Hedelberto López Blanch •  Opinión •  14/06/2020

Pompeo contra el humanismo médico cubano

Los que se creen dueños del mundo, al frente de un imperio ya en decadencia, piensan que pueden dar órdenes a países y organizaciones del orbe y que le obedezcan ciegamente.

La prepotencia del secretario de Estado del régimen norteamericano, Mike Pompeo, quien ha visto que cada día son más reconocidas y apreciadas las misiones médicas humanitarias cubanas que han salvado a miles de personas en diferentes países, se ha lanzado ahora contra la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El ultraderechista funcionario apela a la extorsión y la coerción contra la OPS por haber participado en el acuerdo de colaboración entre Brasil y Cuba para ayudar en 2013 a paliar la desastrosa situación que presentaba la asistencia sanitaria en el gigante sudamericano.

En conferencia de prensa, Pompeo exigió al organismo regional explicar el rol que desempeñó en el envío de profesionales de la salud de la Isla para el programa Más Médicos.

En su intervención, el secretario de Estado acusó a la OPS de facilitar lo que llamo “trabajos forzados” de doctores cubanos en Brasil, y de aprobar un acuerdo “potencialmente ilegal”.
Mediante la coordinación de la OPS, indica un informe del MINSAP, se inició en agosto de 2013 la presencia de cerca de 20 000 especialistas cubanos que durante cinco años atendieron a 113 359 000 pacientes en más de 3 600 municipios brasileños.
Asimismo, el Ministerio de Salud cubano declaró a fines de 2018 que no continuaría formando parte del programa, debido a las declaraciones realizadas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien dijo que modificaría sus términos y condiciones, con irrespeto a la OPS y a lo convenido con Cuba.
A solo dos años del inicio de aquella épica batalla por llevar la atención médica a intrincados y diversas regiones del gigante brasileño, en un acto público el 4 de agosto de 2015, la entonces presidente Dilma Rousseff puntualizó: “el programa Más Médicos ha llevado a millones de brasileños por primera vez en sus vidas la atención gratuita” y agradeció “la inmensa contribución de miles de galenos cubanos al mejoramiento de la salud a la población”.

Seguidamente Dilma saludó a todos los galenos extranjeros incorporados en ese programa, el cual amplió la atención de salud a 63 millones de personas, pero reconoció en especial el trabajo de los profesionales de Cuba en comunidades distantes de las grandes urbes y de difícil acceso.

“En esta obra por la vida, tengo la obligación de referirme a la participación cubana que dio muestras, junto con su Gobierno, de solidaridad, profesionalismo y atención absolutamente humanizada”, aseveró la mandataria que fue depuesta en 2016 por un golpe de Estado parlamentario, orquestado y dirigido desde Washington con la anuencia de las fuerzas de derecha brasileña.

Desde que el gobierno de Donald Trump llegó a la Casa Blanca, ha sido una constante de ese régimen tratar de obstruir y eliminar la colaboración médica cubana, y hasta presionó a otras naciones para que no aceptaran esa ayuda, incluso en medio de la pandemia de la Covid-19.
El enorme prestigio de esas misiones en el mundo motivo que países europeos como Italia y Andorra, u otros de la región latinoamericana, a los cuales amenazó Estados Unidos como Guatemala, Honduras y Perú, solicitaran la presencia de los profesionales de la Isla para combatir el coronavirus y hacia allá fueron los hombres y mujeres de bata blanca.
En total, Cuba ha enviado 34 brigadas a 27 naciones para luchar contra la Covid-19 y ante tamaña hazaña del pequeño país, numerosas organizaciones, personalidades y naciones del orbe están promocionando que se reconozca al contingente Henry Reeve con el Premio Nobel por la Paz.  
En estos momentos, el Brasil de Bolsonaro aparece como
el país latinoamericano con más personas contagiadas por el Sars Cov-2 con unos 775 000 y más de 40 000 fallecidos, un verdadero desastre humano.

Trump y Pompeo quieren desviar la atención internacional hacia otros escenarios por el rotundo fracaso que ha tenido Estados Unidos para enfrentar la covid y por las manifestaciones antirraciales en todo su territorio tras el asesinato de George Floyd por un policía blanco de Minnesota.

El presidente norteamericano sacó anteriormente a su país de la OMS y ahora intenta hacerlo con la OPS. Esto solo traerá más problemas medico-sanitarios a millones de personas en Latinoamérica, mientras Cuba seguirá apostando por llevar salud y vida a cualquier rincón del mundo donde haga falta.


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