abiertamente por el Imperio Yankee o sus adláteres europeos.

Nuestra Historia está marcada por la lucha, y la hemos encarado desde la convicción de la justicia, por ello, siempre hemos triunfado, pues la verdad y la razón acompañó a Sandino, y su pequeño Ejercito loco, a Carlos Fonseca y su obra monumental: El FSLN, enfrentando al ejecito pretoriano de Somoza, y Venciendo junto al pueblo, aquel 19 de Julio del 79. De la defensa heroica de la Revolución Popular Sandinista de la década de los 80 contra el ejército mercenario de EEUU, y recientemente desde 2018 hasta nuestros días, venciendo a su nuevo ejército de medios, redes, tranqueros, violentos asesinos y grupos emplantillados en las agencias del Gobierno de EEUU, apoyándose en la complicidad de gobiernos títeres de Europa y América Latina, imponiendo sanciones, bloqueos y múltiples medidas extorsivas, de forma unilateral.

Hoy estamos aquí, para reiterar, que sostenemos nuestra independencia y soberanía jurisdiccional a la que tenemos derecho, reforzamos y aplicamos nuestra soberanía legislativa con nuestro órganos constitucionales, elegimos y fomentamos nuestra democracia Igualitaria con plena equidad de género, y altos niveles de participación ciudadana; nuestro gobierno ejerce su acción, basado en los compromisos contraídos con el pueblo, mediante los instrumentos de consulta y participación directa de las comunidades. Afirmamos que la libertad del pueblo no es transigible, que no somos pueblo o estrella de ninguna bandera, que nuestra azul y blanco nos une y consolida y que nuestro sol, que nos ilumina y nunca declina, nos observa en la vida y nos alumbra en la lucha.

Agradecemos a aquellos que comparten con nosotros el respeto a las normas de convivencia, celebramos juntos el respeto a cada pueblo, y deploramos aquellos gobernantes, que desde el miedo, la cobardía, el interés mezquino y hasta del cinismo, hipotecan su propia soberanía para agredir a otros pueblos.

Nicaragua de Sandino, Darío, Andrés y Zeledón junto a miles de inmortales héroes que ofrendaron sus vidas por Nicaragua, que hoy sostienen la dignidad de vida para todos, nos llaman a alentar esfuerzos de paz, unidad, integración y rechazar la guerra, la muerte y la mentira perversa.


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