Carlos Soria Perille •  Opinión •  10/04/2017

La corresponsabilidad del turismo comercial en la muerte de lobos en la Sierra de la Culebra, Zamora.

La Reserva de Caza “Sierra de la Culebra” (RRCSC), se caracteriza por habilitar puntos de ceba donde atraer a los lobos para darles caza. Este controvertido método estuvo vulnerando la propia Ley de Caza de Castilla y León hasta que un decreto en el año 2016 “legalizó” esta práctica deleznable y precursora de prácticas furtivas (1).

La RRCSC en un intento de redirigir la incómoda actividad turística centrada en la observación de lobo ibérico, y sin tener aprobado desde hace 25 años el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del también declarado Espacio Natural y Reserva de la Biosfera de la Sierra de la Culebra (2), concede arbitrariamente burdas autorizaciones no vinculantes a las empresas turísticas sobre los lugares donde se antoja no provoquen molestias a la preeminente actividad cinegética, y donde también focalizar las molestias dirigidas a vulnerar los derechos de los ciudadanos a disfrutar de la observación de fauna salvaje (3). Uno de estos lugares “autorizados”, es el cebadero denominado como “Guardalabá” situado entre las localidades de Ferreras de Arriba y Villanueva de Valrojo (Zamora) a la derecha de la carretera que enlaza esta última con la primera.

Sin una legislación que prohíba la caza del lobo en todo el territorio nacional y que proteja adecuadamente a una especie fundamental en el mantenimiento del equilibrio natural de nuestros ecosistemas, tampoco se puede esperar mayor responsabilidad para regular el turismo de naturaleza comercial sin poner en riesgo el desarrollo y la integridad de estos animales.

Si queremos entender cuales son las consecuencias que tiene sobre los lobos un aporte continuado de alimento para su atracción, sólo tenemos que remitirnos a los especialistas. En el libro “Etología del lobo y del perro” de David Nieto Maceín se explica a este respecto: «La conducta social del lobo se basa en la perfecta organización para la práctica de la depredación, la necrofagia fomentada puede trastocar, en varias generaciones, las claves de conducta de la especie hasta puntos alarmantes, pues no solo implica un cambio en la orientación trófica, sino que, con ello, también un cambio en los esquemas conductuales», ó dicho de otro modo «(…) conlleva gravísimos problemas derivados de la incapacidad de los juveniles para desarrollar a fondo todas las manifestaciones de comportamiento social y predatorio que les permite adiestrarse adecuadamente en el ejercicio de la caza en la Naturaleza.».

La habituación a los lugares de ceba unido a la continuada presencia de personas atraídas turísticamente y situadas a distancias insuficientemente alejadas, conlleva comprometer seriamente la supervivencia de los lobos. No olvidemos que es aquí donde se les mata y que, en condiciones “normales” en temporada hábil de caza, los aportes suelen ser puntuales para satisfacer el costoso y macabro capricho de poseer la cabeza disecada de un lobo como trofeo. Y no siempre está garantizado el éxito, y no lo está porque no se ceba todo el año y porque los puntos de aporte varían en función de como cambien los lugares de cría de los lobos. Concretando, hay cupos que quedan desiertos, primero por la liberadora astucia propia de la especie y sobre todo, por la ausencia de costumbre. ¿Pero qué ocurre cuando los aportes se producen a lo largo de todo el año?, pues que los lobos se muestran confiados y se convierten en escopeta de feria. Y esto sucede porque estos recursos son favorecidos, personalizados y recurrentes por parte del personal Celador de Caza para mantener una suerte de observaciones inducidas de lobo para los servicios turísticos de AHERCA y ZAMORA NATURAL del “Cluster Interior Legendario”, cuando no son estos mismos, los que ceban con piensos para perros ante la ausencia de la carnaza derivada de los descastes “oficiales”.  Hechos consabidos (5) y justificados en su “Informe Impacto 0” (6).

Pero además, la presencia de estas empresas sin restricciones de acceso a lo largo y ancho del espacio de la RRCSC y fuera de lugares adecuados para la observación, no solo es inapropiado en la práctica turística, sino que revela información privilegiada sobre la distribución de las manadas comprometiendo nuevamente la supervivencia de estos animales descubriendo su entorno vital y contribuyendo al previsible impacto de futuras visitas incontroladas de personas que en su día fueron clientes de estas empresas.

Tomamos un fragmento del Real Decreto 416/2014, de 6 de junio, por el que se aprueba el Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad 2014-2020, en su Anexo punto 1. en el que se dice que: “(…) hay que mejorar la forma en que se practican las actividades relacionadas con el medio natural, para evitar impactos no deseados sobre la biodiversidad (…)” para demostrar que no es un juicio subjetivo, sino la constatación del aún insuficiente esfuerzo de regulación legistativa.

El Código Ético de la Asociación de Guías Ornitológicos y de Naturaleza de Extremadura (GUIDEX), documento profesional y comprometido de referencia, establece como norma obligatoria a cumplir por sus socios: “ (…) dar prioridad al bienestar de las diferentes especies de fauna y flora silvestre sobre cualquier otro interés. El guía tiene la responsabilidad de que su conducta y la del grupo no resulte negativa para las especies que se pretende observar”.

Un turismo responsable y ético no puede legitimar ni fomentar estas prácticas, por mucha justificación y amparo que proporcione las autorizaciones de una administración que incumple o modifica a conveniencia la normativa ambiental y que demuestra un empeño rayano en patología psiquiátrica por controlar al lobo. Es el beneficio económico y no el de conservación el que prima en la actividad de estas empresas y su aliada la RRCSC, por mucho ruido mediático y cínico que en sentido contrario nos quieran infundir (7). Sean honestos e informen a sus clientes de que les llevan a cebaderos donde se favorece la muerte de lobos con su presencia.

(1)“Atractivos para abatir lobos”. Opinión de Zamora.

(2)“La Junta revoca la orden para regular los recursos de la Culebra dictada hace 24 años”. Opinión de Zamora.

(3)“Celadores de caza matan especies de interés turístico frente a los visitantes en una Reserva de la Biosfera de Zamora”. Tercera Información.

(4)“Malas prácticas e intrusismo profesional en la actividad turística en torno al lobo ibérico en la Sierra de la Culebra (Zamora)”. Tercera Información.

(5)”Denuncian trato de favor hacia una empresa dedicada al turismo del lobo”. Opinión de Zamora.

(6)“Informe Impacto 0”. Cluster Interior Legendario. (www.lobomarley.org) J.A. Hernández Blanco, Angel M. Sánchez, J. I. Vega. 2013

(7)¿Dónde están los lobos?. Opinión de Zamora.


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