Pedro Rioseco •  Opinión •  10/09/2017

La Higuera: Evocación permanente de Che

Estar en La Higuera es sentir en cada piedra la presencia de Ernesto Che Guevara y sus heroicos compañeros de guerrilla que hace casi 50 años sembraron en la historia un ejemplo de principios, valentía, internacionalismo y convicciones revolucionarias.

Parados en la escuelita del lugar, frente a la silla donde fue asesinado con dos ráfagas de fusil automático luego de ser llevado herido desde la Quebrada del Yuro, parecen oírse las palabras del mítico guerrillero al sargento que tuvo que emborracharse para cumplir la orden de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) al entonces presidente boliviano: ‘ÂíPóngase sereno y apunte bien! ÂíVa a matar a un hombre!’

Llegar hasta La Higuera, el pequeño caserío montañoso donde fueron asesinados Ernesto Che Guevara, el boliviano Simeón Cuba (Willy) y el peruano Juan Pablo Chang (el Chino), no es sólo un largo viaje por carretera de poco más de 17 horas y 792 kilómetros desde la capital boliviana.

Es un viaje por la historia, donde las flechas en el camino que marca ‘La Ruta del Che’ imponen un homenaje íntimo a aquellos 50 hombres y una mujer argentino-alemana, Tamara Bunke (Tania), que durante 11 meses realizaron ‘un incesante llamado a la conciencia y el honor de cada hombre’, como dijo Guevara en su diario.

En aquel medio desconocido, unas veces boscoso y otras árido, entre montañas y ríos, combatieron en 22 acciones, vencieron la falta de agua, alimentos, a la lluvia y el frío andino que se cuela en los huesos y sólo atenúa el fuego que no podía encender la guerrilla.

Han pasado casi cinco décadas50 años desde aquel 9 de octubre de 1967 que proyectó a la inmortalidad al posteriormente conocido en Cuba, su Patria adoptiva, como el Guerrillero Heroico, que emocionó a millones de hombres y mujeres en todo el mundo al leer su diario de campaña.

Una antigua cruz, a mitad del viejo camino a Cochabamba, sobre la Cordillera de Los Andes, marca una altura superior a 4 600 metros sobre el nivel del mar, con viento helado y temperaturas bajo cero, pero la ruta guarda lo peor para el tramo final a La Higuera.

La ruta es la misma pero totalmente distinta. El viejo camino estrecho de tierra y gravilla está hoy mejorado pero sigue intransitable en época de lluvia, resbaloso, y cortando montañas entre abismos.

El 7 de noviembre de 1966 comienza el Che su diario de campaña al instalarse con 24 hombres, nueve de ellos bolivianos, en una finca adquirida por Roberto Peredo (Coco) en una zona selvática deshabitada al sureste del país, atravesada por el río Ñacahuazú.

Bajo su mando, 17 cubanos, 28 bolivianos, dos peruanos, dos argentinos y un francés, en la guerrilla y clandestinidad, enfrentaron en 11 meses fuerzas muy superiores, equipadas y asesoradas por Estados Unidos, para realizar el sueño de llevar la definitiva independencia al Cono Sur americano. Ese sueño se concreta en Bolivia a partir de 2005 con el triunfo electoral del primer presidente indígena, Evo Morales Ayma, y la lucha revolucionaria sigue en todo el continente con la resistencia de Venezuela y la acción de los movimientos sociales que defienden la herencia de otros gobiernos progresistas.

En el pequeño caserío de La Higuera, sus 56 pobladores reverencian con orgullo el último combate del Che antes de pasar a la inmortalidad, y cubanos como el médico Bernardo Martínez y su esposa la enfermera Yuslaine Gutiérrez aplicaron cada día su ejemplo y cuidaron los lugares históricos en sus años de misión en ese lugar..

Vivían, igual que sus actuales relevos, en una modesta habitación y viajan una vez al mes al poblado más cercano a comprar provisiones, pero atienden bien a todas sus familias con 25 niños y a los 746 habitantes de 11 comunidades aledañas las que visitan montados en su caballo ‘Palmiche’, al estilo de los mambises de Elpidio Valdés.

Este octubre, en el 50 aniversario de la llegada del Che a Bolivia y de la caída en combate de los guerrilleros, Vallegrande y La Higuera recibirán decenas de miles de personas del mundo que vendrán a rendirles merecido homenaje, y sentir su mensaje que flota en el aire.

‘Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica’, dijo entonces el Che Guevara y su actualidad resuena hoy en todo el mundo.(Tomado de Semanario Orbe) 


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