Ramaris Vásquez •  Opinión •  08/03/2021

DD.HH. La mujer en su día a día: Lenguaje, discriminación y violencia

Anualmente, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer invoca la lucha histórica de mujeres embraguetadas que legaron avances estoicos, a los que sobrevive la injusticia patriarcal, extendida en diferentes formas que aún sufren las mujeres. Las más frecuentes se hallan en el día a día del lenguaje machista, la discriminación y la violencia.
     De allí que, los señalamientos que sufriera Christine de Pisani por rebatir la “inferioridad” femenina en su texto La Ciudad de las Damas, en pleno siglo XV, y la cárcel y el asesinato de Olimpe De Gouges por promulgar la Declaración de los Derechos de la Mujer y Ciudadanía, en el siglo XVII, son situaciones que persisten en diferentes formas.
     Los obstáculos que han impedido avanzar no han sido falta de legislación ni de lucha, sino el histórico patriarcado y machismo, junto a otros elementos socioculturales. Hay numerosos documentos emitidos para reivindicar los derechos de las mujeres, desde que en 1945 se inscriben la igualdad y dignidad de la mujer en el Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas y en 1948 se añaden la pluralidad, la diversidad y la no discriminación a la mujer en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en sus artículos 1 y 2. (1).
     El Pacto Internacional de derechos Económicos, Sociales y Culturales, aborda la igualdad conyugal y protección a la mujer antes y después del parto y la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer obliga a Estados parte a consagrar derechos políticos en relación con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. (2)
    Asimismo, la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belem Do Pará) ratifican la necesidad de erradicar violencia y discriminación contra la mujer. (3).
    No obstante, con la palabra, que tiene poder -no como expresión retórica- si no en cuanto que, del discurso se generan valores, antivalores, y se induce un proceso de socialización que ha tenido lugar desde el nacimiento de la historia humana, se entiende que desde el lenguaje y la discriminación se llegue a la violencia mortal contra la mujer.
    Estos aspectos están conjugados y diseminados en diversas partes del mundo, entre ellas, en América Latina, donde probablemente el más emblemático y persistente caso ocurra en Ciudad Juárez, México.
   Badilla, A. (2008) en su estudio Femicidio: más allá de la violación del derecho a la vida. Análisis de los derechos violados y las responsabilidades estatales en los casos de femicidio de Ciudad Juárez, publicado por el Instituto Interamericano de DD.HH, exponía que:
     “(…) sin duda alguna, las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de Ciudad Juárez, han sido determinantes para generar la impunidad que ha facilitado que el femicidio se extienda de manera que se configure lo que Marcela Lagarde llama feminicidio: un crimen de Estado, de lesa humanidad en el que la impunidad constituye un elemento constitutivo de la figura”. (Pág.20). (4)
    Esa violencia no cesa. El 27 de enero de este año, de acuerdo a publicación de animalpolitico.com, “a nivel nacional, el municipio con más feminicidios en 2020 fue Juárez, Chihuahua, con un total de 19 casos” de los 940 que se registraron en el país, según el Grupo Interinstitucional de Estrategia contra Violencias (GIEV).(5)
   Y según publicó Sputnik el 3 de marzo pasado, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, contó que “(…) en 2020 hubo 3.752 asesinatos de mujeres” en México y “26% de estos fueron registrados como feminicidios, es decir 976 casos”. (6).
    A este respecto, Alcayde, M. (2014), en su tesis “La Discriminación de la Mujer por Medio del Lenguaje utilizado en la Televisión” -presentada para optar a Maestra en Derechos humanos en la Universidad Iberoamericana- concluyó que en México existe una marcada incidencia verbal discriminatoria.
“(…) la interpretación que se ha dado en cuanto a la violencia generada en contra de la mujer generando discriminación, y que ha acarreado un acceso desigual a los derechos y a la vida en democracia, es aplicable tratándose de la violencia generada en los programas de televisión a través del lenguaje sexista verbal y no verbal que utilizan”. (P. 109). (7).
 La investigadora subrayó que se trata de “una forma en la que se ha continuado y propagado con tal discriminación por estereotipos, se ha ocasionado por los medios de comunicación a través de la persuasión, por virtud de la que han ido imponiendo lo que se asume como discurso dominante”. (P.109). (7)
     En fecha tan emblemática solo restar entender que la educación en todos los frentes y estratos –incluidos los mass media- constituye esencia liberadora de la condición patriarcal que instituye el maltrato psicológico contra la mujer, expresada en forma verbal mediante humillación, desvalorización y discriminación por razones de género, aspectos que alientan la violencia que configura su día a día, en diferentes formas.
Referencias:
*Ramaris Vásquez, periodista venezolana. Con estudios de Especialización en Derechos Humanos de la Universidad Nacional Abierta (UNA). Venezuela.

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