Liset Adela Prego Díaz •  Opinión •  16/06/2020

Manual para padres impacientes: Madres en teletrabajo durante el coronavirus

Muchos consideran que las madres con hijos en edad escolar son afortunadas porque fueron protegidas con la opción del teletrabajo y algunas se han acogido a otros beneficios de la seguridad social. Ciertamente esta es una ventaja que pone a resguardo a una parte de la familia, sin embargo, hace poco leí que son justamente las madres que teletrabajan y tienen menores las que llevan la peor parte del confinamiento.


Seamos realistas, tanto como la peor parte no ha de ser, si pensamos cómo lo estarán pasando los que han enfermado, los que perdieron un familiar, los que están solos en sus hogares, los que han sido separados de sus seres queridos, los desempleados por la pandemia, ellos son los que llevan la peor parte de todo.
No obstante, la maternidad en tiempos de cuarentena puede ser estresante y difícil si además de recluirse con sus pequeños en los hogares, las mujeres deben trabajar.

En muchos sitios sugieren organizar horarios, espacios de la casa y buscar actividades para relajarse, en teoría todo eso debería funcionar. Pero como cada niño y familia es diferente, las demandas de tiempo y atención de nuestros hijos varían, así como las condiciones en los hogares y no es tan sencillo reorganizar las rutinas.

El conocido parlamento de tantas mujeres: “en una casa nunca se termina”, parece tallado en piedra en estas circunstancias. Hay que limpiar, fregar, desinfectar concienzudamente superficies de uso común con soluciones alcohólicas o cloradas. Se cocina mucho más. Como todas las actividades son dentro de la casa, a menos que tengas patio o jardín, hay desorden constante por organizar.

Y siempre habrá botones que poner, ropa por doblar, camas por tender, para luego empezar todo por el principio en un ciclo infinito de labores domésticas, pero debes proyectar algún diseño, trabajar en un código, dar clases online, elaborar artesanías, llevar la contabilidad de algún negocio, escribir un libro, componer, o grabar un audio cuando no haya ruido, lo cual en algunos barrios es nunca.

Por otro lado, estar en la casa representa una gran tentación para distraernos y para que aparezca ese enemigo fatal de la creatividad y productividad que es la procrastinación conocido también como el fatídico arte de posponer lo importante hasta nunca jamás.

Cabe aclarar, porque esto no es un invento que surgió con la pandemia de COVID-19, que el teletrabajo puede ser muy funcional, práctico y eficiente, pero casi siempre se combina con la presencialidad en algún momento, cosa que hoy es imposible. Además no es lo mismo teletrabajar en condiciones normales que hacerlo en confinamiento, con tus hijos en el mismo espacio y en el horario en que se supone debes cumplir tus obligaciones. Otro riesgo que corres es que el trabajo a distancia puede convertirte en esclavo, hay que entender que este no significa que dediques las 24 horas del día a tu oficio o profesión.

Como ven, no la tiene fácil la supermamá, aunque no esté sola es arduo, el niño se cree de vacaciones y supone que tú también lo estás, debes ayudar en las tareas a los más grandecitos, dar apoyo emocional, mediar en las disputas entre hermanos, tratar de mantenerlos distraídos y conjugar todo con tus labores hogareñas y profesión.

De seguro ya te estás preguntando cómo solucionar este entuerto o si sólo hago catarsis contigo, sí y no, porque después de haber soltado un poco el estrés diciéndote todo esto ahora voy a contarte lo que he encontrado en tras indagar en experiencias de diferentes personas en varios países, incluyendo Cuba.

Aquí algunas sugerencias para las madres que teletrabajan, y los padres, por qué no:

  • Trata de encontrar un balance entre las labores hogareñas, lo profesional y el descanso.
  • Rebaja tus expectativas, puesto que las condiciones no son normales, tampoco el resultado de tu trabajo será igual, hay muchos factores como el estrés, la ansiedad, la preocupación por el desabastecimiento, la enfermedad que ronda, etcétera, además los niños andan cerca.
  • Diseña horarios flexibles porque la rigidez no te ayudará a cumplirlos y solo te sentirás frustrada si no logras seguirlos.
  • Determina un lugar de la casa para trabajar y las condiciones mínimas necesarias, al menos, de luz, temperatura y concentración. Explica a tus hijos que cuando estés allí, no deben interrumpirte, si es que ya tienen edad para entender esto.
  • Si es más grandecito, trabajen juntos, o sea, pueden compartir el escritorio, mientras tú te enfocas en lo tuyo, él o ella hace las tareas o estudia.
  • Busca para los infantes actividades que los mantengan entretenidos mientras estás ocupada.
  • Si es muy pequeño, trabaja durante sus siestas.
  • Debes tratar de que las actividades en casa se distribuyan equitativamente.
    Pon a los pequeños a hacer actividades físicas para que gasten energías.
    Dedica tiempo exclusivo para cada actividad, o sea, no te pongas a cocinar mientras atiendes a tus clientes online.
  • Explica a tu jefe o empleador tus circunstancias y cómo estas pueden afectar tu desempeño o productividad, pacten modificaciones para que ambos queden satisfechos.

Esto no es un teorema, son algunas pistas, la solución la encontrarás por ti misma(o), adecuando estas ideas a tu familia y creando tus propias soluciones. Por lo pronto, quédate en casa, pero cuéntanos cómo te va trabajando en el hogar. Recuerda que la maternidad y la paternidad no son una ciencia exacta.

Manual para padres impacientes es un podcast coproducido entre el periódico ¡ahora! y Cubadebate, y presentado por la periodista holguinera Liset Prego.

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